martes, 15 de diciembre de 2015

Genadio y Santiago de Peñalba.


En la familia real leonesa, de la que procedía Genadio, no se si esperaban que aquel joven monje de Ageo, hoy Ayoó de Vidriales, en la provincia de Zamora, tras una fulgurante carrera eclesiástica, acabara siguiendo los pasos de los santos Fructuoso y Valerio, convirtiéndose en un eremita.  
De su primer monasterio salió, en dirección norte para protagonizar la restauración del antiguo cenobio de San Pedro de Montes, en el Bierzo. Sus condiciones y aptitudes lo convirtieron en su abad y, poco después, en obispo de Astorga, cargo que ocupó desde  el año 899,  hasta que en 920 decidió retirarse al Valle del Silencio, donde vivió hasta su muerte, en 936.



Al año siguiente, se consagraba una iglesia en Peñalba de Santiago, con doble ábside para convertirse en su mausoleo funerario.
Es un lugar precioso donde naturaleza y Patrimonio Cultural hacen de la visita una experiencia inigualable. 
Remontando el Valle del Silencio, entre árboles centenarios, sonidos de agua y pequeñas sendas, se llega al roquedo de piedra clara que abre su boca en la conocida cueva de San Genadio, donde habitaron los ascetas extremos entre los siglos V y X de nuestra era y que, según la tradición, sirvió de refugio para el retiro del santo.







En el pueblo de Peñalba de Santiago se conserva la iglesia de lo que fue el monasterio de Santiago. Este nuevo templo, levantado por los discípulos de Genadio, Fortis y Salomón, fue consagrado en 937.





Posee una planta de cruz latina con una nave de dos tramos con ábides contrapuestos y dos capillas adosadas al segundo tramo que conforman un transepto cubierto por una bóveda gallonada que permite realizar, sin pechinas ni trompas, una transición del cuadrado de base de la planta al octógono.
El tramo oeste de la nave se cubre con bóveda de cañón. Ambos son de diferentes alturas separadas, entre si y de los ábsides, por arcos de herradura sobre capiteles corintios. Los ábsides se cubren también con bóvedas gallonadas.





Los accesos se realizan por el sur y el norte del aula. La puerta meridional es una vano de doble arco en herradura sobre columnas con fustes de una pieza, capiteles corintios y cimacios y basas áticos, enmarcado, todo el conjunto, en un alfiz con restos de policromía en rojo.
Del mismo color es el pavimento hallado en el interior del templo fabricado con mortero de hormigón que es, sin duda, del suelo original de la iglesia.
La fábrica es de mampostería de pizarra y caliza conservándose restos del revestimiento de mortero original al interior y , parcialmente al exterior. Un zócalo pintado en color rojo se desarrolla en todo el interior y exterior actual.
Las columnas y capiteles son de mármol, gris y blanco pulido.
La cubierta actual es de lajas de piedra, si bien parece que existen ciertas evidencias del uso original de la teja de barro cocido.



Desde el año 2002 la Fundación del patrimonio Histórico de Castilla y león, empezó a desarrollar  un programa de restauración, primero en relación a las pinturas murales, , basándose en un estudio previo de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León.
Pinturas y morteros se han conservado en un estado aceptable durante diez siglos gracias a su excelente técnica y  a la calidad de los materiales empleados.
El trabajo realizado por María Suárez Inclán permite afirmar que las pinturas de Peñalba están emparentadas con las asturianas prerrománicas de los siglos IX y X, respondiendo ambas a una tradición pictórica romana y bizantina sobre varias capas de mortero tendido siendo el mas superficial un enlucido fino al que se añadía polvo de mármol. 
La superficie obtenida se pulía y sobre ella, se trazaba el grabado con regla y compás.
La técnica de estas primeras pinturas es al fresco, utilizando minerales de textura finísima.


