martes, 24 de diciembre de 2013

Cansos de Beatriz, Condesa de Día.










Un lugar agradable, una noche magnífica, la mejor compañía, una cena sustanciosa, buena conversación, cielo estrellado, postre, regalo y concierto privado. No todo el mundo tiene esa suerte.
Así conocí la bella cansó de Beatriz de Día en la voz de una joven mujer, Paloma Gutierrez, acompañada al salterio por Bill Colley.
No podía creerlo. A la luz de las velas y por cortesía de mis anfitriones, se hacía presente el regalo que nos había preparado maese Reolid. La belleza de la interpretación y el contexto me emocionaron de tal modo que me hizo decidir indagar en las trovadoras de finales del XII y principios del XIII, de tan escueta aparente representatividad.
En mi mente aún resuenan las notas de aquella bella noche.


Biblioteca Nacional de Francia








A finales del siglo XI y en el XII surgieron en occitania los trovadores y sus composiciones de amor cortés. Las corrientes de pensamiento posteriores convirtieron este movimiento en algo protagonizado en exclusiva por hombres desapareciendo las trovadoras del panorama historiográfico.

Nada mas incierto. Mas de una veintena de mujeres trovaban y fueron conocidas como Trovairitz. Estas mujeres, damas de la nobleza y de la alta burguesía le cantaron al amor cortés. Compusieron cansos (de amor) y tensos (una especie de debate epistolar entre varios compositores), sirventes (poemas de carácter político), planh (lamento), salut d 'Amor (una carta de amor no en forma estrófica), alba (canciones amanecer), y balada (canciones de baile). Lamentablemente su trabajo ha sobrevivido en escasos ejemplos y otras composiciones trovadorescas ni siquiera han llegado hasta nosotros, caso de pastorelas o canciones malmariee. 




Tal vez la primera de aquellas sea Tibors de Sarenom, que estaba componiendo ya hacia mediados del siglo XII, y la mas reciente Garsenda de Folcaquier, que falleció hacia el final de la primera mitad del siglo XIII, o Guilleuma de Rosers, compositora de un tenso con Lanfranco Cigala.

Conocemos un poema de Azalais d´Altier, otro de Clara d´Anduza, otro anónimo, uno mas de Lombarda, otro de Yselda, Alais y Carenza.

De GaudairenÇa, aunque no se conserva, sabemos que escribió coblas e dansas.

Otras famosas trovairitz fueron Almucs de Castelnau, Azalais de Porcairagues, Iseut de Capio, Lombarda, María de Ventadorn y Gormonda de Monpeslier. 
La suerte quiso que llegaran a nosotros tres o cuatro composiciones de Castelloza y otras cuantas de la Commtessa de Día.




De todas las composiciones de las trovadoras compositoras en lengua de Oc, sólo se han conservado unos 23 poemas y alrededor de 4 melodías.


Algunas fuentes históricas explican la existencia de estas mujeres y su importancia, libertad e independencia artística a la luz del momento y circunstancias históricas que las tocó vivir, en consonancia con las cruzadas y el papel que asumen mientras los esposos luchan lejos.






Beatriz, Condesa de Dia (1140-1175)



“La Condesa de Dia fue mujer de Guillermo de Poitiers, una señora bella y buena. Y se enamoró de Rimbaud de Orange, e hizo sobre él muchas bellas canciones”


No deja de ser muy chocante esta frase pues encierra conceptos patriarcalmente contrapuestos muy bien expuestos en el trabajo que le dedicó Josemi Lorenzo.
A esta señora buena y bella, de identidad real aún desconocida, se la ha querido identificar como hija del Conde Isoardo II de Die, aunque también pudo ser hija de Guiges IV y el título de Condesa de Dia lo habría adoptado tras casarse con Guillermo  I de Poitiers, quien tenía posesiones en el condado de Die.
Realmente es muy poco lo que conocemos del personaje histórico, aunque sabemos de la fama que sus poemas y cansos tuvieron en su época, ya que los manuscritos que los referían corrieron por toda Francia y el norte de Italia.
Lo cierto es que esta trovairitz fue la autora de la única pieza cantada escrita entonces y que ha llegado hasta nosotros, titulada "chantar m'er de so qu'eu no volria", un tema de desamor. La música de esta canso solo se encuentra en Le manuscript di roi, una colección de canciones copiadas en torno a 1270 para Carlos de Anjou, el hermano de Luis IX.

