martes, 14 de febrero de 2017

Arqueomúsica. Sonidos en la antigua Europa



Escena del caldero, de la Edad del Bonce o la Primera Edad del Hierro, de Gundestrup con un grupo haciendo sonar los carnix





Reproducciones de litófonos


Pocas veces me he sentido tan a gusto en una exposición como en esta. Te sumerge, de inmediato, en un mundo de sensaciones y emociones de sabor ancestral. En penumbra, casi según entras, escuchas el golpeteo de un percutor de hueso sobre un xilófono lítico y ya solo eso te conecta directamente a la cueva, al útero del mundo espiritual. Del otro lado te llegan los sonidos de las trompas del taller con el que concluye la visita. Sonajas, cuernos de cérvidos, rascadores sobre huesos y quijadas, sonajas, tambores de madera y flautas de hueso conforman, sobre una mesa, la muestra didáctica final, lo que tocas. Sólo eché en falta algo, el sonido del propio cuerpo, la voz, el chasquido de los dedos, el golpeteo de las palmas entre si, con los muslos, sobre el pecho, como en un haka de la Prehistoria.



Recordé, en décimas de segundo, algunas de las excavaciones arqueológicas dirigidas, supervisadas y leídas en decenas de artículos, las entradas dedicadas a la música y los instrumentos en este mismo blog. Rondaban mi cabeza las flautas paleolíticas y medievales de Murcia y Alarcos, Enheduanna de Ur, el epitafio de Seikilos, el sonido reverberante de las cuevas, los panderos y los pitos tañidos en los pueblos, las imágenes de las mujeres etruscas cogidas del brazo en la danza, los sonidos agudos de los romances cantados al amor de la lumbre por las mujeres con los hijos. 






Chamán de la cueva de Trois- Fères, en Arriège, Francia, tras un cérvido y un bóvido tañendo un cordófono. Arriba en  un calco, abajo en la exposición.

De pronto me asaltó una imagen con pieles y cuernos. No pude evitar recordar los chamanes pintados en las cuevas paleolíticas y relacionarlo con el creativo y singular Silberius de Ura, quien, tal vez, debería estar aquí, tocando y cantando por que es pura creatividad musical telúrica.



Propone Raquel Jiménez, arqueóloga y musicóloga - Raquel J. mi referente para entender el significado de este proyecto europeo, la exposición y las actividades asociadas a el-, un hilo conductor en un libro encantador:  Aki, una niña que vive en una tribu prehistórica recorre  la Europa antigua para encontrar nuevos instrumentos musicales para su gente. Ella, con una bramadera, nos transportará, a través de un libro infantil, por diferentes momentos históricos de la antigüedad para conocer el importante papel de la música y los objetos que la producen en la mejora del espíritu de los hombres.
En realidad, este precioso proyecto, conocido como Arqueomúsica. ¡Así sonaba la Europa Antigua! nos conduce en un viaje exploratorio a través de réplicas, reconstrucciones virtuales y reales y sonidos por el viejo continente desde el Paleolitico hasta la alta Edad Media. Todo se basa en instrumentos musicales hallados en yacimientos arqueológicos europeos. Me cuenta Raquel la necesidad de ser honestos. Hay una parte de reconstrucción y otra de recreación. 




Ella es especialista en trompas numantinas, esos instrumentos aerófonos, numerosos en la ciudad de Numancia, que ella analiza, investiga e interpreta para su tesis doctoral. ¡Qué gran trabajo! 
Además de ser una investigadora principal en el proyecto, es la comisaria de esta interesante exposición, que tenemos la suerte de poder visitar en Valladolid, convertida así en la única ciudad española en acoger esta muestra.
Me consta que Raquel tiene una visión compleja de la realidad de la música como elemento configurador del ser humano desde su origen. Habla con pasión de la importancia de la música en la generación de sustancias que nos hacen sentirnos mejor, de su importancia para recordar datos, acciones y emociones, de la musicoterapia y de como la humanidad ha utilizado la música desde siempre.
Junto a ella todo un equipo de trabajo pluridisciplinar e interdisciplinar: arqueólogos, científicos, artesanos y músicos han colaborado para fabricar estas réplicas con materiales y técnicas de producción idénticas a las de los originales.
La exposición del proyecto está en el Museo de la Ciencia de Valladolid, cuya universidad es el único socio de este proyecto europeo, desde el 7 de febrero al 21 de mayo de 2017.