Existe en Peñalba un ciclo pictórico decorativo desde este momento inicial, que comprende la totalidad de la superficie interior de la iglesia, al que se superpusieron,  mas tarde, repintes puntuales con nuevos motivos pictóricos, ahora realizados en seco y con materiales de grano mucho mas grosero.
Las primeras y originales pinturas del siglo X se habrían realizado a partir de 937 y probablemente a lo largo de la segunda mitad del siglo. Un zócalo rojo de 1,30 m de altura respecto del pavimento, recorre todo el templo dejando paso, en altura, a un estuco de color blanco. El paso de espacios de la nave y el transepto se decoró mediante pintura de dovelas rojas y blancas alternas en sendos arcos, uno de aquellos cobijando una ventana en forma de herradura abierta en un muro de ladrillo fingido que recrea el trabajo de albañilería.




Otro tanto, ocurre en la bóveda gallonada del contra ábside y del transepto donde el ladrillo fingido constituye uno de los dos ejemplos conservados y conocidos en la pintura mural cristiana del siglo X, junto con San Cebrián de Mazote, en Valladolid.
Se evocan, de esta forma, modelos propios de la estética del arte hispanomusulmán que estaban siendo utilizados en la mezquita de Córdoba y Medina Azahara.



La bóveda del tramo oeste de la nave se cubre con una suerte de tapiz decorativo  de círculos tangentes entrelazados en los que se mezclan los colores rojo y azul que recuerda los pavimentos de tipo mosaico de época bajoimperial romana que pasarían al arte bizantino y omeya. Los círculos, de diferente diámetro, contienen motivos florales de rosetas y palmetas acorazonadas. Todo el fingido tapiz se desarrolla sobre una línea de imposte de roleos vegetales enlazados.




El transepto, ocupado por la comunidad de monjes en las ceremonias, posee una mayor altura y  la pintura se reduce a los dinteles que enmarcan las ventanas norte y sur con rosetones, uno de seis hojas y otro con cruz patada, inscritos en doble círculo.
La pared meridional conserva, a media altura, sendas  cuadrúpedos pintados en rojo relacionadas con el bestiario de los códices de la época.



En el ábside, la bóveda de gallones presenta una extensa decoración de palmetas enfrentadas y cerradas en si mismas de fuerte tradición clásica en el ámbito asturleonés, tomado del repertorio hispano-musulmán








En el interior del templo,  se guardan asímismo sorpresas de reciente identificación, los grabados de sus muros. Apuntes, esbozos, ensayos, trazos, letras, nombres de santos, caballeros, monjes, palomas, nudos.de Salomón, círculos, estrellas en superposición, realizados con trazado ingenuo, propio de un pasatiempo, quizá ensayando para obras de mayor envergadura, que muestra el imaginario de los siglos alto-medievales.
Junto a inscripciones de carácter alfabético se hallan dibujos. Fueron todos trazados hasta una altura que corresponde, como máximo, con la de un brazo levantado por una persona de talla media, ligeramente por encima de 150 cm.
Lo cierto es que no conocemos bien las diferentes fases de ejecución, pero si que es en el espacio reservado para el oficio divino, el coro, donde se localizan la mayoría de esos grafitti, realizados, sin duda, durante las interminables horas de rezos.



Las inscripciones murarias caligráficas hacen referencia al siglo XII con nombres propios de personajes pasados y presentes: Genadius, el fundador espiritual cuyo cuerpo se custodiaba allí, Martinus, Iustus, Rodericus, Hermorigus y Ferrus.
A veces se trata de frases completas y hasta una antífona de carácter funerario, mientras que otras la lectura es muy difícil por diversas razones como el tipo de letra, la mala conservación, etc. Sabemos que en algunos se invoca la bendición de Dios a los suyos, mientras que hay un caso de traslado literal a la pared de la cita de un códice, que contuvo las Collectiones Epistolarum et Evangeliorum de Tempore et de Sanctis del carolingio, concretamente la correspondiente a la Feria VI: “Epistola Petri Apostoli I, cap. III”, que en algún momento formaría parte de la biblioteca de Santiago de Peñalba



C>DO QUE REPSIO HOMINEM SALVAT ך AB
ETERNO INTERITV LIBERET
que, desarrollada, da:

