miércoles, 20 de marzo de 2019

La Villa de Orfeo, en Camarzana de Tera, Zamora




Detalle del mosaico de la estancia 13, el oecus  de la Villa Romana de Camarzana de Tera


Hace mas de treinta años participé en las excavaciones arqueológicas del castro de Camarzana de Tera, un poblado fortificado de la I y II Edad del Hierro con viviendas circulares de adobe y una enorme e imponente muralla.
La ocupación del territorio desde épocas pretéritas es amplia. A un pasado neolítico del que nos han llegado vestigios de sepulcros colectivos de carácter megalítico como el dólmen de San Adrián y el de las Peñezuelas, siguen ocupaciones del territorio hasta la romanización, incluyendo los castros mencionados, de la que es testimonio fundamental el campamento de Petavonium, en Rosinos de Vidriales, y los talleres de cerámicas de paredes finas de Melgar de Tera y la propia villa hallada en la localidad de Camarzana, que junto a otras del territorio configuran el pasado tardoimperial de época hispanorromana.
Si bien, la villa se conocía , por hallazgos puntuales, desde la segunda mitad del siglo XIX, concretamente datan de 1861, cuando al construirse la carretera de  Benavente a Mombuey se localizaron restos de cimentaciones de muros y algunos fragmentos de mosaicos en la conocida como Huerta del Barrero, y, a partir de entonces se producen algunos otros hallazgos relacionados con la misma, como ocurrió en 1939, cuando la Comisión Provincial de Monumentos descubrió un nuevo pavimento, no ha sido hasta el cambio de siglo cuando se ha intervenido de forma sistemática para la investigación y puesta en valor de esta villa.
De hecho, parte de los mosaicos hallados en 1939 habían sido, entonces, destruidos, pudiéndose rescatar tan solo algunos fragmentos que se depositaron en el Museo de Zamora.


Era un hecho comprobado que los muros continuaban hacia el otro lado de la carretera y en dirección a la iglesia, para cuyo ábside Gómez Moreno, en el Catálogo Monumental,  publicado en 1927,  señala un origen hispanorromano relacionado con una de las estancias de la villa. Describe, igualmente, restos de mosaicos bajo alguna alguna vivienda de Camarzana, con dibujo de semicírculos "cabalgados unos sobre otros, y cenefas de trenzas sencillas", y la existencia de otro mosaico "al otro lado de la carretera", en el corral de una casa, que fue soterrado y que "diseña ramas verdes".



Proceso de excavación arqueológica. 2007-2008

Todos estos hallazgos mencionados anteriormente hacen que ante la presentación de un proyecto de construcción en la zona, se adoptaran las cautelas pertinentes para llevar a cabo un peritaje arqueológico. Consecuencia de aquello se reconocieron mosaicos in situ y un capitel. Este fue el comienzo de una investigación arqueológica que propició, por sus características e importancia, con la adquisición del solar por parte de la administración de Cultura.
En la zona intervenida, la del solar, se hallaron los restos de un palacete campestre, la pars dominica, con hasta 15 habitaciones en torno a un patio porticado y los restos de una escalera que conducía a un piso superior. Los pavimentos, decorados con mosaicos geométricos mayoritariamente, se acompañan de paredes enfoscadas con motivos polícromos y algunas molduras en la zona de encuentro con el pavimento.
La habitación central se encuentra decorada con un mosaico figurado presidido por una figura sedente togada rodeada de animales enmarcados en cuadros. Es probable que se trate del mito de Orfeo que, tañendo la lira - que no se ha conservado- amansa las fieras.
Ocho cartelas con cuatro cuadros en las esquinas rodean este emblema encerrando caballos con sus nombres: GERMINATOR, FINIX, AERASIMIS Y VENATOR QUI, los tres primeros con iniciales entre las patas (MBH, MBM Y LBS) mientras que el último presenta sobre el nombre sobre el lomo.


