miércoles, 17 de abril de 2019

Las residencias de Nerón en Roma: Domus Transitoria y Domus Aúrea. Innovación y lujo en la arquitectura romana.





Su vestíbulo "era lo suficientemente grande como para contener una estatua colosal del Emperador de ciento veinte pies de altura: y era tan extenso que tenía un pórtico triple de una milla de largo". También había un estanque, como un mar, rodeado de edificios para representar ciudades; además de zonas de campo, variadas por campos de labranza, viñedos, pastos y bosques, con gran cantidad de animales silvestres y domesticados 

Cuando se terminó el palacio....
 al fin estaba empezando a vivir como un ser humano

Suetonio 


Ayer mismo se publicaba la reapertura a la visita pública de una parte de la primera residencia del emperador Nerón fuera del Palatino, la conocida como Domus Transitoria, de la que han llegado a nuestros días algunas dependencias, en un estado de conservación relativamente bueno -teniendo en cuenta que se trata de ruinas enterradas a varios metros de profundidad- y un conjunto de letrinas dedicadas a uso de los operarios que trabajaron en su construcción, curiosamente las mejor conservadas.
Al hilo de la noticia decidí dedicar un espacio en el blog a los palacios romanos de este emperador que innovó la arquitectura romana  en la segunda mitad del siglo I d. C.




A pesar de la mala imagen de Nerón, algunos textos hablan de su increíble popularidad, por eso es muy difícil separar realidad de ficción.


Lucio Domitio Claudio Nerón - Anzio, Lacio, 37 - Roma, 68- , conocido como Nerón, era hijo de Agripina, última esposa de Claudio y fue emperador de Roma entre los años 54 y 68. 
De personalidad ecléctica y creativa y profundo admirador de lo griego quiso construirse un palacio acorde con su rango trasladándose desde la colina del Palatino, donde se hallaban las residencias imperiales hasta entonces, al Esquilino, donde levantó la Domus Transitoria, un palacio que conectaba ambas colinas, de ahí su denominación. 
Cumplía así su plan para unir los edificios imperiales del Palatino con la propiedad que poseía en la colina Esquilina, y levantar un palacio verdaderamente grandioso que vinculara los dos espacios, incluyendo la colina Velia, localizada en la zona alta del Foro Romano. 
Así,  antes del 64 d. ​​C. se levanta Domus Transitoria sobre un eje este-oeste en planta pararectangular entorno a un peristilo con una gran fontana, y numerosas estancias presididas por un gran ninfeo. Completaban la estructura por el norte un pasillo cubierto o criptopórtico.




Planta del primer palacio neroniano incendiado en el 64 d.C.




Entrada principal para la visita a la Domus Transitoria.


Vista de las letrinas de la Domus Transitoria


Estancia visitable de la Domus Transitoria donde se puede visionar, con cascos, mediante la realidad aumentada, cómo eran originalmente las estancias hoy enterradas a mas de 10 m de profundidad.




La realidad aumentada permite hacerse una idea al visitante de cómo era la domus en su esplendor.



El inmenso fuego que arrasa Roma el 18 de julio del año 64 d C.  permite a Nerón llevar a cabo uno de sus mas ambiciosos planes: crear una nueva Roma de trazado ortogonal a costa de algunos de los barrios incendiados y ocupar, para levantar una nueva residencia imperial, el monte Celio, Velia y Oppiano para lo que hubo de expropiar una superficie urbana de unas 80 ha.



Terreno de Roma que pudo expropiar Nerón tras el incendio del año 64 d. C.





Ubicación del palacio dorado en Roma





Planta de las residencias privada y pública de la zona alta de la Domus Aúrea, en el Esquilino






Reconstrucción de la zona palaciega residencial sobre el Esquilino con los jardines y, a la izquierda, el estanque y el foro porticado con el Coloso. Al fondo, las construcciones del Palatino.