CreDO QUE REsPonSIO HOMINEM SALVAT ET AB
ETERNO INTERITV LIBERET

y, editada:
Credo, que responsio hominem salvat et ab / eterno interitu liberet (sic, liberat).



lo que se podría traducir como:
Creo, esta repuesta salva al hombre y le libera de la destrucción eterna



Los dibujos debieron ser realizados en el mismo momento. Un caballo a galope acompañado por un sencillo texto ECCUS, un lomo de cuadrúpedo de larga cola con un CANIS MAIOR, parejas de sirena pájaro y centauro y monjes orantes, uno de ellos tonsurado,  con túnica, escapulario y capa con capucha. No faltan detalles interesantes sobre las monturas incluyendo un monje con espuelas que sugiere el acogimiento de visitantes a caballo o en mula.



El trabajo realizado sobre los paramentos del templo ha permitido conocer un dato de relevancia histórica fundamental, la fecha de consagración del edificio en 937 en la línea de imposta del ábside y conservada parcialmente en letra capital grabada entre dos bandas de pintura roja. Se conserva el nombre del consagrante y la data:... TEMP...SALOMON AEPISCOPO DISCURRENT NOBIES CENTENA L XXV A....-en tiempos del obispo Salomón, en el año 975 de la era hispana (937 de nuestro calendario actual).
Sabemos que la decisión de Salomón pretendía culminar un proyecto iniciado por Genadio a cuyos restos iba a dar cobijo el ábside occidental de la iglesia. Sus reliquias, según reza el Tumbo Negro de la Catedral de astorga, hoy en la Biblioteca Nacional, se hallarían junto a las del santo titular, Santiago, San Adrián, San Torcuato y San Verísimo, entre otros, santos que también se veneraban en el monasterio orensano de Celanova, hecho que confirmaría la relación existente entre ambos centros monásticos en el siglo X
Una segunda inscripción sobre una lápida situada al oeste de la entrada principal, hace referencia a una segunda consagración fechada en 1143 de la era hispánica, el año 1105, realizada, probablemente tras la reforma que supuso el cambio al rito litúrgico  gregoriano. 
Hasta principios del siglo XII en Peñalba seguía vigente un sistema mixto de anacoretas  y vida en común dirigida por un abad que dió paso a la imposición de la regla benedictina de la mano de un abad francés cuyo nombre y valores personales se recogen en una inscripción monumental, la tercera, en orden cronológico, funeraria que se conserva en la jamba este de la puerta de acceso al cementerio desde el paramento norte del templo.



"Bajo este mármol, sepultado en Cristo, está Esteban, abad insigne, intachable en las costumbres, verdadero hombre del señor, recto y severo en la vida, discreto, sabio, sobrio y paciente, de gran honestidad y hombre de gran piedad mientras le fue posible, mientras vivió. La nación francesa nos dió un válido rector de jóvenes, modelo y guía de ancianos. Se rindió a la frágil vejez en la fiesta de Gervasio. La virtud excelsa de Dios le sea propicia Si al año ciento añades siete veces diez y a estos unes mil, sabrás la era en que fue.  El 19 de junio murió Esteban. Era 1170. Pelayo Fernández mandó que se hiciera y Pedro fue el que la grabó"
(trad. Martínez Tejera)



Las excavaciones arqueológicas realizadas en Santiago de Peñalba, en el marco de los trabajos de investigación previos a la redacción del proyecto de intervención, permitieron reconocer una abigarrada y pobre necrópolis de inhumación alrededor del edificio y certificar la ausencia de enterramientos en el interior, salvo en el contra ábside, levantado para albergar precisamente el cuerpo de Genadio.
Del estudio de las profundas cimentaciones de la estructura, se deduce que fue, desde el principio planteada como un edificio único y original, que presentaba dos pórticos simétricos, situados al sur y al norte de la nave,  
enmarcados por muros y con pavimentos de opus signinum- mortero de cal y arena mezclado con restos de ladrillo machacado sobre preparado de cantos rodados-. Dichos espacios, que como vimos unas líneas mas arriba, poseían zócalos pintados en rojo y entre cuyos muros se desarrollarían ritos litúrgicos, se derribaron en un momento impreciso.





