martes, 24 de noviembre de 2015

León romana a través de la arqueología de las ciudades superpuestas





Las ciudades, y entre ellas, muy especialmente las de origen mas antiguo, han sufrido intensas modificaciones urbanísticas desde mediados del siglo XX que han ocasionado, en no pocas ocasiones, alteraciones que han hecho irreconocible su devenir histórico. 
Ciertamente, esto ha ocurrido por que los criterios que han marcado el desarrollo durante decenios han permanecido ajenos al hecho patrimonial e histórico, primando el concepto de rentabilidad económica que aprovechaba el crecimiento, sin parangón, de las ciudades modernas en detrimento del habitat rural tradicional. 
El punto de inflexión en beneficio del patrimonio histórico urbano se produjo en los años 80, como consecuencia de la descentralización de competencias del Estado en las Comunidades Autónomas, que permitió un mejor y mayor acercamiento a la realidad de forma inmediata y unas modificaciones legislativas, causa directa de un tratamiento especial de la protección del patrimonio histórico y cultural, en el que se insertan precisamente estas ciudades (Ley 16/85 de Patrimonio Histórico Español)
Mas allá de la arquitectura visible y los rasgos artísticos de los edificios, del trazado urbano, de los servicios y  las viviendas, el conjunto de carácter histórico considera todos sus momentos de ocupación y protege especialmente los bienes de carácter arqueológico, permitiendo, a través de las normas urbanísticas de planeamiento, el catálogo y protección de las evidencias del pasado que forman parte de esa patrimonio mas desconocido, al que se superponen nuestros centros urbanos, y que es una seña de identidad indispensable.
Nace , de estos nuevos conceptos, la Arqueología Urbana, al pairo de los compases pioneros que se daban en la city de Londres y algunas otras ciudades francesas, como Amiens, seguidas inmediatamente por el ejemplo español de Tarragona. Este nuevo modo de abordar las actuaciones en el seno de las urbes engloba la programación de los trabajos arqueológicos y su ejecución desde la investigación, financiación, divulgación, difusión y puesta en valor, llegando, en casos puntuales, a conformar los primeros servicios arqueológicos municipales, que a día de hoy, en el ámbito de Castilla y León, son una realidad en León, Astorga y Avila.
Tengo la suerte de haber asistido a este proceso de gestación de la actividades arqueológicas urbanas en Castilla y León desde la gestión que compete a la administración en razón de la materia de la que hablamos. Programaciones, trabajos de  urgencia, redacción de planes, apoyo a la investigación, convenios de colaboración, exposiciones, publicaciones, guías..son muchos de los trabajos que han permitido realizar la gestión arqueológica de las ciudades superpuestas, un trabajo en el que se han involucrado decenas de compañeros en su ejercicio de la profesión. 
Hoy deseo que me acompañen en esta visita al León romano para que, cuando puedan, no dejen de programar una o varias jornadas con el sano objeto  de disfrutar y comprender nuestro trabajo y el valor histórico de los bienes arqueológicos; mucho mas allá del manido concepto de tesoros mercantilistas, son tesoros de la historia, y son de todos.
Estas líneas van dedicadas, especialmente,  a mis compañeros Fernando Muñoz Villarejo, Vitorino García Marcos y Jesús Celis Sánchez, arqueólogos y amigos leoneses, que desde la empresa, el Ayuntamiento y la Diputación de León , respectivamente, contribuyen de manera activa a engrandecer el pasado romano de la ciudad de León.