La Domus Transitoria pasa a formar parte de un complejo mucho mayor, la Domus Aúrea, de uso representativo y lúdico, que incluye además de las zonas construidas jardines, estanques, bosques. Animales traídos de los rincones más lejanos de su imperio completan el panorama de sofisticación y representación del poder imperial.
Jamás se destinó a un uso estrictamente residencial dedicándose de forma exclusiva al descanso, el relax, la diversión y la ostentación de su poder.
La Casa Dorada, en la que el lujo era una máxima,  era muy extensa - más de 80 hectáreas para todo el complejo palaciego- y sólo una parte de aquella se hallaría en la colina Esquilina de Roma. Poseía ingenios y sistemas constructivos innovadores y de tan alta calidad que los nombres de los ingenieros y constructores romanos que lo posibilitaron han llegado a nuestros días: Severus y Celer.



Reconstrucción del palacio residencial, 
según Katatexilux para la exposición sobre Nerón de abril-sep 2011 en Roma.


Fachada palaciega desde el exterior



El mismo acceso desde el interior del vestíbulo de la residencia del emperador




La entrada a la Domus se realizaba a través de un enorme vestíbulo, una especie de recinto columnado con un gran patio en cuyo  centro se levantaba, sobre un enorme pedestal marmóreo,  una estatua en bronce del emperador Nerón representado como el dios del sol-Helios que fue realizada por el griego Zenodoro







El acceso desde la ciudad al palacio se realizaba a través de la vía Sacra, la más importante y ceremonial de Roma, que partía del foro republicano. 
La calle, ligeramente empinada por el collado de la Velia, creaba un efecto de perspectiva ascendente hacia las dependencias palaciegas de las que sobresalía la colosal estatua de mas de 35 m de altura que imitaba al Coloso de Rodas.


Traspasado este espacio se accedía a un enorme estanque rodeado de una columnata y habitaciones  en las que, a menudo, se realizaban banquetes y celebraciones a los que eran invitados los ciudadanos, entre los que el emperador se sentía preciado.
Desde esta zona podía accederse, a través de los jardines que escalonaban la ladera hacia el Palatino,  a la zona alta, donde se hallaba la residencia imperial, un enorme complejo, en el que, por no ser excesivamente prolijos, destacamos la coenatio principalis una estancia circular con una cúpula que giraba a través de un mecanismo hidraúlico y permitía girar con los cuerpos celestes y observar el firmamento, como en un moderno planetario y una habitación octogonal con nichos que el sol ilumina dependiendo de la hora del día a través de un gran óculo sobre la bóveda.





Restos constructivos de la Sala Octogonal cubierta con una cúpula giratoria. Arriba recreación de la misma.







Pinturas del palacio de Nerón hoy en el Parque Arqueológico del Coliseo. Algunas habían sido trasladadas por los Farnese hasta Nápoles.



Reconstrucción de Altari4  según los dibujos de Mirri en el siglo XVIII. Corresponden a las salas 33 y 25 del ala occidental que eran simétricas y se orientaban hacia el patio interior.



Otras innovaciones técnicas permitían que cascadas de agua  se deslizaran al interior o hacían posible que  fragancias y pétalos de flores cayeran del techo del comedor mientras los comensales del triclinium  tomaban su comida, y se podía elegir si se tomaba un baño de agua de mar o de agua azufrada proveniente de los manantiales de Tívoli.
La sala octogonal de la Domus Aurea es, para la arquitectura romana, de una importancia mas que notable pues representa una ruptura con la tiranía del rectángulo conocida desde la arquitectura griega y etrusca. Esta nueva forma constructiva permite crear vistas en todas direcciones desarrollando plenamente la potencialidad técnica y expresiva de la construcción de hormigón romana.  Es el espacio interior, no los muros, lo que adquiere importancia y en esta nueva arquitectura interior la luz natural juega un papel clave.
Todo ello anuncia una auténtica revolución arquitectónica romana y asienta las posibilidades que ofrece el uso del opus caementicium, el famoso y perdurable hormigón romano.



Pintura en la bóveda con la escena de Aquiles en Skyros escondido entre las hijas del rey para no ir a la Guerra de Troya.