La Cruz votiva de Peñalba que había sido regalada, en el siglo X, por el rey leonés Ramiro II a Genadio, en agradecimiento al auxilio recibido del Apóstol Santiago en la batalla de Simancas (año 939) contra Abderraman III, acabó siendo donada en 1879 por Mariano Brezmes y Arredondo, obispo de Astorga,(1875-1885), al Museo de León.




En el cáliz: "PELAGIVS ABBAS ME FECIT AD HONOREM SANCTI IACOBI APLI"
"Me hizo el abad Pelayo en honor de Santiago Apóstol"


En la patena: "CARNEM QVM GVSTAS NON ADTERIT VLLA VETUSTAS PERPETVVS CIBVS ET REGAT HOC REVS. AMEN"
"A la carne que comes no le afecta el paso del tiempo; es alimento perpetuo; el que lo niegue no está exento de culpa. Amén"



El cáliz y la patena, contemporáneos, fueron llevados a Astorga y acabaron, vendidos a un anticuario por los familiares de un arzobispo de Valladolid, en el Museo del Louvre, en 1886.
Tampoco permaneció en Santiago de Peñalba el cuerpo de Genadio, pues a comienzos del siglo XVII, la duquesa de Alba ordenó trasladar sus restos a las dominicas de Villafranca del Bierzo, y de aquí se trasladaron a las Lauras de Valladolid, un convento derribado en los años 90 para construir el Hospital Campo Grande.
Por esas cosas de la veneración de las reliquias de santo, la cabeza se custodia en la catedral de Astorga. 
Mientras, en un cajón guardado en una de las sacristías del templo, se hallaban los restos de un antiguo ajedrez de hueso, cuatro piezas conocidas como los Bolos de San Genadio, en realidad dos torres, una de ellas partida por la mitad, un alfil y un peón.





¡Que tengan una feliz semana!







Bibliografía

Cortés Santos, J. Luis; 2011: La iglesia de Santiago de Peñalba (león): nuevos datos arqueológicos. Mozárabes, identidad y continuidad de su historia. Antig. crist. (Murcia) XXVIII, pp 231-279

Escudero Navarro, Zoa; García Alvarez, Joaquín y León López, Alfonso; 2004 : Intervenciones en la iglesia de Santiago de Peñalba (León) Revista de la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León. Nº 19 

Guardia Pons, Milagros; 2008: Scariphare et pingere en la Edad media. Los grafitos de la iglesia de Santiago de Peñalba. Patrimonio Histórico de Castilla y León, 33, pp. 51-58.

Ito, Yoshihiko; 2012: Las bóvedas de lafrillo fingido en la iglesia de Santiago de Peñalba y los préstamos estéticos de monumentos antiguos en el reino de León en el siglo X. Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte. Vol. 24, pp 9-26

Jimeno Guerra, BVanessa; 2015: Un patrimonio oculto y recuperado. Los graffiti de la iglesia de Santiago de Peñalba (Peñalba de Santiago, León). Medievalismo, 25, pp 233-259

Lorenzo Arribas, Josemi; 2013; Translatio in parietem. Dos grafitos medievales en las iglesias de San Millán de Suso (la Rioja) y Peñalba de Santiago (León). Medievalia 16, pp 91-102