A chantar m’er de so qu’ieu non volria / Ahora deberé cantar de lo que no querría, 
tan me rancur de lui cui sui amia, / tanto me lamento del que soy amiga,
car ieu l’am mais que nuilla ren que sia:/ pues le amo más que a cualquier cosa en el mundo 
vas lui no .m val merces ni cortesía / pero no valen ante él ni la piedad ni la cortesía 
ni ma beltatz ni mos pret ni mos sens,/ ni mi belleza, ni mi valor, ni mi juicio, 
c’atressi .m sui enganad’e trahïa / porque soy engañada y traicionada 
com degr’ esser, s’ieu fos desavinens./ como sucedería si fuera poco agraciada.

D’aisso.m conort car anc.non fi faillenssa,/ Me conforto pensando que jamás y de ningún modo 
amics, vas vos per nuilla captenenssa, / cometería equívoco hacia vos, amigo, 
anz vos am mais non fetz Seguis Valenssa,/ sino que os amo más de lo que Seguis amó a Valensa,
e platz mi mout quez eu d’ámar vos venssa/, y me agrada venceros en amor, 
lo mieus amics, car etz lo plus valens / amigo mío, porque sois el mejor; 
mi faitz orguoill en ditz et en parvenssa,/ sois orgulloso conmigo en las palabras y en los modos, 
e si etz francs vas totas autras gens./ mientras que os mostráis amables con todos.

Be .m meravill com vostre cors s’orguoilla/ Me sorprende como hacia mí vuestro corazón se muestra duro, 
amics, vas me, per qu’ai razon qu’ieu .m duoilla;/ amigo, por lo que tengo razón para dolerme; 
non es ges dreitz c’autr’amors vos mi tuoilla / no es justo en absoluto que otro amor os aparte de mí, 
per nuilla ren qu’ie .us diga ni acuoilla;/ sea lo que sea lo que os diga o conceda;  
e membre vos cals fo .l comenssamens /¡y recordad cuál fue el inicio de nuestro amor! 
de nostr’amor! Ja Dompnedieus non vuoilla/ el Señor Dios no quiera 
qu’en ma colpa sia .l departimens./ que sea mía la culpa de la separación.

Proesa grans qu’el vostre cors s’aizina/ La noble virtud que habita en vuestro corazón 
e lo rics prtez qu’avetz m’en ataïna,/ y el alto valor que poseéis me intimidan, 
c’una non sai, loindana ni vezina,/ pues no conozco dama cercana o lejana, 
si vol amar, vas vos non si’ aclina;/ que, dispuesta a amar, no sea atraída por vos. 
mas vos, amics, etz ben tan conoissens/ pero vos, amigo, tenéis tanto juicio 
que ben devetz conoisser la plus fina,/ que bien debéis conocer la más perfecta; 
e membre vos de nostres covinens./ y acordaos de vuestro pacto.

Valer mi deu os pret e mos partages/ deben ayudarme mérito y nobleza 
e ma beltatz e plus mos fis coratges,/ y la belleza y aún más la sinceridad de ánimo, 
per qu’ieu vos mandad lai on es vostr’ estatges/ por ello os mando allá donde moráis 

esta chansson que me isa messatges:/ esta canción, que sea mi mensajera; 
ieu vuoill saber, lo mieus bels amics gens,/ y quiero saber, mi gentil y bello amigo, 
per que vos m’etz tanta fers ni tant salvatges,/ por qué sois tan altanero y cruel conmigo: 
non sai, si s’es orguoills o maltalens./ no sé si por orgullo o mal talante.

Mas aitan plus vuoill li digas messatges,/ Más aún quiero que os diga el mensajero: 
qu’en trop d’orguoills o ant gran dan maintas gens./ por demasiado orgullo mucha gente ha sufrido gran daño.


Traducción procedente de: Las Trovadoras, poetisas del amor cortés. Ed. Horas y Horas, 1997.



Además, se conservan otros poemas, todos ellos del mismo género: Ab joi et ab joven m'apais, , Estât ai en greu cossirier y Fin ioi me don'alegranssa. Tal vez compusiera también una tenso, atribuida tradicionalmente a Rimbaud 
d´Aurenge.
Su carácter independiente y decidido se pone de manifiesto en su expresión del deseo carnal y la sensualidad hacia su amante, tal y como se recoge en el poema Estât ai en greu cossirier, una de las mas bellas poesías de amor, según Martí de Riquer, cuya traducción sigue estas líneas:

He estado muy angustiada
por un caballero que he tenido
y quiero que por siempre sea sabido
cómo le he amado sin medida;
Ahora comprendo que yo me he engañado,
porque no le he dado mi amor,
por eso he vivido en el error
tanto en el lecho como vestida.
Cómo querría una tarde tener
a mi caballero, desnudo, entre los brazos
y que él se considerase feliz
con que sólo le hiciese de almohada,
lo que me deja más encantada
que Floris de Blancaflor:
Yo le dono mi corazón y mi amor,
mi razón, mis ojos y mi vida.
Bello amigo, amable y bueno,
¿cuándo os tendré en mi poder?
¡Podría yacer a vuestro lado un atardecer
y podría daros un beso apasionado!
Sabed que tendría gran deseo
de teneros en el lugar del marido,
con la condición de que me concedierais
hacer todo lo que yo quisiera.