Cuando el rey  Ordoño II , a partir de 914, traslada la sede del reino desde Oviedo y manda levantar sus espacios palatinos y cortesanos en León, lo estaba haciendo sobre los restos de una antigua y mas que importante ciudad, la Legio de época romana y tardoantigua.
Muy poco se conoce de aquellas primeras construcciones altomedievales y, sin embargo, la magnitud de lo preexistente era tal que las termas situadas junto a la Porta Sinistra, por su enorme solidez, grandes dimensiones y las numerosas dependencias de que disponía, fueron elegidas como lugar de instalación de la sede regia, de la que que, desgraciadamente,  hoy nada es visible, otorgando el rey, dada la enorme superficie y grandiosidad del complejo, una parte al obispo para la instalación de su palacio y la catedral. 
Queda puesta de manifiesto, de forma clara y contundente,  la superposición de la ciudad medieval, capital del nuevo reino asturleonés, a la antigua ciudad romana de Legio, que  hunde sus raíces en la instalación de un campamento legionario, el de la Legio VI Victrix, que llega a la provincia Tarraconense para colaborar en el sometimiento definitivo de Cántabros y Astures,  cuyas contiendas se desarrollaron entre el 25 y el 13 a C. 
La Legio VI Victrix, que permaneció en el lugar alrededor de un siglo, se instaló en el interfluvio de los ríos Bernesga y Torío,  en una zona de control de paso hacia el norte y noroeste, teniendo, entre otras cuestiones, encomendado el control de los intereses auríferos localizados en Las Médulas desde época augustea.
A finales del siglo I d. C , en el año 74, es la Legio VII Gemina, que había sido creada por Galba, la que se instala de forma permanente en este lugar hasta que, a principios del siglo V, fue disuelta,  modificando la traza del campamento anterior y sentando las bases urbanas de la ciudad de León.
Junto al campamento, como era habitual, se instaló una zona civil, la cannaba, y un poco mas alejado, al otro lado del río Bernesga, el importante vicus conocido como Ad Legionis.
Las, muy numerosas ya, intervenciones arqueológicas realizadas desde mitad de los años 80 en León, nos han permitido reconocer, investigar y conservar los restos de la muralla campamental de las dos legiones y de su complejo defensivo, que incluye los fosos y las puertas: la conocida como Puerta del Obispo que corresponde con la Porta Principalis Sinistra,  así como los fundamentos del Pretorio y los Principia - el cuartel general de la VII Gémina- , algunos barracones legionarios, instalaciones artesanales campamentales destinadas al arreglo de las armaduras y corazas legionarias, y las termas de la zona de la catedral, estanques y todo tipo de restos de cultura material legionaria: latericios con la marca de la legión, cerámicas, monedas, etc. que permiten comprender y contextualizar los estratos arqueológicos.






El sistema defensivo y las termas

El recinto campamental alberga los restos de los diferentes muros defensivos precedidos por fosos. La primera fortificación, reconocida en la Casona de Puerta Castillo, entre otros lugares, constaba de un muro levantado en opus vitatum ( que combinaba bloques de piedra con hiladas de ladrillos a distancias regulares o irregulares) sobre hormigón romano (el conocido opus caementitium) reforzado, al interior, con un terraplén. 
El emplazamiento estable de la Legio VII Gemina favoreció la construcción de un nuevo muro fortificado en el siglo I d. C. del que se conservan restos visibles en Puerta Castillo y junto a San Isidoro, mientras que la muralla de cubos conservada corresponde a época tardía y se data de finales del siglo III o principios del IV.  Se conserva de aquella un lienzo de 7 m de anchura en el que alternan, de forma regular, torres ultrasemicirculares, de las que han llegado a la actualidad unas 36, mas o menos la mitad de las que existieron en el recinto, sin contar las 8 que flanqueaban, dos a dos, cada una  de las cuatro puertas principales.




De las cuatro puertas que tuvo el recinto fortificado legionario,  se ha excavado la Porta Principalis Sinistra, un acceso monumental flanqueado por dos torres de planta rectangular, que hoy pueden visitarse en la cripta arqueológica de Puerta Obispo, ubicada en el lateral sur de la Catedral, donde además se muestran los restos del complejo termal legionario, que fue construido por la Legio VII, entre el siglo I y el II,  permaneciendo en uso hasta el IV.










La Porta Principalis Dextra, gemela de esta pero situada al otro extremo del recinto,  estaría unida a esta a través de una vía principal marcada en la actualidad por la Calle Ancha.
Además, hacia el norte y el sur se situarían dos puertas mas, ya desaparecidas.


En el interior del recinto del campamento de León, en el n. 7 de la calle de San Pelayo, se han reconocido a lo largo de dos campañas de excavación arqueológica preventiva, los cimientos de los Principia, es decir, el cuartel general legionario, en la confluencia de las antiguas vias decumana y principalis. Se trata del centro neurálgico de la vida legionaria desde el punto de vista administrativo y religioso, donde se custodiaban los emblemas de la legión y que se data en época flavia, constando una inscripción de época de Antonino Pío.




Pero León conserva muchas mas sorpresas arqueológicas. A decir de Victorino García Marcos, el arqueólogo municipal, las evidencias arqueológicas de la Casona de Victor de los Ríos, en la zona de Puerta Castillo, son excepcionales, ya que han permitido no sólo reconocer claramente la ocupación de la Legio VI Victrix, sino también ahondar en el reconocimiento de las fortificaciones sucesivas del campamento e identificar una instalación artesanal de fabricación y arreglo de corazas legionarias, entre las que destaca una lórica segmentata (en clara alusión a la división de placas metálicas), la armadura estandar de los soldados romanos, un tipo de coraza que se desmontaba, era mas cómoda, se podía guardar en un espacio reducido y era mas fácil de transportar pues mediante hebillas y cierres podía separarse en cuatro secciones. Su compleja estructura hacía que su fabricación fuera mas costosa dejando de usarse entre los siglos II y III.











