miércoles, 24 de junio de 2020

La Basílica de Santa Restituta y el baptisterio paleocristiano de San Giovani in fonte, en el Duomo de Nápoles















Planta del Duomo napolitano con la situación de la basílica de Santa Restituta ( n. 26 a 31) y el baptisterio paleocristiano (n. 32)


Antes de la construcción de la catedral angevina en Nápoles en el siglo XIII, existió un antiguo complejo episcopal integrado por varios edificios religiosos que hunden sus raíces en la tardoantigüedad. Se sostiene que el emplazamiento del Duomo Napolitano, dedicado hoy a la Asunción y a San Jenaro, mantiene una situación bien centralizada en el plano urbano, que correspondería al del antiguo foro de la Neápolis y que es muy probable que ocupase el solar de un antiguo templo dedicado al dios griego Apolo.
Columnas, capiteles y mosaicos ocupan los espacios que se abren hoy sobre el muro norte, en lo que hoy se conoce como la basílica de Santa Restituta, un antiguo templo de cinco naves en el que las reformas medievales y, fundamentalmente barroca, han modificado de forma ostensible el origen romano.
Si bien apuntan algunos investigadores esta basílica se levantaría sobre un oratorio cristiano más antiguo, conocido como Santa María del Principio, levantada en tiempo del primer obispo napolitano, Aspreno o Asprenato, a finales del siglo I d C., la basílica tardorromana tiene su origen en el siglo IV bajo la advocación a la santa de origen tunecino, una sirvienta romana martirizada por haberse convertido al cristianismo. 
En cualquier caso, el culto no habría llegado hasta el siglo V, pues su transmisión desde el norte de África a Italia se pone en relación con la expulsión de cristianos del norte de África por el arriano rey vándalo Genserico. Sus reliquias pudieron ser trasladadas a Nápoles en ese momento por el obispo de Abitinia, Gaudiosus de Nápoles, cuando fue exiliado junto a otros cristianos que no quisieron convertirse al arrianismo. 
Cuando la basílica quedó englobada dentro de la Catedral sufrió reformas bien visibles como el alzado de arcos apuntados sobre las columnas anteriores.
El edificio fue objeto de profundas reformas en el siglo XVII por causa de los efectos un terremoto que provocó una importante remodelación de la nave.




En la parte superior de la cabecera se puede admirar una obra de Luca Giordano, y en la nave central 18 tondos representan a Cristo, la Virgen y los Apóstoles. Al fondo se encuentra  la Capilla de Santa María del Principio, en cuyo testero se halla un mosaico del siglo XIV que representa a la Virgen María con Santa restituta y San Jenaro y, en el mismo espacio, dos notables bajorrelieves de mármol de finales del siglo XIII.



Junto a la basílica, por la que hoy se accede hasta él, se encuentra una construcción anterior, el baptisterio de San Juan de la Fuente, un edificio originariamente exento de planta cuadrada, precedido por un atrio de cuatro columnas que se considera el baptisterio paleocristiano más antiguo de Occidente, unos treinta años mas que el baptisterio de Letrán, que se levantó en Roma siendo papa Sixto III. Posee unas dimensiones de 7 m de lado al interior.
Orientado de oeste -poniente- a este -naciente- posee un enorme valor simbólico sobre el renacer a la nueva vida del cristiano bautizado.
No existe unanimidad en la atribución y datación exacta de este baptisterio. Hay quienes afirman que fue Severus , el duodécimo obispo de Nápoles, a fines del siglo IV, según se sostiene en la Crónica de Juan el Diácono titulada "Gesta episcoporum Neapolitanorum". Por otro lado,   la "Crónica de Santa María del Principio" escrita entre los siglos XIII-XIV se atribuye a Constantino el Grande la construcción del baptisterio al mismo tiempo que Santa Restituta,  a principios del siglo IV. Del estudio de la arquitectura de la construcción  y el estilo del mosaico de la cúpula deducen los investigadores  que es más probable que el baptisterio se haya construido a finales del siglo IV y que fuera remodelado bajo el decimonoveno obispo de Nápoles, Soter, entre 465 y 486.





El neocatecúmeno accedía por el pórtico, se desprendía de sus vestidos y, prácticamente desnudo, era ungido con aceite. De este modo accedía al fondo de la pila, donde recibía el agua desde la cabeza.
Esta pileta, centrada en el espacio del baptisterio, es una construcción circular de opus signinum en cuyo interior existe una embocadura para el desagüe.
Esta pequeña piscina de  2 m de diámetro se encuentra rodeada de un pavimento de opus spicatum y se halla centrada bajo una cúpula.




Este tipo de recipiente, no destinado a una inmersión total del bautizando, recuerda los espacios termales de los frigidarium romanos, que, antes del Edicto de Milán, eran usados como lugares cultuales en las viviendas, escondiendo el culto de las persecuciones. De hecho la palabra griega baptisterio se usaba para designar estos espacios domésticos termales de agua fría.
No son pocos los casos en los que templos cristianos se hallan sobre espacios termales romanos de villas campestres a lo largo de todo el Imperio.