En todos los casos el papel femenino es protagonista de sus decisiones y reclama la atención y el amor de una forma tan abierta y clara que resulta sorprendente para la mentalidad medieval posterior que ninguneó y borró su rastro.

Leo que los poemas de Beatriz de Día eran acompañados por música de flauta e intento imaginar como sería escucharlos. Una delicia, sin duda.


¡Feliz Semana! 


Nos veremos después de las vacaciones





http://www.academia.edu/461925/Beatriz_de_Dia_condesa_trovadora..._y_simbolo_de_independencia
http://grandesmujeresenlahistoria.blogspot.com.es/search/label/Siglo%20XII">http://grandesmujeresenlahistoria.blogspot.com.es/search/label/Siglo%20XII

martes, 17 de diciembre de 2013

A vista de pájaro. Arqueología desde el aire.




Era una avioneta pequeña en un aeropuerto pequeño.
La tarde empezaba calurosa y en aquel habitáculo mínimo nos metimos cuatro personas con la intención de pasar una hora y media de experiencia aérea aderezada de yacimientos arqueológicos. El  piloto iba justo delante de mi y me indicaba que enseguida podría verlo todo si me asomaba por la ventanilla situada bajo el ala. Delante Julio llevaba una cámara y me iba indicando la distancia al suelo. La siguiente en ultraligero,¿eh?. 
A mi lado un convidado, atraído por el tema, se iba mareando por momentos.
La zona a sobrevolar sería de campiñas, al sur del Duero, unas planicies inmensas, de limos e interminables campos de cereal punteados con lavajos y navas.
La temperatura dentro del aparato empezaba a ser sofocante. Serían las 6 de la tarde de un día de finales de mayo o comienzos de junio de 1991. Nerviosa culeaba en el asiento trasero preparando la cámara de fotos y mirando los planos señalados con lapicero. Sobre la ubicación de algunos lugares conocidos por la prospección arqueológica tradicional y adscritos a época tardorromana, había trazado una línea circular en rojo.
Ese año la primavera había sido lluviosa y el cereal estaba bien crecido. Era el momento de planificar vuelos de reconocimiento.  Buscábamos líneas marcadas en el suelo.



 Villa tardorromana de Los Casares, Armuña (Segovia). Fotografía oblícua con luz rasante desde avioneta. Los resultados son apreciables por el crecimiento diferencial de la vegetación y las sombras que se proyectan.
 Fotografía de Julio del Olmo.





Ortofotografía aérea vertical del SigPac en la que se aprecia el  campamento pequeño o recinto tardío del ala de caballería, del campamento romano de Petavonium, Rosinos de Vidriales (Zamora)



Para nosotros la Arqueología Aérea era un nuevo campo metodológico, copiado de interesantes experiencias francesas,  para el conocimiento, catalogación, caracterización y estudio de restos arqueológicos invisibles o difícilmente perceptibles en la superficie, aprovechando la fotografía oblícua, la luz rasante y el crecimiento diferencial del cereal.
Habíamos leído con interés los artículos de R. Agache,  arqueólogo francés, que complementó el trabajo de campo tradicional con los vuelos en avioneta y viceversa, siendo espectaculares sus investigaciones en las ciudades y villas romanas y el reconocimiento de granjas indígenas prerromanas, entre otras cuestiones.
Contábamos, en aquellos momentos, con el empuje, interés y disponibilidad de nuestro compañero Julio del Olmo, arqueólogo aficionado a la aviación, quien se convirtió en el primero de nosotros en proponer estas nuevas técnicas de estudio en el ámbito del centro de la cuenca del Duero.





 Casa galorromana. Fot. Roger Agache


Líneas de un cercado indígena prerromano. Fot. Roger Agache.



Pioneros en poner en marcha esta experiencia en nuestro territorio, habíamos apoyado desde finales de los 80 el trabajo de estudio aéreo sobre Villae romanas propuesto por Julio y los resultados sobrepasaban las expectativas iniciales. Por fin entendíamos la increíble variabilidad, la densidad de la ocupación, las hectáreas de extensión. Era impresionante la observación de las plantas casi completas de los palacetes romanos. Se hacía fácil comprobar desde el aire su complejidad, las líneas que articulaban las habitaciones en torno a los patios, las estructuras de la parte señorial, la amplitud de muchos de estos complejos lujosos tardorromanos.