Sólo los legionarios, y a veces los guardias pretorianos, llevaban armaduras como estas, mientras que las fuerzas auxiliares se protegían con la cota de malla o lorica hamata y la armadura metálica de escamas  o lorica squamata , de las que también se han recuperado algunos ejemplares, a sí como fragmentos de la protección de los brazos o manica.


El acueducto de Legio y las canalizaciones de agua

La traída de aguas al campamento se hacía por el noroeste del recinto y es conocida gracias al hallazgo del acueducto en el transcurso de unas obras realizadas junto a la carretera que une León con la localidad de Carbajal de la Legua. 
Aunque se data entre finales del s. I y principios del III d. C. , el manantial del que se obtiene el agua no se conoce.
El agua se almacenaba en cisternas y depósitos desde los que se distribuía por el  campamento . Uno de estos, de unos 35 m de longitud y 12 de anchora se hallaba al exterior del recinto en la zona oriental de la actual catedral.


La Cannaba y el anfiteatro

En torno a los campamentos legionarios se ubicaba la población civil que acompañaba al ejército romano: artesanos, buhoneros, comerciantes, prostitutas, etc. se albergaban en la zona extramuros conformando la cannaba. Este establecimiento poblacional se situaba hacia el sur, en lo que hoy se conoce como el Barrio Húmedo. De estos barrios se han reconocido unas termas en el barrio de San Lorenzo, que fueron levantadas en época de la Legio VII, a partir del último cuarto del siglo I, a juzgar por los sellos latericios utilizados en su construcción.
En la Calle Cascalerías se excavó y hoy puede visitarse, en un sótano acondicionado para ello, un tramo de un pasillo curvo abovedado que se corresponde con el anfiteatro de Legio.







Necrópolis

También extramuros del recinto, se localizaban los cementerios urbanos, de los que conocemos dos emplazamientos diferentes de época tardía con inhumaciones en fosas construídas con cantos rodados y ladrillo y cubiertas planas y a dos aguas con tegulae. Una de ellas se halla en el campus de Veganzana.

La Ruta romana por León




En el año  2007, el Ayuntamiento de León creó una propuesta que nos da la oportunidad de visitar algunos de los puntos en los que es identificable y perceptible el pasado romano de Legio, ese del que venimos hablando y  que ha sido reconocido en el transcurso de mas de 30 años de intervenciones arqueológicas.
Puede realizarse concertando una visita guiada o realizando una visita libre siguiendo las huellas de una sandalia legionaria o caliga  que nos conduce por ocho enclaves señalizados con paneles explicativos:

1. Iglesia de Santa Marina, donde se encontraron restos de la Legio VII.
2. Casona de Puerta Castillo, junto al Arco de la Cárcel, donde además hay un centro de visitantes que explica la Legio romana.
3. Avenida de los Cubos, con la muralla tardía
4. Depósito de agua de San Pedro.
5. Jardines del Cid, donde se ha colocado un tramo de acueducto.
6. Cripta de Cascalerías, con los restos del pasillo abovedado  del Anfiteatro.
7. Cripta de Puerta Obispo: Con la Porta Principalis Sinistra de la época de la  Legio VII y las termas legionarias
8. San Pelayo, donde se encuentran los Principia.


No dejen de acercarse, en esta visita, al Museo de León e intenten no perder de vista que todo el subsuelo del Conjunto Histórico de León es un enorme yacimiento, una gran e importante ciudad a la que se accedía a través de vías y con un impresionante Vicus, conocido como Ad Legionem, en la actual zona de La Lastra y Puente Castro, cuyos orígenes se retrotraen a la ocupación de la Legio VI Victrix.



¡Feliz semana!






Bibliografía

García Marcos, V. (coord. por Ángel Morillo Cerdán);2002. Novedades acerca de los campamentos romanos de León. Arqueología militar romana en Hispania, pags. 167-212. Congreso de Arqueología militar romana (1998.Segovia)



Otras fuentes

http://www.aytoleon.es/es/ayuntamiento/areasmunicipales/patrimonio/rutasleon/Paginas/rutaromana.aspx


4 comentarios:

  1. Fantástico. Esperemos que futuras generaciones conserven todo aquello que vaya apareciendo. Gracias por instruirnos en estas fantásticas maravillas arqueológicas, bases importantes de nuestra historia. Buena semana
    Antonio

    ResponderEliminar