martes, 1 de diciembre de 2015

El Almirante y La Fuente de los Ángeles




A veces ocurre que lo mas cercano, si bien no nos ha pasado desapercibido, no es lo que mejor se conoce y basta una llamada, una convocatoria, una invitación, para solucionar, con emoción, el asunto. Esto me ha pasado algunas veces y he procurado aprender, observar y aportar de la mejor manera posible.
Amando la historia y el Patrimonio Cultural es lógico reconocer que las expectativas al ser invitada a conocer la Fuente de los Angeles, de la mano de su propietario Antonio Amens, pintor y empresario, eran fantásticas. Un día soleado, un paseo tranquilo por la finca, unas pinceladas de datos históricos, piezas pétreas diseminadas o integradas en construcciones de nuevo cuño, eso sí, con técnicas tradicionales y materiales reciclados, hacen atractivo, interesante y esclarecedor este lugar.
Quienes siguen a Ermitiella saben de nuestro especial interés por las surgencias de agua y su importancia en todos los aspectos de la vida del hombre, pues junto a las fuentes aparecen los pueblos a lo largo de la historia y entorno a ellas se mantienen cultos ancestrales que tienen que ver con las energías telúricas y que son reutilizados por las nuevas religiones de forma sistemática con el devenir de los tiempos.




Ortofotografía con la ubicación de La Fuente de los Angeles. Iberpix. IGN

La Fuente de los Angeles, es una finca espectacular situada a unos 10 kilómetros de la ciudad de Valladolid, en el término municipal de Villanubla , un pueblo de origen medieval al que la tradición hace llamarse  Fuentes Claras. 
En un páramo calizo de sustrato rocoso mana, de varias fuentes, a ras de suelo, el agua, naciendo, de este modo el río Hontanija (la Fontanica).  Donde hoy hay un vasto y vacío páramo existía un monte cerrado, un frondoso bosque que acabó perteneciendo a Valladolid y su Corte. No sería descabellado pensar que este nacedero pudiera haber atraído la atención de antiguos pobladores de los que todo desconocemos, pues las transformaciones del lugar y la falta de estudios arqueológicos, no  permiten, por el momento, apuntar en esta dirección. En todo caso, los datos mas antiguos de ocupación de este espacio no van mas allá de la plena Edad Media.




Me ha resultado extremadamente interesante conocer, a través de información directa de Antonio Amens, que en el actual pueblo de Villanubla, en la zona conocida como Los Castillejos, existió una torre, ya desaparecida, que parece poder ponerse en relación con la línea fortificada que se erigió en el conflicto entre los reinos de León y Castilla.
Pues bien, ese mismo lugar de aguas abundantes, lo fue de un convento levantado por monjes agustinos en el siglo XV, en el que el Almirante de la flota de los Reyes Católicos, D. Sancho, de la nobilísima familia de los Bazán, ordenó se llevara a cabo su última morada, testando ser enterrado en su propia capilla, tal y como era habitual costumbre entre los aristócratas de la época. Tenían estos a gala ejercer el mecenazgo de monasterios e iglesias, levantando monumentos y otorgando dineros, con el fin de ganar un descanso eterno bien rezado.
Al fallecer sin herederos, fue su sobrina, Doña María de Zapata quien se encargó de la entrega al convento de 10.000 maravedíes, decenas de carros de pan y paños de lienzo blanco junto a ropajes litúrgicos de terciopelo verde. 
Don Sancho de Bazán, Almirante de Castilla y Capitán General de la Armada, que había participado en la toma de Granada con los Reyes Católicos, se le encomendó la impresionante flota que llevaría desde Laredo, en Santander,  a Flandes a  la infanta Juana para convertirse en la esposa de Felipe el Hermoso, en el mes de agosto de 1496. Si bien algunos documentos dan por cierta tal encomienda, otros apuntan que nunca pudo ser realizada, al morir D. Sancho, unos meses antes, en enero de 1496. 



Escudo de Sancho de Bazán sostenido por dos sirenas

Aún debe permanecer allí, bajo los escombros del templo derruído, tal y como atestiguan dos impresionantes escudos heráldicos recuperados, uno de ellos sujetado por dos sirenas y otro por hipogrifos, que se han recolocado en el portal de acceso y que proceden de un desescombro realizado al exterior del muro sur de la iglesia medieval. 
El convento se había fundado sobre un antiguo cenobio dedicado a San Benito que estaba adscrito a la diócesis de Palencia, del que existen pocos datos, salvo que contaba con un claustro que sabemos fue desmontado en 1588 por D. Diego de Praves. 