Esta visión novedosa sin excavación arqueológica ponía a nuestro alcance nuevas perspectivas en el estudio arqueológico. Pronto pusimos en marcha una experiencia similar asociada al Inventario Arqueológico Provincial de Valladolid, convencidos de que si el método era bueno para el estudio de las villae y  si en Francia o Inglaterra se detectaban estructuras de otras épocas, aquí ocurriría otro tanto. 

Enseguida se empezaron a entender muchas cuestiones a cerca de la organización de las ciudades romanas, los oppida vacceos, los poblados de la I Edad del Hierro, los yacimientos prehistóricos rodeados de fosos, los recintos defensivos altomedievales, las iglesias desaparecidas, las motas arrasadas,los castillos arruinados, etc.


Poblado prehistórico del tipo "recinto de fosos", en El Casetón de la era, Villalba de los Alcores (Valladolid). Fotografía de Julio del Olmo.



Castilviejo, Cuéllar (Segovia). Recinto con foso y aldea extramuros. Siglos X y XI. 

La fotografía aérea es, sin ninguna duda, un instrumento muy eficaz en la detección de otras evidencias, como los caminos históricos y, desde luego, ha sido empleada, con gran acierto, en el estudio de las vías romanas llevado a cabo en Castilla y León en fechas recientes, fundamentalmente en aquellos sectores en los que los restos no eran tan visibles o habían sido objeto de interpretaciones erróneas.

Vía romana a su paso por la provincia de Soria, junto al arroyo de los Frailes, al oeste de Matanza de Soria. Isaac Moreno Gallo.

Un mundo nuevo de posibilidades inmensas se abría ante nosotros hace veinte años y hoy sigue contribuyendo a responder a numerosos interrogantes. La extensión de una ciudad, la ocupación de un territorio, la densidad de la superposición, las características tipológicas de las estaciones arqueológicas, la estratigrafía horizontal de las ocupaciones urbanas, son sólo algunas de las cuestiones a cuya comprensión contribuye la aplicación del método.

Casi todo lo que se ve desde el aire, se  dibuja sobre los campos de cereal a través de la observación del crecimiento diferencial de la vegetación, aunque este no es el único índice ni mucho menos.

Aquellas primeras fotos de hace una veintena de años eran oblícuas, requerían de unas magníficas condiciones de visibilidad y se realizaban al amanecer o a la caída del sol, con la luz rasante agudizando los contrastes. Precisaban un contrato específico para su realización directa con los medios al alcance (una avioneta o un ultraligero, dependiendo de las distancias a recorrer), pero también de un software de corrección y una fotointerpretación casi inalcanzables en aquellos momentos.

Un vuelo no era suficiente. Se hacía necesario, y hoy de igual forma, programar y llevar a cabo varios vuelos sobre los mismos lugares, incluso  en años diferentes ya que las condiciones de humedad no son las mismas y queda patente que hay épocas, dentro del ciclo anual mucho mas propicios para el estudio de los yacimientos desde el aire, e incluso años con mas rendimiento de visibilidad que otros.

Hoy hay mucho camino recorrido y el panorama es algo diferente. Tenemos diferentes vuelos digitalizados basados también en la fotografía vertical medible, la ortofotografía al alcance de un clic.

Google Hearth pude ser manejado por cualquiera, aunque los vuelos específicos con resoluciones mejores, como los nacionales del Pnoa , es incuestionablemente mas eficaz para nuestras observaciones profesionales.
La fotorestitución es accesible a cualquier usuario y los softwares nos permiten localizar en coordenadas UTM cualquier evidencia arqueológica, medirla y compararla.



Yacimiento arqueológico de Arce Mirapérez, en Miranda de Ebro (Burgos). La fotografía aérea permite observar el urbanismo del recinto, con sus calles y manzanas de viviendas.



Tritium Autrigonium. Tricio, de los Autrigones (Monasterio de Rodilla, Burgos). Entramado urbano apreciable en 1996.
 © François Didierjean (francois.didierjean@wanadoo.fr


Una ortofotografía sobre la costa actual puede ofrecernos una visión increíble del patrimonio arqueológico sumergido.



Visor Iberpix del IGN. Manga del Mar Menor.

La foto aérea, en origen, no es mas que un método que nació en el seno de las confrontaciones bélicas, con unos intereses militares a raiz del uso de la aviación en el espionaje militar de la I Guerra Mundial  y que pronto comenzó a ser aplicada a la detección arqueológica.