En el medio de los laterales cortos se afrontan cráteras con felinos rampantes y, en los largos,  un cazador alcanzando una gacela.
La zona de acceso a la habitación tiene escenas orientadas al pasillo en tres cartelas representando una parra con perdices,  una escena de caza con caballero y jabalí y un caballero con perro. Es posible que esta estancia estuviera dedicada a Triclinium o comedor.


Pasillo con mosaico geométrico y Triclinium con las escenas central, felinos afrontados con crátera y escenas venatorias.




Maqueta de la zona del triclinium, peristilo y patio de la villa

Otra de las habitaciones, tal vez correspondiente al oecus o sala de recepción y representación del dominus, se adorna con una escena central en la que se reconoce un animal cuadrúpedo enjaezado con una figura femenina sobre el lomo, con la túnica al viento; tal vez el rapto de Europa por Zeus camino a Creta. Sin embargo, para Martín Benito se trata de la representación del “Sueño de Ariadna” hija del rey Minos, que había ayudado a Teseo a encontrar la salida del Laberinto de Creta, tras vencer al Minotauro. El héroe, en su huída la llevó consigo para dejarla, después en una playa de la isla de Naxos, donde fue encontrada por Dionisos, quien la incorporó a su cortejo, la hizo su esposa y la condujo al Olimpo.
En torno al emblema se desarrolla un mosaico cuyo diseño responde a una compleja composición de tres cenefas, dos geométricas y una vegetal en la que se engarzan genios, todo ello realizado en opus vermiculatum; cadenetas de ochos formando svásticas y rombos con motivos vegetales configuran el resto del mosaico.
La villa muestra algunas modificaciones a lo largo del tiempo, como un cambio de eje en las estancias, complementada con algunas obras menores.
Los mosaicos han sido consolidados y se ha realizado una obra de cubierta para la protección y visita pública de esta zona de la villa.





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Genio. Orla musivaria



Proceso de consolidación de los mosaicos de Camarzana de Tera



La villa romana fue declarada Bien de Interés Cultural el 4 de noviembre de 2010.


¡Les deseo una buena semana!





F. REGUERAS GRANDE: Camarzana. Pasado y presente de una villa romana del Tera. 2009.


miércoles, 13 de marzo de 2019

Francesca y Settimia Caccini




La intérprete de laúd, de Orazio Gentileschi. 
Presumiblemente un retrato de Francesca Caccini


En la familia de Chechina, como así llamaban cariñosamente a Francesca, y de Settimia, siempre estuvo presente la música.  Giulio, el padre, era cantante y compositor, muy reconcoido en la corte florentina de los Médici; la madre, Lucía Gagnolanti, también era cantante, así que los hijos recibieron una amplia educación cultural, que incluyó una extensa formación musical,  a caballo entre los siglos XVI y XVII.
Francesca había nacido el 18 de septiembre de 1587 en Florencia. Durante los festejos que tuvieron lugar el 17 de diciembre de 1600 con motivo del enlace entre Enrique IV de Francia y su segunda esposa María de Médicis, una jovencita de apenas trece años encandiló a todos los presentes con su hermosa voz interpretando la ópera Euridice. Aquella niña iba acompañada por su propio padre. Parece que la nueva pareja real  pidió a su padre que permanecieran en la corte francesa, a lo que se negaron las autoridades florentinas quienes reclamaron la vuelta de la familia Caccini junto a los Médici.