Muro meridional de la iglesia, construido con  mamposteria, con sus contrafuertes


De estas primeras construcciones medievales es posible identificar algunos sillares fabricados en caliza y tallados a bisel y algunos restos de piezas, muy escasas y dispersas, correspondientes a arquivoltas de alguna portada románica y de la iglesia monacal medieval solo es visible un muro de mampostería caliza con contrafuertes que correspondería al muro meridional y que hoy aguanta una terraza que conduce a un huerto.




Los sillares inferiores de este vano están tallados a bisel


Cruz de Malta recolocada en el portal de acceso 

En algún lugar próximo se produjo el hallazgo de una pieza caliza con una cruz de ocho puntas en relieve que hoy se expone en el portal, en la entrada principal. Representa las ocho beatitudes y es emblema, desde el siglo XII,  de los caballeros hospitalarios o de la Orden de San Juan de Jerusalén , también llamada de Malta desde que el emperador Carlos V le dio en feudo esta isla en el siglo XVI. 
En 1314 queda documentado que vive aquí Don Diego García de Padilla, Maestre de la Orden de Calatrava y hermano de la Reina María de Padilla, amante y esposa del Rey Pedro I de Castilla.



Ménsula con decoración vegetal recolocada en un muro del interior de la zona principal de la Fuente de los Angeles.

En el siglo XV este templo era propiedad de la Colegiata de Santa María de Valladolid y su obispo D. Roberto Moya fue quien lo donó en 1431, con todos sus derechos y pertenencias, al agustino Juan de Alarcón para fundar un convento, dando cumplimiento a la orden del general agustino P. Agustín Favaroni, deintroducir en España la reforma que la orden de allí ya se había iniciado. Así, apoyándose en bulas anteriores para la fundación de nuevos conventos, y habiendo sido autorizado por el Papa Inocencio IV,  comenzó a levantar en 1434 un eremitorio bajo la advocación de Nuestra Señora de los Angeles o de los Santos que se convierte en Casa Central para la "observancia" de la Orden de San Agustín, en España y América y  en la que acabaron por determinar la regla agustina, con el apoyo del rey Juan II de Castilla. Tanto el, como su hija Isabel le confirmaron, por dos veces, el privilegio de Tercias.
Inserto en el Camino a Santiago de Compostela desde Madrid,  contó con Casa de Peregrinos, que fue levantada en el año 1489 a expensas de unas tierras colindantes donadas por la ciudad de Valladolid.
Ilustre prior y provincial de Castilla salió elegido por el Capítulo el futuro santo Tomás de Villanueva, predicador de Carlos I.
Es el propio emperador quien ordena que los monjes sean considerados vecinos del lugar de Villanubla de modo que puedan disfrutar del uso de los comunes concejiles. Además,se les otorgó la facultad de vender vinos y cosas de menudo a los vecinos, y se les exime en 1579 del pago de  la Alcabala de cal, teja y ladrillo que se enviaba a vender a Valladolid. Incluso en la Real Chancillería de Valladolid da una ejecutiva en 1593 para que los que tuvieran heredades y tierras del convento en arriendo no pagasen diezmos.
El convento de los Santos desde el principio necesitó espacio para su mantenimiento y constan documentos de los numerosos trueques, compras, arrendamientos y donaciones que se realizaron en sus alrededores para ampliaciones sucesivas, como la petición que se hace en 1589 al regimiento de Valladolid para hacer cuartos de hospedaje, la donación de la viuda de Pedro Santander en 1509 de un molino (uno de los 14 que se localizaban sobre el Hontanija), un huerto y un palomar que están situados en el arroyo que baja desde la huerta del convento, así como las numerosas tierras dejadas en heredad a cambio de ser enterrados en el convento y petición de misas por los aniversarios o una carta de pago, donde se le hace herederos de las numerosas propiedades del matrimonio Marina de la Cuesta y Santiago Camboya.
En 1545 la iglesia del convento ya disponía de un altar dedicado a Nª Señora de Gracia, cuya imagen se venera actualmente en la parroquia del pueblo con el que tan estrecha relación tuvo, pues a los beneficios económicos que le reportaba la vecindad, se unían los espirituales de confesión y predicación.