La era espacial surgida en plena Guerra Fría fue también un revulsivo para la innovación a gran escala pues los satélites permitieron, en otras muchas cuestiones, detectar grandes infraestructuras camineras y centros urbanos desaparecidos asociados a aquellas.

Arqueólogos asociados a la NASA mejoraron la técnica en condiciones desfavorables desde el punto de vista atmosférico, de visibilidad, claridad aplicando la fotografía con rayos infrarrojos y ultravioleta.

La Arqueología aérea permite obtener una visión territorial mucho mas amplia que la que teníamos antes de su aplicación. No obstante lo anterior es fundamental entender que es una técnica arqueológica que complementa y se complementa de estudios sobre la superficie, de modo que constituye una metodología mas de la forma de hacer historia a través de la arqueología. 

Así fue entendido por el arqueólogo francés Roger Agache, cuyos trabajos estudiamos durante nuestros años de especialización y a quien tanto debemos los arqueólogos actuales. En homenaje a su trabajo, gérmen de tantos otros posteriores, van estas líneas.





En la actualidad se está generalizando el uso de drones con fines de estudio aéreo sobre yacimientos arqueológicos, espacios arqueológicos de carácter territorial y bienes complejos que se desarrollan en decenas o centenares de kilómetros.
Les dejo con estas sugerentes imágenes y un magnífico documento visual.

Buena semana a todos!








Por si les apetece ampliar el tema.

VVAA. Actes du colloque international d´archéologie aérienne- Amiens 15-18 octobre 1992. hommage à Roger Agache. Revue archéologique de picardie, nº special 17

jueves, 5 de diciembre de 2013

Delicatessen medievales. Llibre Vermell de Montserrat.





Cantar como un peregrino medieval es algo fantástico. Una oportunidad especialmente interesante llena de emociones.

Tal vez, si yo hubiera sido una peregrina de las de entonces y hubiera transitado campos, dormido donde y como se hubiera podido, hecho vigilias, disfrutado y orado con devoción, mi percepción del asunto fuera otra.

Tanta gente en romería haciendo una vida mas o menos normal, popular y, seguramente, mas banal y terrenal de lo que pudiera parecer, acabaría favoreciendo usos poco religiosos, lo que inevitablemente conduciría a que los propios centros de peregrinación establecieran pautas decorosas y devotas para las largas horas de convivencia, canto y danza de los peregrinos.

Aquellas canciones y bailes de los romeros, algunos en corro, eran muy populares; los franciscanos habían realizado un esfuerzo enorme para acercar a la gente sencilla la liturgia. Pero no solo se cantaban temas populares; además en los santuarios, se hacían otras músicas claramente cultas que, por su dificultad en la ejecución de la propia musicalidad y sus letras, debían estar pensadas para los expertos cantores monacales o reales.

Yo un día entré a formar parte de un coro de cámara donde aprendí estas músicas tan hermosas y antiguas y quedé prendada de ellas. No hay muchas ocasiones para hacerlo, lamentablemente, pero me han abierto una puerta para ahondar en la historia del patrimonio musical medieval. 

Nadie que ame el Patrimonio Cultural puede amar solo una parte, pues el todo sustancia cada aspecto y si no es así no se puede comprender en lo que vale. Entiendo estas músicas, cantadas y bailadas en sus espacios públicos, en los templos de la época, en un momento histórico concreto, en el siglo XIV.

De ahí, precisamente, que quiera presentaros el Llivre Bermell como un gran libro no solo musical.

Las líneas que siguen están dedicadas a las personas que pusieron música en mi vida.






Montserrat era uno de los mas importantes santuarios cristianos medievales a los que acudían peregrinos de todas partes.  A las gentes de la comarca y de otras zonas peninsulares, se unían los romeros procedentes de mas allá de los Pirineos y todos aquellos otros que desembarcaban en el puerto de Barcelona de camino hacia Santiago de Compostela procedentes de Italia, del Languedoc y de otros muchos lugares del Mediterráneo.

Este importante número de peregrinos hizo que los reyes de Aragón mandaran arreglar y mantener los estrechos caminos que subían al  monasterio y, en el principal, ordenaran levantar siete cruces de piedra, coronadas por relieves, dedicadas a los siete gozos y los siete dolores terrenales de la virgen María, para que acompañaran el tránsito del peregrino. El cuidado de estos caminos y la construcción de puentes  exigió también la atención de los priores de Montserrat.