Las paredes de la Domus se revestían de estucos con pinturas, mármoles  de colores traídos de Asia Menor, África y Grecia, oro, marfil,  nácar, objetos y estatuas procedentes de Grecia, todas ellas  representaciones artísticas de artistas de gran talento. Nerón, que era un profundo conocedor y admirador de las leyendas de la guerra de Troya, había hecho pintar los techos de su palacio con escenas míticas de la epopeya troyana, como la escena de Aquiles en Skyros, de las cuales algunas están expuestas en el Museo Palatino. Esos frescos son atribuidos al pintor Fabulus. 

Un equipo de arqueólogos acaba de descubrir una nueva estancia, aún semienterrada por los sedimentos acumulados,cuyos muros se decoran con pinturas de recuadros en rojo sobre fondo blanco que contienen en su interior figuras mitológicas. Una de ellas representa un guerrero armado con espada, escudo y una aljaba para transportar flechas que combate contra una pantera, y también aparecen representaciones de centauros y del fauno Pan, deidad silvestre y de los pastores en la mitología helénica, criaturas acuáticas reales y fantásticas, un paisaje con pájaros, dibujos de columnas, todo decorado con motivos vegetales, guirnaldas, y estelas de colores como el verde, el amarillo o el rojo, si bien la pintura más representativa es la que precisamente ha dado nombre a la habitación, una solitaria esfinge que se erige sobre lo que parece ser un betilo, un objeto sagrado de forma cónica.






Tras su muerte por suicidio  a la edad de 30 años, y sólo después de cuatro de haber construido la Domus Aúrea, comenzó su declive sufriendo incendios, expolios y destrucción. 
El emperador Trajano (53-117 d. C.), en una damnatio memoriae de magníficas dimensiones, decidió borrar la obra de su predecesor para siempre demoliendo  por completo el piso superior del complejo palaciego y rellenando de los propios escombros los inferiores, con la finalidad de levantar un gran complejo termal en el fueron reutilizados buena parte de las columnas, piedras y muros de mármol del palacio.





Planta superpuesta de los Baños de Trajano sobre la Domus Aúrea.



Restos arquitectónicos de las Termas de Trajano,
 construidas sobre los restos de la Domus Aúrea en el Esquilino.

Profundas transformaciones se produjeron, de igual modo, en la zona del gran estanque y el pórtico de entrada, que daba acceso al gran complejo neroniano, que fue ocupado por el gran anfiteatro Flavio, que por la enorme escultura del emperador, al modo del Coloso de Rodas, que se hallaba previamente colocada allí pasó a ser conocido como Coloseo, hoy Coliseo, devolviéndole, de alguna manera, al pueblo de Roma los espacios expropiados por Nerón. 
La estatua de bronce, trasladada de lugar parece que fue finalmente destrozada en el siglo IV d C.
La ruina del imperio sumió todo este espacio en un olvido secular hasta que en el renacimiento, la caída de una persona en una grieta permitió realizar un "cierto" reconocimiento  de las pinturas que, entonces, creían dentro de cuevas o grutas - la profundidad de muchas estancias está en diez metros bajo el subsuelo-, por lo que pasaron a reconocerlas como Grottesco, hoy Grutesco, copiados hasta la saciedad en villas renacentistas de la ciudad y el entorno. 
Estas obras del pintor romano Fábulus en el I d. C en la Domus Aurea tuvieron una profunda influencia en artistas del Renacimiento como Rafael, Miguel Ángel y Pinturicchio.

Sin embargo no fue hasta finales del siglo XVIII cuando comienzan a tomarse interés por los restos arqueológicos que pronto se identifican con la Domus Aúrea de Nerón. 
Las campañas arqueológicas comienzan a inicios del siglo XX, compareciendo las salas del patio pentagonal entre 1912-14 y, más tarde, tras la Segunda Guerra Mundial, se incian las excavaciones de la zona oriental, que continúan hasta la actualidad. 
La década de los 80 supuso una interesante reactivación de las intervenciones arqueológicas que se amplió a otras zonas del complejo, incluyendo el área situada entre el Coliseo y el Palatino donde recientemente se han producido interesantes hallazgos del palacio neroniano.

