Esquina suroeste de la Sala de Oración de la Mezquita Alhama de Valladolid y su remate sobre el trazado de la segunda muralla de Valladolid levantada en el s XIII.
Se advierte el pavimento de mortero de cal al interior y un enlosado al exterior.
Fotografía Patrimonio Inteligente.
Hasta ahora, la documentación histórica y la arqueología habían puesto de manifiesto la existencia de una mas que notable, aunque minoritaria, comunidad musulmana en la ciudad medieval de Valladolid. Así, los archivos, la toponimia urbana y la excavaciones arqueológicas de la Casa de la Beneficencia -hoy Casa del Estudiante- sacaban a la luz la existencia de un colectivo numéricamente significativo del que además contamos con datos científicos que se derivan del análisis de las propias inhumaciones. De todo esto ya hablamos en el blog hace un tiempo. (Para ampliar información, puedes seguir este enlace)
Los hornos alfareros excavados en la calle de Santa María donde se fabricaban lozas y brazaletes de pasta vítrea completaban el panorama de estudios sobre la comunidad mudéjar de la ciudad de Valladolid, pero recientemente, fue Olatz Villanueva Zubizarreta, especialista en mudejarismo y doctora e investigadora de la Universidad de Valladolid, quien advirtió de que se llevaban a cabo unos sondeos geotécnicos en el interior de unos locales directamente situados sobre el antiguo solar de la mezquita alhama del siglo XV.
Este fue el detonante primero de la puesta en marcha de un trabajo de protección patrimonial por el que el entonces futuro proyecto - hoy edificio residencial en el número 5 de la céntrica calle de Claudio Moyano- debería, como así se establece en el Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad, contar con un estudio arqueológico previo.
De este modo se iniciaron los trabajos arqueológicos bajo la dirección de los arqueólogos de la empresa Patrimonio Inteligente, con Angel Palomino Lázaro a la cabeza, que a lo largo de dos campañas de excavación y estudio, han permitido reconocer las características principales de una singular construcción de la Baja Edad Media en Castilla.
Constituía el principal complejo religioso de los musulmanes vallisoletanos que incluía varias estancias y que fue construído a comienzos del siglo XV, entre 1411 y 1415. Los Ordenamientos de la reina Catalina de Lancaster en 1412, obligaban a «la comunidad de moros de la ciudad» a asentarse en su propio barrio, la aljama, apartándolos del resto de los habitantes de la ciudad. Así pués, arrendaron una zona de huerta cedida por el Cabildo donde levantaron sus casas, talleres y el edificio más importante, el de reunión y culto: el almají, forma castellanizada del nombre arábigo de mezquita (al-mayīd), todo ello en el extremo sur de la ciudad, junto a la cerca de la villa.
Algo menos de un siglo después, en el verano de 1506 el complejo era derribado como consecuencia de los ordenamientos de la Pragmática de Bautismo Obligatorio promulgada en 1502.
Tras la expulsión de los no conversos, la zona siguió ocupada por los recién bautizados, ya sin su antiguo edificio religioso, del que solo quedaban algunas partes derruidas, según textos del momento, manteniéndose en esta zona una intensa actividad alfarera.
El solar, una vez desaparecida la actividad artesanal permaneció vacío hasta la construcción del edificio actualmente existente como puede comprobarse en el plano de Ventura Seco de 1738.
Los restos hallados durante la excavación arqueológica son la constatación material de la existencia, de ahí su excepcionalidad, de una mezquita en este territorio situado en el centro de la Cuenca del Duero, una zona donde la comunidad islámica vivía en minoría. Un cálculo estimativo revela que este grupo podría haber estado compuesto por unos 500 individuos recluidos en su propio barrio, conocido como la Morería.
El Complejo del Almají, así es mencionado en la documentación, se componía de diversas estancias dedicadas a las manifestaciones cultuales y sociales de aquellos mudéjares: la Casa de Oración, la Casa de bodas, la vivienda del Alfaquí y una casa para pobres se situaban en tono a un gran patio. Una parte muy importante de este complejo es el que ha sido reconocido y está siendo objeto de estudios pormenorizados.
La sala de oración conserva aún un potente pavimento de mortero de cal, mientras que en el patio el solado es de canto rodado.
La Sala de rezo, de unos 23 x 13 m, mantiene la orientación canónica, esto es, con el muro oriental en dirección a La Meca.
Se constata la destrucción deliberada del edifico, tal y como es recogida en documentación histórica de 1506, registrándose alturas máximas de los muros en 1,5 m. No comparece, tampoco, evidencia alguna de los elementos de cubierta ni del ornato interior de la construcción.
Esta investigación arqueológica forma parte de un proyecto de excelencia que investiga mezquitas y cementerios mudéjares de las villas y ciudades del valle del Duero en las que habitaron los mudéjares, y que constituyen un referente para el rezo y la reunión de la comunidad, liderado desde la Universidad de Valladolid.
