miércoles, 10 de abril de 2019

Las fortificaciones de Valladolid. La Puerta de la Magdalena




 "en los Alcázares viejos, junto a los Palacios Reales". 




Puerta de la Magdalena por S. Isla. 
Litografía en sus Recuerdos y Bellezas de España, 1861. 


Un alcázar real cumple varias funciones, por un lado constituye el refugio de la monarquía, creando un espacio urbano propio aislado del resto de la ciudad, un castillo-palacio inaccesible al resto de los habitantes de la ciudad, mientras que, por otro, es un elemento de control de la villa.

Parece que en el segundo cuarto del siglo XIII, ya abandonado el Alcázar Real levantado a poniente del antiguo núcleo de Valladolid (para ampliar datos pincha aquí), se erige una nueva fortificación en el extremo opuesto, en lo que hoy conocemos como la Magdalena, fuera de la primera línea amurallada o cerca vieja. 

De aquella fortaleza queda hoy un único vestigio en pie, una puerta que pasa desapercibida tras las tapias del monasterio de las Huelgas Reales y la iglesia de la Magdalena y que es, junto con las torres albarranas del Alcázar Real, un elemento de influencia andalusí en Castilla.




Revista La Hormiga de Oro. 8-2-1885




 Acuarela  con la fachada sur de la iglesia de la Magdalena, la Puerta y una casa blasonada. Valentín Carderera. C 1836



Fachada oeste. De la Historia de Valladolid de Juan Ortega y Rubio. 1881




Fot. Ayuntamiento de Valladolid



Fotografía de la fachada oeste de la Puerta. Carvajal 1925





Fachada a la villa de la Puerta del Alcázar del siglo XIII. Fot. Antonio Torres Ochoa






Esta torre puerta, de planta rectangular de aproximadamente 9,40 m por 7,45 m. suponía la entrada desde el interior de la villa al Palacio Real medieval del siglo XIII mediante un acceso acodado, una estructura bien reconocida y habitual en las construcciones defensivas y que se hereda de la arquitectura fortificada  almorávide, si bien su generalización se produjo en época almohade.



Croquis de la planta de la Puerta con el acceso en codo y la situación de las garitas. A. Balado Pachón

El interior del acceso posee a cada lado dos espacios interpretados como garitas de vigilancia.

La construcción se levantó sobre un zócalo de piedra caliza con alzados de tapial hacia el interior del palacio - eso sí, con esquinas reforzadas en material latericio-, mientras que la fachada principal, la que daba a la ciudad, lo hacía en ladrillo. Un revestimiento de mortero de cal se extendía al exterior e interior, donde aún puede observarse en el intradós del gran arco túmido - de herradura apuntado- ciego que configura el ornato constructivo de la puerta. 

Un arco similar mas pequeño e inscrito en aquel alberga una puerta mas reducida, también con arco túmido y una ventana sobre ella rematada con arco de herradura, que actuaría como elemento de guardia, antecedente de las posteriores ladroneras. Represa le hace coincidir con un adarve, que no es sino un paso de ronda, pero no nos ha sido posible acceder a esa zona y trabajamos sobre hipótesis sin contrastar.

En cualquier caso, todos los arcos se encuentran enmarcados por un alfiz. 
La torre puerta se inscribe, además, en una fachada delimitada por dos pilastras que rematan en altura con enormes canecillos pétreos que sustentaban una viga sobre la que volaba el alero. Almenas y merlones rematarían el parapeto superior del conjunto.

la Puerta tiene exentas sus cuatro caras manifestando enjarjes de muros en los paramentos norte y sur.




Vista de la Puerta del Palacio de María de Molina desde el andamio de la fachada de la iglesia de la Magdalena.(para conocer este trabajo, pincha aquí)



Imagen obtenida de la red


Sus paralelos formales se encuentran en la puerta del Agua de Niebla (Huelva), la del Mig de Denia (Alicante), la del castillo de Guadalajara, y la más próxima de la Villa, en Coca (Segovia), fechable entre finales del siglo XII y principios del XIII.




Puerta de la Villa, Coca (Segovia)




Fachada oeste de la Puerta del Alcázar del siglo XIII. Fot. Antonio Torres Ochoa




Fachada norte de la Puerta. Fot. Antonio Torres Ochoa





Vista de las fachadas este y sur, con los restos del enjarje de un muro

Como queda de manifiesto, en las investigaciones realizadas por Arturo Balado, la puerta llamada de Doña María de Molina, es  anterior la segunda cerca urbana y debió constituir parte de un alcázar previo, si bien,  finalmente, podría haber quedado inserta, junto con parte del muro que delimitaba el Alcázar Real, en el segundo recinto amurallado de Valladolid, levantado entre finales del siglo XIII y comienzos del XIV.