     

Planta de la iglesia doméstica de Dura Europos en Siria. Siglo III d C.
 Con las escaleras de acceso a la pileta del baptisterio.

 

Recreación del baptisterio doméstico sobre la habitación del frigidarium de la misma casa iglesia de Dura Europos, en Siria.




En alzado el baptisterio de San Juan se remata con una cúpula que descansa sobre un octógono, El ocho es un número simbólico que tiene que ver con la Creación, siendo el octavo día, el de la Resurrección, nuestro equivalente al domingo.
En el centro y sobre la pila se representa una cruz monogramática con las letras griegas alfa y omega - el principio y el fin están en Cristo-, que simboliza su victoria, colgando del anagrama de Xistros, compuesto por las letras griegas Ji y Tau. Sobre la cruz aparece la mano del Padre Eterno, que sostiene una corona de laurel y un fénix que representa la resurrección, todo ello sobre un cielo azul cubierto de estrellas doradas.
Se representa de este modo la trinidad divina en torno a la que aparecen temas naturales de aves y vegetales, un auténtico paraíso.





La cúpula está decorada con mosaicos que conforman escenas bíblicas en ocho segmentos trapezoidales delimitados por bandas doradas y en cada uno de ellos dos escenas. Multitud de detalles maravillosos llaman la atención y de entre ellos queremos comentar la representación de la Traditio Legis, es decir la entrega de la ley de Dios a Moisés, de enorme similitud a la de Santa Constanza de Roma, y la Traditio Clavium, la de la llave de la iglesia a San Pedro.
Todo el mosaico polícromo se realizó con fuertes gamas azules y verdes. 


Traditio Legis y Tradicitio Clavius, incompleta, de la cúpula


Cada uno de los segmentos se separa del otro por una banda floral y de aves del paraíso que salen de grandes cráteras.
En las cuatros esquinas, se pueden ver representaciones simbólicas de los evangelistas. Se conservan en bastante buen estado de conservación el león de San Marcos y el ángel, ambos sobre fondo azul estrellado y ornados con tres pares de alas, una curiosidad pues lo habitual es que sean representados en todo caso con cuatro pares, y sobre el emblema de las hornacinas aparecen de nuevo escenas separadas por bandas geométricas.











Escena de las bodas de Canáa

Completan el programa iconográfico escenas del Buen Pastor entre los corderos y ocho personajes masculinos que pueden identificarse con mártires o apóstoles.
Los mosaicos conservados dentro del baptisterio napolitano están destinados a  ilustrar al neófito su nueva vida espiritual después del bautismo, que tenía lugar sólo en la noche de Pascua.
Todo este edificio, sus elementos y programa iconográfico responden a un momento de transición y convivencia entre el arte pagano y el cristiano a raíz del edicto de Constatino en 313 d C. que haciendo oficial esta nueva religión permitió una libre manifestación de sus principios. Es el momento de abandono del culto en las iglesias escondidas en las construcciones domésticas y el inicio de las basílicas como centros de culto en las que los mosaicos ilustran episodios de las Sagradas Escrituras.
Parece que hay quien apunta que la construcción tuvo en un primer momento una planta cuadrada y que sólo algo después, a finales del siglo IV, se construirá el baptisterio sobre un plan octogonal, como vimos, en tiempos del obispo Soter. 
El hecho de que su datación sea tan temprana y que goce de características propias de la koiné mediterránea se debe al alma griega y latina de la que goza Nápoles.
En cualquier caso, fue construido con un plan cuadrado inusual y esto lo hace, desde un punto de vista arquitectónico, único en el panorama cristiano primitivo.
Integrado mas tarde a la catedral, mantuvo su función hasta la Contrarreforma tras la que fue abandonado y se utilizó como pasaje del obispo a la basílica.

El acceso al Duomo es gratuito pero existe un horario y tarifa específica de 2 euros para visitar la basílica cristiana de Santa Restituta donde se encuentra el baptisterio.

¡Les deseo una feliz semana y un feliz San Juan!






Bibliografía

Beckwith, John;1986: Arte cristiano y bizantino primitivo . Prensa de la Universidad de Yale. pags. 14. 

Jensen, Robin ; 2010: Agua viva: imágenes, símbolos y escenarios del bautismo cristiano primitivo . Leiden: Brill. pp.  277.

Bischoff, Bernhard; 1994:  Comentarios bíblicos de la Escuela Canterbury de Theodore y Hadrian . Cambridge: Cambridge University Press. pp.  112 .  

Piccioli, Ciro; 2015:  "Carpeta de oro del mosaico de la pared de S. Giovanni en Fonte. Comentarios y análisis científicos sobre los materiales constituyentes" . Le Vie Dei Mercanti .

Raja, Rubina ;2015: Un compañero de la arqueología de la religión en el mundo antiguo . John Wiley & Sons. pp. 261, 262. 

Bruzelius, Caroline; 2011:  Nápoles medieval: una historia arquitectónica y urbana, 400-1400 . Italica Press. pp. 32, 33. ISBN 978-1-59910-204-7.































No hay comentarios:

Publicar un comentario