Fachada de Diego de Praves. Seis de los vanos están reformados mediante rasgado probablemente en el momento de uso del espacio como granja.

La importancia del monasterio es tal que se encarga su reforma al arquitecto D. Diego de Praves,  que ya había trabajado en la iglesia de Villanubla, según consta en una escritura de obligación y concierto en enero de 1590, por el que se comprometía a realizar un conjunto de obras en el monasterio de todos los Santos también llamado de los Ángeles, concretamente en la fachada  y claustro, este último completamente desaparecido.
Por el precio de 600 ducados se comprometía a construir el refectorio, dos lados del claustro y un paredón que debía añadirse a la pared de la iglesia. Toda la obra se realizaría según sus trazas y condiciones: una sala alargada con tres vanos terminales para el Refectorio y un claustro de planta cuadrada de dos pisos con sus correspondientes órdenes y 40 arcos perpiaños de piedra, diez por cada panda, todo soportado por pilares cuadrados. A toda esta obra se añadiría una escalera de piedra. La obra debería acabar en  diez meses, justo para  el día de todos los santos de ese año. La extensión del convento y el huerto era, en aquel momento, de 30.000 m2, cerrado en su perímetro por una cerca levantada en mampostería de caliza.
Entre 1808 y 1812 con la invasión napoleónica el convento fue utilizado por las tropas francesas como cuartel. A su salida se atestiguó la destrucción de buena parte del convento cuyas piedras fueron reutilizadas para reparar el Puente Mayor  de Valladolid y  para Medina de Rioseco.
El golpe definitivo lo recibe en 1835, con el tercer proceso desamortizador, el ya definitivo ordenado por Mendizábal,  en el que el convento es abandonado por la comunidad agustina recoleta y pasa a convertirse, como otros muchos,  en una granja de explotación agrícola que supone el colapso de la Iglesia, el claustro y otros edificios.



Uno de los estanques de la Fuente de los Angeles


Después de muchos años de abandono y ruina, en 1990 es comprado por el artista y empresario Antonio Amens, quien comienza una recuperación y adecentamiento de algunas de sus estancias y vergel dedicándolo, durante años, a la actividad hostelera y cultural.









Nuevas construcciones, con materiales reutilizados y técnicas constructivas tradicionales, se alzan sobre las antiguas ruinas yuxtaponiéndose de modo armonioso.
El vergel, que mantenía un completo sistema de regadío a través de estanques, canales y compuertas, se ha convertido en un magnífico jardín de árboles.




En el año 2005, ante la construcción de un enorme edificio hotelero, a escasos metros de la entrada, que desvirtúa el idílico entorno natural y cultural de la Fuente de los Angeles, se decide, por parte de su propietario, el cierre al público. Un tiempo después, se decide la instalación de un depósito municipal de agua a su costado que, una vez ejecutado, parece haber alterado notablemente el nivel freático original de este manantial milenario.

No dejar de ser curioso que este lugar, sólo esté catalogado en el Plan general de Ordenación Urbana de Villanubla vigente como yacimiento arqueológico ceñido estrictamente a la zona construida en la actualidad. Parece que, después de esta exposición, queda claro que a un subsuelo arqueológico mas que notable, se añaden valores históricos incuestionables y otros de carácter natural, ambiental, paisajístico e inmaterial que deberían ser objeto de atención especial.



Sirvan estas líneas a modo de reflexión e invitación de los ciudadanos y la administración local, de modo que pueda garantizarse su pervivencia y valoración, y de agradecimiento a la amable invitación de su principal valedor y propietario.

¡Que tengan una feliz semana!

“Mille regretz de vous abandonner
Et d,eslonger vostre fache amoureuse,
Jay si grand dueil et paine douloureuse,
Quon me verra brief mes jours definer.”

Tengo mil pesares por haberos abandonado 
y por alejar de mi vuestro rostro amoroso. Siento tanto dolor y pena, que  pronto acabarán mis días.