Otras opiniones, como la expresada por Oscar Burón, sostienen que la puerta corresponde a la segunda cerca y comunicaba la ciudad con el recinto palaciego fortificado, todo ello basándose en las descripciones y la estructura de la propiedad, que aún hoy se puede establecer sobre plano catastral.
A falta de una confirmación de difícil comprobación, salvo si se llevan a cabo trabajos de investigación arqueológica (excavación arqueológica y lectura estratigráfica de la Puerta y en entorno), me limito a exponer las teorías conocidas recientemente revisadas.

Por lo que compete a la construcción de esta puerta, relativamente antigua dentro de cronología establecida para la llegada de este elemento de clara influencia andalusí, bien podrían haber sido alarifes mudéjares vallisoletanos los que hubieran aportado estas nuevas soluciones -recordemos que se trata de musulmanes llegados del sur- e igualmente pudieran ser constructores mudéjares quienes levantaron la propia puerta, pues según los datos de los censos bajomedievales y los trabajos de investigación arqueoantropológica realizados en el viejo cementerio de los moros, de la Casa de beneficencia, se concluye que un 40% de los varones mudéjares de  la villa se dedicaban a la construcción.

Al servicio de la casa de los reyes, para el mantenimiento de los palacios y castillos, se encontraban los maestros de obras de los reales alcázares. El mantenimiento de murallas (como las de Ávila o Medina), así como la construcción de importantes castillos (el de la Mota en Medina o el de Coca) contaron con la participación de maestros y oficiales mudéjares.

(para ampliar información sobre el cementerio mudéjar excavado, pincha aquí)
(Para saber de la "morería" de la villa, pulsa a aquí)




Si bien parece claro que la construcción del Alcázar Real es anterior a su relación con Doña María, parece que la vinculación la vinculación de María Alfonso de Meneses,  María de Molina, nacida alrededor de 1260 cerca del monasterio de Santa María de Palazuelos (Corcos de Aguilarejo),  con Valladolid data del último cuarto del siglo XIII, cuando habitaba junto a su esposo, rey  Sancho IV el Bravo, la fortaleza de cuya puerta de influencia andalusí estamos tratando. 




Sepulcro de alabastro de María de Molina en la iglesia de Las Huelgas Reales 
 (S.XV) de escuela toledana



En las inmediaciones, en el arrabal de San Juan - calle de Santa Lucía del callejero actual, se hallaba un monasterio cisterciense que había sido fundado por doña Sancha, hermana de Alfonso VII, en 1282.  Treinta y ocho años después  un incendio destruye completamente el lugar y es entonces cuando María de Molina promueve la construcción de un nuevo monasterio con la advocación de Santa María la Real de las Huelgas. En el año 1320 hace donación  de una parte de las dependencias reales a la abadesa María Fernández de Valverde solicitando como contrapartida que la comunidad ruegue por su esposo el rey don Sancho, por su hijo don Fernando, por su nieto don Alfonso y por ella misma.

Esta es la razón por la que la puerta, en la actualidad se encuentra en los terrenos del colegio de Santa María la Real de Huelgas. 



Doña María  entrega a a siete monjas, cubiertas con altas tocas, el acta de fundación del nuevo monasterio. DOMUS PUCELAE
http://domuspucelae.blogspot.com/2011/01/historias-de-valladolid-maria-de-molina.html





Detalle de la zona de la Magadalena en el Plano de Valladolid de Ventura Seco 1738



En las imágenes anteriores puede observarse cómo en 1738 la puerta se hallaba embebida en una línea de construcciones que siguen su orientación suroeste noreste, aspecto que se observa, igualmente en la acuarela de Carderera y en una foto de los años 50.



Fotografía de mediados de la década de los 60. 
Archivo Municipal de Valladolid



¡les deseo una feliz semana!





Mi especial agradecimiento a los amigos y compañeros que me han ofrecido su ayuda, opiniones, fotos y archivos para realizar esta breve presentación: Antonio Torres y Oscar Burón, además de Arturo Balado, compañero y amigo, investigador de este elemento vallisoletano.






Bibliografía

Balado Pachón A.; 2001: "Elementos de influencia andalusí en las fortificaciones medievales de Valladolid". Actas del IV Curso de Cultura medieval. seminario: La Fortificación Medieval en la Península Ibérica. 21-26 septiembre Aguilar de Campoo

Enlaces

http://www.jcyl.es/jcyl/patrimoniocultural/dueromudejar/index.html
http://ermitiella.blogspot.com/2015/01/la-maqbara-de-valladolid-mudejares-en.html



3 comentarios:

  1. Gracias a ti por transformar documentos y datos en bellas historias, Mariché.

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    1. A ti! estos elementos tan singulares y desconocidos son maravillosos

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  2. Gracias por esta colosal clase de historia

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