En la zona alta del Esquilino la fachada del palacio poseería unos 400 m de longitud y 60 de anchura. De este enrome complejo conocemos algo mas de la mitad de la estructura interna de los muros de ladrillo y las bóvedas de hormigón ya que el material lujoso fue arrancado y reutilizado a lo largo del tiempo, al igual que muchas de sus pinturas.


Los graves problemas de humedad provocaron sucesivas aperturas y cierres para la visita pública de todo el complejo pero hace unos años se realizó una inversión importante de modo que pudieran visitarse las estancias mas significativas de la domus: la Sala Octogonal, la Sala decorada con la escena de Aquiles escondido en la isla de Skiros y otras estancias pintadas.

Después de 15 años de estar cerrado, la Domus Aurea reabrió al público en 2014, aunque con un acceso muy limitado pues el horario de apertura se ciñe a los fines de semana mediante una visita guiada que dura entre 75 y 90 minutos y sólo pueden adquirirse las entradas on line. (Para comprar o informarte haz clik aquí) Todas las visitas son guiadas por uno de los arqueólogos que trabaja en las obras y que enseña cómo era el edificio y lo que queda de él. Hay guías en español, italiano, inglés y francés en horarios diferentes. En español, los horarios para entrar a la Domus Áurea son a las 11.45 y a las 15.30 horas y el precio es de 16 euros. Para visitar el lugar se recomienda ir abrigados.
Los problemas a los que se enfrenta su conservación son complejos. de un lado, el clima interno de la domus soterrada por la construcción de la  termas hace que no se sobrepasen los 12 grados y la humedad es de mas del 90%. La iluminación artificial provoca la existencia de líquenes que suponen un grave problema para la conservación de los estucos pintados. La situación se agrava además por el efecto de la plantación arbórea realizada sobre la plataforma del Esquilino en época del Duce, pues las raíces están reventando las bóvedas enterradas de la Domus Aúrea.
A ello se une una altísima necesidad de inversión (calculada en más de 30 millones de euros) que el estado italiano no está en condiciones de abordar íntegramente por lo que se busca el mecenazgo privado e incluso se ha abierto la posibilidad del micromecenazgo considerando que cada aportación es imprescindible (puedes hacerlo aquí).




 





Lo que hoy se halla bajo metros de tierra fue una brillante construcción en la que las innovación arquitectónica y tecnológica se unía al lujo, la diversión y el solaz. Para no perdérsela en una visita a Roma, desde luego.

¡Les deseo una feliz semana!









Enlaces:

https://unaderomanos.wordpress.com/2013/03/06/la-domus-aurea-la-extravagancia-de-neron/

https://brewminate.com/the-julio-claudian-architectural-legacy/

http://www.rtve.es/noticias/20190412/primera-casa-del-suntuoso-sueno-neron-abre-visitas/1922405.shtml?fbclid=IwAR15otJtzR2iP85tyH_7m73xX_rJJVXun0o3MxpggTSGsnpwGBRzcndNBEI

miércoles, 10 de abril de 2019

Las fortificaciones de Valladolid. La Puerta de la Magdalena




 "en los Alcázares viejos, junto a los Palacios Reales". 




Puerta de la Magdalena por S. Isla. 
Litografía en sus Recuerdos y Bellezas de España, 1861. 


Un alcázar real cumple varias funciones, por un lado constituye el refugio de la monarquía, creando un espacio urbano propio aislado del resto de la ciudad, un castillo-palacio inaccesible al resto de los habitantes de la ciudad, mientras que, por otro, es un elemento de control de la villa.

Parece que en el segundo cuarto del siglo XIII, ya abandonado el Alcázar Real levantado a poniente del antiguo núcleo de Valladolid (para ampliar datos pincha aquí), se erige una nueva fortificación en el extremo opuesto, en lo que hoy conocemos como la Magdalena, fuera de la primera línea amurallada o cerca vieja. 

De aquella fortaleza queda hoy un único vestigio en pie, una puerta que pasa desapercibida tras las tapias del monasterio de las Huelgas Reales y la iglesia de la Magdalena y que es, junto con las torres albarranas del Alcázar Real, un elemento de influencia andalusí en Castilla.