Matrimonio de Maria de Medici y Enrique IV de Francia

Al comienzo de su carrera actuaba Junto a sus padres, hermano y hermana con el nombre de Concerto Caccini, pero más adelante formó grupo con su hermana Settimia y el ejecutante romano Vittoria Archilei.
Francesca tocaba varios instrumentos y compuso muchas obras. Es considerada la primera compositora de óperas, de las que solamente una  ha llegado hasta nuestros días.
Fundó su propia escuela de música dedicándose a la enseñanza musical  tanto vocal como de laúd y arpa, y a cantar y componer. En 1607 se casaba con Giovanni Battista Signorini, también músico de la corte florentina, con quien tendría una hija, Margherita.  Francesca se convirtió en una de las músicas mejor pagada en Florencia y en una compositora prolija. Junto al poeta Miguel Ángel Buonarroti el Joven (sobrino nieto del gran artista del Renacimiento), Francesca Caccini compuso varias canciones.
Fué autora de cinco óperas, obras religiosas y seculares, vocales e instrumentales que se conservan, lamentablemente no en su totalidad, en una publicación de 1618 con el nombre de Musiche delle libro del primo.
En  1625 estrenó La liberazione di Ruggiero, considerada como la primera ópera compuesta por una mujer, y la única de las cinco que compuso Francesca que sobrevivió. La obra, compuesta en ocasión de la visita del príncipe Ladislao Segismundo a Italia, tuvo tanto éxito que se convertiría también en la primera ópera italiana en interpretarse fuera de las fronteras italianas, concretamente en Varsovia, en 1628.
Se dice que el propio Claudio Monteverdi quedó impresionado por su canto.
Tras la muerte de su esposo se casó con Tommaso Raffaelli, un noble originario de Luca,  con quien tuvo un hijo, pero enviudó tan sólo cuatro años mas tarde quedando en  en una situación bastante acomodada. 
Regresó a Florencia con sus dos hijos, hacia 1634,  donde volvió a trabajar al servicio de los Médici hasta que en 1641 dejó la corte, perdiéndose para siempre su pista.


Retrato de una joven conocida como "La Bella" - Palma Vecchio

Settimia,  la menor de los hijos Caccini, nació el 6 de octubre de 1591 también en Florencia. Fue, igualmente, una conocida cantante y compositora con una exitosa carrera musical. Muy apreciada por su trabajo artístico y técnico con la música si bien parece que era menos conocida que su hermana Francesca  debido a que no publicó ninguna de sus propias composiciones musicales. Destacaba en ella su enorme talento como cantante.


En 1600, junto a su hermana Ceccina, cantó la ópera de su padre Il rapimento di Cefalo para la boda de Maria de Medici y Enrique IV de Francia.
Pero su carrera como cantante solista despegó en 1608 cuando viajó hasta Mantua para cantar el papel de Venus en la ópera L'Arianna de Monteverdi . En 1609, tras numerosas propuestas de matrimoni, que rechazó, se casó con el también cantante y compositor Alessandro Ghivazzani , abandonando entonces Florencia para ir hasta Luca y desde allí trabajaron por toda Italia, si bien siempre estuvo superditada y subordinada a trabajar junto a su esposo.
En 1611 compuso su propia pieza para el carnaval Mascherate delle Ninfe della Senna, uno de los muchos carnavales enmascarados de Venecia.
Hacia 1613 conocemos su trabajo, junto al esposo, en la corte del duque Ferdinando Gonzaga en Mantua. La familia Gonzaga, una de las mas poderosas familias de la ciudad le contrató con un slario nada desdeñable.
De ahí se trasladaron hasta Parma, donde entraron al el servicio del cardenal Farnese en 1622.
En 1628, Monteverdi buscó a Settimia Caccini en Parma ofreciéndole interpretar sus arias en su ópera L'Orfeo para el Festival de Parma. Tras la representación, Monteverdi declaró que Caccini cantó las arias con "gracia sobrehumana y voz angelical".
Tras enviudar, regresó a la corte de  Florencia donde le habían ofrecido trabajo y donde permaneció hasta su muerte, en un momento incierto entre 1638 a 1640.
El que Settimia no publicara ninguna de sus composiciones supuso que se perdieran en su mayor parte, sobreviviendo tan solo ocho arias de melodías expresivas escritas para su propia voz e interpretadas de forma individual . Su pieza más famosa que se publicó  tras su muerte; se trata de un aria  llamada Gia sperai non spero hor piu  que fue publicada en una colección de música histórica del siglo XVII. 
Francesca y Settimia tuvieron sus propias carreras musicales distinguidas y excepcionales. 

¡Que tengan una buena semana!