Mientras que en unos casos se trata de simples menciones a su existencia, en otros se acompañan de datos que permiten localizarlas, datarlas y reconocerlas. Así, se conocen las mezquitas de las aljamas más populosas, como Ávila, Valladolid -objeto de esta noticia por su reconocimiento arqueológico- y Arévalo y también de algunas de menor entidad, con una vecindad de varios centenares de mudéjares, como Burgos, Segovia o Aranda de Duero, o de entorno a un centenar, caso de El Barco de Ávila, Piedrahita o Palencia.
Completan los datos arqueológicos del sector excavado la cimentación de la segunda línea de muralla de la ciudad, construida a comienzos del siglo XIII, y que en el siglo XV limitaba por el sur el espacio ocupado por la comunidad morisca, muy cerca de la llamada Puerta del Campo, y los hornos alfareros con los que la comunidad fabricaba las producciones cerámicas en lo que hoy conocemos como barrio de Santa María. Se trata de tres hornos cerámicos de los siglos XVI y XVII, así como un gran número de piezas, mayoritariamente vidriadas en blanco, que ponen de manifiesto la importancia de esta actividad en el contexto socio-económico de la ciudad.
El proyecto y la protección del Patrimonio, así como todos los agentes implicados, buscan, sin retraso alguno en las previsiones de obras, sinergias para garantizar su adecuada conservación. La promotora de las obras, la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento trabajan en la línea de la puesta en valor del espacio para su visita si bien parece prematuro avanzar una solución en estos momentos. Tiempo al tiempo.
Horno del siglo XVI realizado sobre el encachado de canto rodado del patio de la Casa del Almají.
Fotografía Patrimonio Inteligente.
Con los arqueólogos Quique Santamaría (equipo de campo de Patrimonio Inteligente), Eduardo Carmona (Servicio Territorial de Cultura de Valladolid), Manuel Moratinos (equipo de investigación) y Oscar Burón (arquitecto del Ayuntamiento de Valladolid), visitando el proceso de excavación de la mezquita y dilucidando con el plano de planta de excavación.
Con los arqueólogos Quique Santamaría (equipo de campo de Patrimonio Inteligente), Eduardo Carmona (Servicio Territorial de Cultura de Valladolid), Manuel Moratinos (equipo de investigación) y Oscar Burón (arquitecto del Ayuntamiento de Valladolid), visitando el proceso de excavación de la mezquita y dilucidando con el plano de planta de excavación.
Existen evidencias de la reutilización de piezas procedentes del remate de mezquitas urbana desaparecidas en algunas singulares iglesias de algunas de nuestras ciudades y villas. Así sobre el frontón de la iglesia vallisoletana de San Pablo la veleta y la cruz apoyan sobre un yamur musulmán.
Este tipo de piezas se levantaban sobre el alminar de una mezquita y están conformados por varias bolas, de diámetro decreciente de abajo hacia arriba, que los musulmanes rematan con una media luna.
Este tipo de piezas se levantaban sobre el alminar de una mezquita y están conformados por varias bolas, de diámetro decreciente de abajo hacia arriba, que los musulmanes rematan con una media luna.
Concluida su expulsión las esferas decrecientes se mantuvieron en su configuración -alineadas en vertical- añadiendo el remate de la cruz cristiana o una veleta.
Yalmur rematado con veleta y cruz en San Pablo de Valladolid,
yalmur de Santo Domingo, en Arévalo, Avila, sólo con cruz
y yalmur que corona el campanario de la catedral de Palencia.
Quiero agradecer a mis colegas la oportunidad de visitar y conocer de primera mano el trabajo y las evidencias y registro arqueológico. A ellos y su "oficio" debemos el conocimiento de nuestra historia. A ellos van dedicadas estas líneas.
yalmur de Santo Domingo, en Arévalo, Avila, sólo con cruz
y yalmur que corona el campanario de la catedral de Palencia.
Quiero agradecer a mis colegas la oportunidad de visitar y conocer de primera mano el trabajo y las evidencias y registro arqueológico. A ellos y su "oficio" debemos el conocimiento de nuestra historia. A ellos van dedicadas estas líneas.
¡Que tengan una feliz semana!
Enlaces
https://patrimoniointeligente.com/patrimonio-debajo-de-tu-casa/
http://ermitiella.blogspot.com/2015/01/la-maqbara-de-valladolid-mudejares-en.html
http://mezquitas-cementerios-mudejares.uva.es/author/mezcemmud/
http://www.jcyl.es/jcyl/patrimoniocultural/dueromudejar/historia-mudejar/index.html
http://revistas.uned.es/index.php/ETFIII/article/view/12653
Fantástica entrada, enhorabuena!
ResponderEliminarIncreíble ,fácil lectura del relato e increíble noticia para la ciudad . Gracias por el Blog se aprende mucho
ResponderEliminarMuchas gracias por la entrada, un placer.
ResponderEliminarGracias por esta curiosa entrada y su impecable relato
ResponderEliminarMe ha quedado la duda de los pocos yamures existentes. Entiendo que son traídos de otros monumentos desaparecidos (mezquitas) ¿no es así?
Enhorabuena