Revista La Hormiga de Oro. 8-2-1885




 Acuarela  con la fachada sur de la iglesia de la Magdalena, la Puerta y una casa blasonada. Valentín Carderera. C 1836



Fachada oeste. De la Historia de Valladolid de Juan Ortega y Rubio. 1881




Fot. Ayuntamiento de Valladolid



Fotografía de la fachada oeste de la Puerta. Carvajal 1925





Fachada a la villa de la Puerta del Alcázar del siglo XIII. Fot. Antonio Torres Ochoa






Esta torre puerta, de planta rectangular de aproximadamente 9,40 m por 7,45 m. suponía la entrada desde el interior de la villa al Palacio Real medieval del siglo XIII mediante un acceso acodado, una estructura bien reconocida y habitual en las construcciones defensivas y que se hereda de la arquitectura fortificada  almorávide, si bien su generalización se produjo en época almohade.



Croquis de la planta de la Puerta con el acceso en codo y la situación de las garitas. A. Balado Pachón

El interior del acceso posee a cada lado dos espacios interpretados como garitas de vigilancia.

La construcción se levantó sobre un zócalo de piedra caliza con alzados de tapial hacia el interior del palacio - eso sí, con esquinas reforzadas en material latericio-, mientras que la fachada principal, la que daba a la ciudad, lo hacía en ladrillo. Un revestimiento de mortero de cal se extendía al exterior e interior, donde aún puede observarse en el intradós del gran arco túmido - de herradura apuntado- ciego que configura el ornato constructivo de la puerta. 

Un arco similar mas pequeño e inscrito en aquel alberga una puerta mas reducida, también con arco túmido y una ventana sobre ella rematada con arco de herradura, que actuaría como elemento de guardia, antecedente de las posteriores ladroneras. Represa le hace coincidir con un adarve, que no es sino un paso de ronda, pero no nos ha sido posible acceder a esa zona y trabajamos sobre hipótesis sin contrastar.

En cualquier caso, todos los arcos se encuentran enmarcados por un alfiz. 
La torre puerta se inscribe, además, en una fachada delimitada por dos pilastras que rematan en altura con enormes canecillos pétreos que sustentaban una viga sobre la que volaba el alero. Almenas y merlones rematarían el parapeto superior del conjunto.

la Puerta tiene exentas sus cuatro caras manifestando enjarjes de muros en los paramentos norte y sur.




Vista de la Puerta del Palacio de María de Molina desde el andamio de la fachada de la iglesia de la Magdalena.(para conocer este trabajo, pincha aquí)



Imagen obtenida de la red


Sus paralelos formales se encuentran en la puerta del Agua de Niebla (Huelva), la del Mig de Denia (Alicante), la del castillo de Guadalajara, y la más próxima de la Villa, en Coca (Segovia), fechable entre finales del siglo XII y principios del XIII.




Puerta de la Villa, Coca (Segovia)




Fachada oeste de la Puerta del Alcázar del siglo XIII. Fot. Antonio Torres Ochoa




Fachada norte de la Puerta. Fot. Antonio Torres Ochoa





Vista de las fachadas este y sur, con los restos del enjarje de un muro

Como queda de manifiesto, en las investigaciones realizadas por Arturo Balado, la puerta llamada de Doña María de Molina, es  anterior la segunda cerca urbana y debió constituir parte de un alcázar previo, si bien,  finalmente, podría haber quedado inserta, junto con parte del muro que delimitaba el Alcázar Real, en el segundo recinto amurallado de Valladolid, levantado entre finales del siglo XIII y comienzos del XIV.

Otras opiniones, como la expresada por Oscar Burón, sostienen que la puerta corresponde a la segunda cerca y comunicaba la ciudad con el recinto palaciego fortificado, todo ello basándose en las descripciones y la estructura de la propiedad, que aún hoy se puede establecer sobre plano catastral.
A falta de una confirmación de difícil comprobación, salvo si se llevan a cabo trabajos de investigación arqueológica (excavación arqueológica y lectura estratigráfica de la Puerta y en entorno), me limito a exponer las teorías conocidas recientemente revisadas.