El proyecto



El proyecto Europeo de Arqueología Musical (EMAP) es una iniciativa financiada por el programa Cultura de la UE para el periodo 2013-2018. 
Su finalidad es investigar y divulgar  a cerca de los instrumentos musicales aparecidos en contextos arqueológicos desde la Prehistoria hasta la Antigüedad y los cauces de intercambios musicales de las culturas europeas. Además de los proyectos propios de investigación, el equipo del EMAP ha diseñado esta exposición con una serie de interesantes actividades.
En su realización han colaborado  centros de investigación, conservatorios y organizaciones de música y administraciones territoriales:
. Universidad de Valladolid, España
. Academia Austriaca de las Ciencias
. Instituto Arqueológico Alemán
. Universidad della Tuscia de Viterbo en Italia
. Universidad de Huddesfied en Reino Unido
. Instituto arqueológico de Chipre
. Real Conservatorio de Escocia
. Musik i Syd en Suecia
. Región Lazio, Italia
. Assessorato alla Cultura del Comune de Tarquinia, Italia



Fotografía del vídeo panorámico de la exposición. 


La exposición

La muestra dedicada a  presentar el mundo de los instrumentos en contextos arqueológicos,  se divide en tres ámbitos. El primero viene a mostrar lo que, hasta ahora, se conoce sobre instrumentos y música en el Paleolítico (desde unos 30.000 años a C) y el neolítico (en torno al 5000 a C) en Europa. 



Flauta de hueso realizada sobre fémur de oso cavernario. Cueva de Divje Babe. Slovenia. Dat. 58000-48000 a C

Obviamente sólo se han conservado, mas o menos completos, aquellos instrumentos realizados sobre materiales no degradables, como hueso, concha, dientes y asta sobre los que se fabricaron diferentes tipos de flautas, clarinetes, sonajas, rascadores y otros instrumentos de percusión lítica.





Flauta paleolítica de Isturitz (Gravetiense, 25000 a C), Veireau (Edad del Bonce en Francia) y Birka (vikingos en Suecia).

Con el descubrimiento y uso del barro cocido, aparecen los primeros instrumentos cerámicos y se generalizan los hallazgos de trompas realizadas con  caracolas marinas.




El segundo espacio se dedica a la exposición de réplicas de instrumentos fabricados y usados desde la Edad del Bronce hasta la Antigüedad (unos tres milenios): cordófonos como liras y laúdes, de viento, como trompetas, trompas y areófonos dobles.



Posible tambor metálico prehistórico



Aerófonos de la música tradicional en Europa. herederos de una tradición milenaria


También se exponen algunos objetos musicales medievales y del folklore popular.



Detalle de la reproducción de un arpa vikinga


Detalles decorativos en  la reproducción de un cordófono hallado en contexto arqueológico

La tercera sala expone los usos y significados culturales de los sonidos a través de los contextos en los que se usaban: juegos, espectáculos, ritos funerarios, culto y leyendas, para terminar con los impresionantes instrumentos hallados en la ciudad de Pompeya.




Reconstrucción de un portabebé con sonajas de Skateholm, Suecia. Tumba 6. 
Mesolítico (6000-4000 a C)





Otras actividades.

El 7 de febrero se realizó el concierto inaugural. Tuve la fortuna de poder asistir y he de expresar mi admiración por el interesante trabajo de los músicos que presentaron sus trabajos.



Los poderosos sonidos del bronce, los símbolos del más alto rango entre los celtas y los etruscos, las trompetas impresionantes conocidos como carnyces y litui por los antiguos griegos y romanos, vuelven a sonar tras un largo periodo de silencio. 


John y Patrick Kenny (Reino Unido) con su técnica de respiración circular, consiguieron sacar variados y sugerentes sonidos a las reproducciones de los carnix de  Loughnashade,  el litui etrusco y las trompas numantinas.






Reproducción de remate en forma de cabeza de jabalí, del Karnix de Tintignant

El escocés Barnaby Brow nos ofreció una variada y sugerente presentación de diferentes melodías creadas con diferentes tipos de aulos, la flauta doble, que en ocasiones se convierte en triple. Sus creaciones musicales son de una impresionante destreza y musicalidad. También presentó diferentes temas interpretados con otras flautas de hueso.
  




La inigualable, suave y templadísima voz de la sueca Miriam Anderson evocó las costumbres y paisanajes de época vikinga, acompañada por el arpa vikinga y su enorme destreza con un aerófono.
La lectura, en castellano, del texto de los poemas, corrió a cargo del actor y musicólogo Miguel Jérez.



 


Arqueoescena (Barcelona, España), interpretó un conjunto de temas griegos recreados bajo el título Ecos del Olimpo, incluyendo el epitafio de Seikilos



 

El 10 de marzo de 2017 se estrenará en primicia el documental del proyecto EMAP
El 1 de abril se celebrará el concierto de músicas de la Antigüedad Clásica



Reproducción de Hidraulis, que es un antiguo instrumento musical de viento, que funcionaba con un sistema de receptáculos llenos de agua para mantener constante la presión del aire. Fue el primer instrumento de teclado y el predecesor del actual órgano neumático



Les animo a visitar la exposición en Valladolid. 
Basten estas líneas para abrir boca.

¡Muy feliz y musical semana!















http://www.emaproject.eu/

2 comentarios:

  1. No pude ir a la exposición pero estuve en el concierto y fue un auténtico regalo para el alma. Gracias por plasmar aquí aquello que fue.

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