La devoción mariana, las curaciones y milagros que se le atribuían a la Virgen, atrajeron tal gentío que se hizo necesario levantar infraestructuras de acogida que fueron completándose y modificándose a lo largo del tiempo, fundamentalmente durante el siglo XIV, pues se tiene constancia de que se daba de comer los romeros, se les hospedaba y proporcionaba servicio religioso, lo que a todas luces supuso levantar hospederías, porches , ampliar la iglesia facilitando además la vela de los peregrinos, consagrar nuevos altares, construir la capilla de las once mil vírgenes (adornada por Pedro Moragues, como las cruces de los siete gozos), levantar un nuevo campanario, etc.




La presencia  de peregrinos crecía, además, alentada por la visita de reyes, nobles y eclesiásticos y , como no podía ser de otro modo,  todas las expresiones derivadas de ello, ya fueran religiosas o profanas fueron debidamente organizadas.

Es precisamente esta necesidad organizativa la que impulsa que desde el scriptorium montserratino se copien textos devocionales y teológicos junto con otros que relatan milagros, homilías, estatutos de la Cofradía, descripciones, alabanzas, una guía de iglesias para el peregrino y cantos. 

Hacia 1399 acabó de escribirse, precisamente en un manuscrito singular por cuanto constituye una compilación diversa, testimonio de una época y una forma de expresión devocional, un libro muy especial.
Este libro pasó en el siglo XVI a ser archivado en el Monasterio y en el siglo XVIII fue a signado al cajón 4, donde se conservan los documentos relacionados con el origen y los hechos mas importantes del monasterio.

El códice, desgraciadamente, no se ha conservado completo, aunque fue descrito en numerosas ocasiones. Tiene actualmente veintitres cuadernos, conformados por 137 folios en un estado de conservación muy diverso, con algunas partes afectadas por la humedad. 



La encuadernación es también moderna, la última con piel roja sobre madera y costillas en el lomo, sustituye a la anterior, de finales del XIX realizada en terciopelo rojo, de ahí que sea conocido como Llibre Vermell.

A pesar de que el gran público actualmente asocia el Llivre Vermell con los cantos y las danzas de los peregrinos, a lo largo de las diferentes etapas históricas ha gozado de consideraciones bien diferentes.




Así, en los siglos XVI y XVII , el manuscrito, por su antigüedad, servía de justificación histórica a los pretendidos orígenes del culto a la virgen en Montserrat y  del propio monasterio (ya recogidas siquiera brevemente en otros documentos de los siglos IX y X desaparecidos): la vida de fray Garí como ermitaño, la aparición de la imagen de la virgen en una cueva , la salvación, por intercesión de la virgen María,  de la vida de la hija del conde de Barcelona, violada, degollada y enterrada en la cueva de fray Juan Garí, el final ejemplar de la vida de este en Montserrat, la fundación del monasterio femenino por el conde y su posterior transferencia a los benedictinos de Ripoll; si bien a finales del XVII también se pone de manifiesto la insostenibilidad documental de la historia del ermitaño Garí, proponiendo que, entre otras cuestiones, fueron los  milagros contenidos en el libro, y la indulgencia de Porciúncula, los que realmente propiciaron el origen y desarrollo de la peregrinación y del monasterio.




A partir de la segunda mitad del siglo XVIII el interés del manuscrito como documento hace que empiecen a copiarse los cantos, considerando que son estos las piezas mas raras del archivo.

La ocupación napoleónica supuso el expolio del monasterio y la desaparición del libro. 

Tras el incendio de Montserrat en 1811, se inicia una etapa tanto de popularización romántico-patriótica de lo medieval, como de erudito estudio del cancionero tradicional y la poesía trovadoresca que vivía atenta al hallazgo de nuevas piezas de códices perdidos. Estas dos corrientes supusieron el resurgir nuevo del Libro Rojo
El códice perdido,  fue reencontrado en Vic en 1885 para ser posteriormente comprado por el abad de Montserrat.
    