Por lo que compete a la construcción de esta puerta, relativamente antigua dentro de cronología establecida para la llegada de este elemento de clara influencia andalusí, bien podrían haber sido alarifes mudéjares vallisoletanos los que hubieran aportado estas nuevas soluciones -recordemos que se trata de musulmanes llegados del sur- e igualmente pudieran ser constructores mudéjares quienes levantaron la propia puerta, pues según los datos de los censos bajomedievales y los trabajos de investigación arqueoantropológica realizados en el viejo cementerio de los moros, de la Casa de beneficencia, se concluye que un 40% de los varones mudéjares de  la villa se dedicaban a la construcción.

Al servicio de la casa de los reyes, para el mantenimiento de los palacios y castillos, se encontraban los maestros de obras de los reales alcázares. El mantenimiento de murallas (como las de Ávila o Medina), así como la construcción de importantes castillos (el de la Mota en Medina o el de Coca) contaron con la participación de maestros y oficiales mudéjares.

(para ampliar información sobre el cementerio mudéjar excavado, pincha aquí)
(Para saber de la "morería" de la villa, pulsa a aquí)




Si bien parece claro que la construcción del Alcázar Real es anterior a su relación con Doña María, parece que la vinculación la vinculación de María Alfonso de Meneses,  María de Molina, nacida alrededor de 1260 cerca del monasterio de Santa María de Palazuelos (Corcos de Aguilarejo),  con Valladolid data del último cuarto del siglo XIII, cuando habitaba junto a su esposo, rey  Sancho IV el Bravo, la fortaleza de cuya puerta de influencia andalusí estamos tratando. 




Sepulcro de alabastro de María de Molina en la iglesia de Las Huelgas Reales 
 (S.XV) de escuela toledana



En las inmediaciones, en el arrabal de San Juan - calle de Santa Lucía del callejero actual, se hallaba un monasterio cisterciense que había sido fundado por doña Sancha, hermana de Alfonso VII, en 1282.  Treinta y ocho años después  un incendio destruye completamente el lugar y es entonces cuando María de Molina promueve la construcción de un nuevo monasterio con la advocación de Santa María la Real de las Huelgas. En el año 1320 hace donación  de una parte de las dependencias reales a la abadesa María Fernández de Valverde solicitando como contrapartida que la comunidad ruegue por su esposo el rey don Sancho, por su hijo don Fernando, por su nieto don Alfonso y por ella misma.

Esta es la razón por la que la puerta, en la actualidad se encuentra en los terrenos del colegio de Santa María la Real de Huelgas. 



Doña María  entrega a a siete monjas, cubiertas con altas tocas, el acta de fundación del nuevo monasterio. DOMUS PUCELAE
http://domuspucelae.blogspot.com/2011/01/historias-de-valladolid-maria-de-molina.html





Detalle de la zona de la Magadalena en el Plano de Valladolid de Ventura Seco 1738



En las imágenes anteriores puede observarse cómo en 1738 la puerta se hallaba embebida en una línea de construcciones que siguen su orientación suroeste noreste, aspecto que se observa, igualmente en la acuarela de Carderera y en una foto de los años 50.



Fotografía de mediados de la década de los 60. 
Archivo Municipal de Valladolid



¡les deseo una feliz semana!





Mi especial agradecimiento a los amigos y compañeros que me han ofrecido su ayuda, opiniones, fotos y archivos para realizar esta breve presentación: Antonio Torres y Oscar Burón, además de Arturo Balado, compañero y amigo, investigador de este elemento vallisoletano.






Bibliografía

Balado Pachón A.; 2001: "Elementos de influencia andalusí en las fortificaciones medievales de Valladolid". Actas del IV Curso de Cultura medieval. seminario: La Fortificación Medieval en la Península Ibérica. 21-26 septiembre Aguilar de Campoo

Enlaces

http://www.jcyl.es/jcyl/patrimoniocultural/dueromudejar/index.html
http://ermitiella.blogspot.com/2015/01/la-maqbara-de-valladolid-mudejares-en.html