El manuscrito se compone de los siguientes libros:
.- Libro de los  milagros de la Virgen. Folios 1 a 21. Escrito en latín.
.- Libro de cantos y danzas. Folios 21 a 27. Escrito en latín y catalán
.- Libro de confesión. Folios 27 a  29.
.- Jubileo de Santa María de la Porciúncula en Montserrat en 1397. Folios 30 y 31.
.- Historia de la Indulgencia de Santa María de Angelis.. Folios 31 a 40
.- Privilegio pro indulgentiis impetrandis. Folios 40 y 41.
.- Privilegios pontificios concedidos a Montserrat -1409/1430-. Folios 41 a 46
.- Recopilación de oraciones. Folios 47 a 56, en latín y catalán
.- Artículos de la Santa Fé católica. Folios 57 y 58
.- Instrumenta spiritual artistas te enorme vivendi S. Isidori. Folios 58 a 65.
.- Anselmus de deploratione virginidades. Folios 65 a 67.
.- Apología de la fe cristiana. Folio 67; en latín.
.- Sobre el universo y alabanzas a su creador, en catalán y en latín. Folios 68-70.
.- Horas de la Virgen, de la Pasión, y oraciones. Folios 70 a 72; en latín y catalán.
.- Memoriale de mirabilibus te indulgentiis urbis Rome , escrito en 1382. Folios 72 a 74.
.- Salterio. Folios 75-76; en latín.
.- Brevis exhortatio ad sermocinandum. Folios 77-80; en latín y catalán.
.- Viridarium Consolation de vicio te virtutibus. Folio 80 a 93.
.- Opusculum de decem preceptos legislación, de quatuordecim fidei articules, te de septem ecclesie Sacramento. Folios 93 a 118.
.- Varia montserratina. Folio 119; en latín.
.- Kalendarium sanctorum monachorum. Folios 120 a 132.
.- Nota sobre facultades de los penitenciers. Folio 133.
.- Capítulos de la cofradía de Montserrat. Folios 133-134.
.- Indulgencia plenaria para los cofrades de Montserrat. Folios 134 y 135; en latín. 
.-En blanco. Folio 136
.- Assí comensa lo libre Appel del pecador lo cual hizo Monseny siendo Agustín. Folio 136
.- Notas referentes a la iglesia de Montserrat. Folio 137

El cancionero 


  



El cancionero recopilado entre los folios 20 a 27, es la parte más famosa del Llivre Bermell . 

La excepcionalidad de su interés compositivo musical radica en que junto a los cantos se dan a conocer algunas de las danzas medievales que los acompañaban, lo que hace de este códice un "unicum" de danza religiosa plenomedieval en Europa.


El conjunto ha sido estudiado y editado varias veces desde el año 1895. 



De las diez piezas que forman actualmente el cancionero solamente hay dos conocidas total o parcialmente por otras fuentes, de ahí su enorme importancia para la documentación de piezas inéditas de la época. 

Todos los cantos, excepto O virgo splendens, pertenecen al ars nova, constituyendo este canto un ejemplo de melodía mas antigua a la que se adaptó un texto nuevo.

No podemos decir nada con respecto a la creación musical.  La posible intervención del monje Guillermo de Matamala, praecentor de Montserrat, documentado como monje desde el año 1320 y muerto en 1355, en los cantos del Libro rojo no pasa de ser una suposición. 

Sabemos que hay un número de cantos perdidos del que sólo conocemos la letra del Rosa placentera.





Unos y otros formaban parte del repertorio musical religioso con que los peregrinos se entretenían en las plazas del santuario y cantaban a la luz de las lámparas durante la vigilia nocturna de oración ante la imagen de Montserrat. Así pués, el cancionero montserratino tiene un carácter cultual, de ahí que el códice recopile milagros marianos generales y del propio lugar anunciados en una homilía escrita en catalán, que va precedida de otro texto, una primera homilía escrita en latín,  que presenta un repertorio de temas como las actitudes y austeridad del peregrino, el destierro de bailes y cantos deshonestos durante la romería, la instrucción religiosa, la llamada a la conversión y al cumplimiento de los deberes del propio estado. 




La jornada religiosa del romero empezaba con la misa matinal y remataba en la vigilia nocturna en la iglesia.

La vigilia de oración ante la santa imagen de Montserrat formaba parte, en esa época,  de la romería. Podía ser una noche, o  alargarse varias (hasta tres), aunque no faltan indicaciones de celebraciones de novenas de vela. 

Se iniciaba hacia las seis de la tarde con el canto de la Salve y los gozos, que los monaguillos ejecutaban terminadas las completas. 

Primero eran los monaguillos quienes por encargo de los asistentes excitaban la devoción con el canto de otros gozos, himnos y prosas y quizás alguna de las piezas del cancionero Montserrat. 


Cuando, hacia las siete y media a lo sumo, se retiraban, continuaban los cantos de los cuidadores, instalados en la iglesia o en los claustros en alfombras, mantas y colchones que les proporcionaba el santuario. 

A medianoche o a primera hora de la mañana se imponía silencio: los monjes y sacerdotes debían rezar el oficio de maitines y el de laudes. La gente quedaba en la iglesia orando en silencio, adormecidos o bien preparándose para la confesión sacramental. 

A las cuatro o a las cinco de la mañana, según fuera verano o invierno, se celebraba la misa matinal. Era la misa por excelencia de los peregrinos. Cantada por los monaguillos, era siempre votiva y solemne de la Virgen, y por eso había cada día prédica.

Además de estos dos grandes actos populares-la vela y la misa matinal-, durante el día los romeros debían participar en actos de devoción, como los breves oficios de las horas de la Virgen y de la Cruz,  las letanías y otras devociones que encontramos en el códice. 

También tenían entonces ocasión de admirar los exvotos, de inscribirse en la Cofradía de Montserrat o bien de pagar la limosna anual, destinada principalmente al sostenimiento de los peregrinos, a la iluminación de la iglesia y en la reparación los caminos. 


     


Significado

Se asegura que el repertorio musical del Llivre Bermell es fruto de la devoción popular nacida, hacia mediados del siglo XIII, con los franciscanos. Estos, con sus ideales de pobreza y sencillez, hicieron posible popularizar la piedad. Este fenómeno, se une a la generalización del culto mariano debido, fundamentalmente a los dominicos, otra de las órdenes mendicantes de la época.

Todo esto no hizo sino favorecer la existencia de un corpus de canciones populares devocionales de María junto con otras propias de trovadores.

Los testimonios peninsulares de este fenómeno serían las Cantigas de Santa María, de carácter culto, y parte del Libro rojo de Montserrat, de carácter popular.

El propósito con el que se redactó este último se explica detalladamente en el folio 22, en la nota redactada en latín. Hemos de recordar que cantar y bailar en las iglesias estaba arraigado en la sociedad medieval, pero el abuso de estas cuestiones había atraído la atención de concilios y sínodos.

“Quia interdum peregrini quando vigilant in ecclesia Beate Marie de Monte Serrato volunt cantare et trepudiare, et etiam in platea de die, et ibi non debeant nisi honestas ac devotas cantilenas cantare, idcirco superius et inferius alique sunt scripte. Et de hoc uti debent honeste et parce, ne perturbent perseverantes in orationibus et devotis contemplationibus.”


“Dado que a veces los peregrinos, cuando velan en la iglesia de la Virgen María de Montserrat, quieren cantar y bailar y también desean hacerlo de día en la plaza, y dado que allí sólo deben cantarse canciones honestas y devotas, por tal razón hay escritas algunas antes y después.Y deben utilizarse honesta y moderadamente para no perturbar a quienes se encuentran en oración y meditación.

No obstante, al menos dos de las diez composiciones que incluye el manuscrito, ‘Mariam, matrem’ e ‘Inperayritz/Verges ses par’, son piezas que no es posible que estuviesen destinadas al canto de las gentes sencillas los peregrinos, pues se trata de dos virelais polifónicos. El primero de aquellos utiliza ritmos complejos que solo dominarían los cantores monacales y reales, mientras el segundo combina dos textos distintos como en un motete. Este modo ya estaba en desuso cuando fue copiado, lo que hace pensar que se trata de música mas antigua, por mas que fuera recopilada en el siglo XIV.

Polorum Regina  es una danza en corro y canto a una sola voz. Su estructura no responde a ninguna otra parecida, mientras que Cuncti Simus y los Set Gotxs son piezas destinadas a que los peregrinos hicieran de voces secundarias que acompañaran a otras solistas.
Todos cantos son en catalán, occitano y latín y sobre su autoría se desconoce todo. 
La última de sus composiciones, y tal vez la más notable, es Ad mortem festinamus, la versión musicada más antigua que se conoce de la Danza de la muerte. Idéntica composición, sólo que escrita en notación cuadrada gregoriana en lugar de en notación medida, aparece en la parte inferior de un delicioso fresco de la sala capitular del convento de San Francisco en Morella (Castellón)





Las piezas de la colección son diez:

- O virgo splendens (fol. 21v-22)
- Stella splendens (fol. 22r)
- Laudemus Virginem (fol. 23)
- Mariam, matrem Virginem (fol. 25r)
- Polorum Regina, omnium nostra (fol. 24v).
- Cuncti simus concanentes (fol. 24).
- Splendens ceptigera (fol. 23)
- Los set gotxs recomptarem (fol. 23v)
-Imperayritz de la ciutat joyosa / Verges ses par misericordiosa (fol. 25v)
- Ad mortem festinamus (fol. 26v)














Parece quedar claro que se trata, en general de músicas y danzas antiguas recopiladas en el siglo XIV y que de aquellas conservadas, hay una parte, de populares y otra de música culta. La excepcionalidad de este códice radica en su propio carácter de compendio (entre otros musical), su conservación y significado.


Deseo que os haya resultado interesante y os animeis a escuchar algunas de las piezas que se recogen en su cancionero de las que he realizado una selección como muestreo.  


¡Buena Semana a todos!