martes, 11 de abril de 2017

Locmariaquer. 6000 años de piedras sagradas





Recuerdan saber algo de Armórica antes de que Obelix paseara menhires?
El personaje de Uderzo y Gosciny, cuya colección adorna mi juventud y releo de continuo, generalizó para su público la idea de que menhires y galos estaban directamente relacionados, lo que no deja de ser sino una realidad relativa, pues efectivamente los galos vivieron allí, pero tres mil y pico años después de que los menhires se construyeran. 



Hoy sabemos que hace unos 6000 años, en pleno Neolítico, se erigieron miles de monolitos en esta zona de la Bretaña, configurando uno de los conjuntos mas espectaculares del mundo. 




De estos ejemplos de arquitecturas desmesuradas, destacan, por su singularidad, tres construcciones neolíticas levantadas en diversas fases, a lo largo del V milenio, en un punto singular del actual Golfo de Morbihan, que en aquella época no existía como tal. El lugar, situado junto a la población de Locmariaquer, junto al mar, está configurado por tres elementos: el gran menhir partido, que es el monolito más alto de la prehistoria occidental,  el túmulo de Er Grah y dolmen de la Table des Marchands, que hacen de este lugar un conjunto excepcional.





Hacia el 4500 a C, el territorio estaba configurado por valles de arroyos que dirigían sus cauces al mar. En una de las colinas se configuró un espacio sagrado de estelas  gigantes, en bretón Menhir, de entre 6 y 20 metros de altura, alineadas, de las que se ha conservado "in loco" el llamado menhir brisé o caido, un monolito  de algo mas de 20 metros de altura y 300 toneladas de peso, realizado sobre granito obtenido de un afloramiento situado a unos 10 km de distancia - cerca de la isla de Rhuys-. Para su traslado hasta este emplazamiento se propone un sistema de rodillos de madera y la tracción humana.  Una vez trasladada la pieza hasta el lugar donde debía ser erigido, es probable que se construyera una rampa de tierra junto a una fosa, de 1,5 m de profundidad, sobre la que se habría hincado, arrastrando la enorme piedra hasta hacerla encajar en el cimiento. Para ello se propone la utilización de una estructura de madera y el uso de cuerdas. Una vez levantado el enorme menhir, se habría calzado en la base y se le habría acabado de dar su aspecto actual mediante retoques a la superficie con  mazos de cuarzo. Después se habría grabado un motivo simbólico.







La gran estela decorada, que había caído hacía 4300-4200 a C, probablemente por un temblor natural, sin que pueda descartarse su remoción intencionada - habida cuenta de las fracturas lineales de la enorme pieza-  parecía la única existente hasta que se realizó la excavación arqueológica del sector.
Fue, entonces, cuando se identificaron las fosas alineadas y con diferentes profundidades de unas 18 estelas, de las que sólo quedan estos vestigios a lo largo de 50 m lineales. No obstante no puede descartarse que pudieran existir mas evidencias de fosas de estelas menhir en zonas aún no excavadas.



Sobre su significado se ha apuntado la posibilidad de que se tratara de un calendario lunar, que ningún análisis científico acepta, y que sean exponentes de la actuación de grandes personajes de la sociedad neolítica, que no es mas que especulativa, aunque mucho mas probable
Es bien cierto que durante el neolítico se produce la generalización de un modelo social sedentario y jerarquizado que hace posible la agricultura y explica la construcción de estos enormes complejos que requieren una organización estratificada y compleja. Sostienen los expertos en megalitismo que la construcción de estos enormes complejos simbólicos hace necesaria una organización de la planificación, objetivos y trabajo de comunidades completas: jefaturas, sacerdocio, extracción de la materia prima, traslado y construcción no se hacen de cualquier manera, con poca gente ni en poco tiempo.



Lamentablemente, el alineamiento de las estelas se mantuvo poco tiempo como tal, en torno a 200 años y hacia el cambio de milenio, en torno al 4000 a C., se levantaron sobre el mismo lugar dos tumbas impresionantes, reutilizando el espacio sagrado y algunos de sus elementos preexistentes.




La mas antigua de aquellas es una construcción destinada a albergar a un gran personaje y es conocida como túmulo de  Er Grah. El enorme montículo mide 140 metros de longitud, entre 16 a 26 metros de anchura, conformando una planta trapezoidal, y 2 m de altura máxima.


Las excavaciones arqueológicas realizadas en este lugar permitieron reconocer los restos de una tumba central de planta rectangular, una gran cista tapada por una enorme losa, a la que, desde el 4000, se le fue añadiendo un cairn o túmulo de piedra caliza. En el interior de la tumba individual, sin duda una inhumación de la que no quedan restos antropológicos -la acidez del suelo se supone la causa- se hallaba el ajuar correspondiente a un personaje de alto prestigio social, conformado por una punta de flecha de silex, piezas pulimentadas, cuentas de collar y fragmentos de un plato de barro cocido



Al otro lado del alineamiento de estelas, se levanta el dólmen  conocido como la mesa de los comerciantes, igualmente construida hacia el 4.000 A.C.





El nombre con el que es conocido hace referencia a la enorme losa de piedra que cerraba la cámara del dólmen de corredor, que tiene unas medidas de  7 x 4 m y 80 cm de espesor. Curiosamente, esta enorme piedra es, ni mas ni menos, que el fragmento inferior de una estela decorada del complejo de la antigua alineación de estelas quinientos años mas antiguas, por lo que el concepto relacional y simbólico queda constatado y reforzado con el conocimiento de que dos losas del dólmen de Gravinís, situado a varios km de distancia, son parte de un mismo menhir de unos 14 m de altura.










El frente de la cámara es una estela decorada con bastoncillos, lo que ha hecho plantear  que entorno a una estela original del antiguo alineamiento haya constituido el motivo para erigir el dólmen en torno a ella y reutilizando la piedra del cierre con otra estela fragmentada. La tumba, en este caso colectiva, había sido saqueada ya en época romana.
La restauración realizada supuso la recreación de su cairn o túmulo de piedras.




    En la actualidad la visita al complejo de Locmariaquer se realiza a través de un centro de recepción de visitantes muy bien gestionado, con un itinerario completo y cómodo y un audiovisual muy interesante y esclarecedor.

    ¡Les deseo una feliz semana!




    http://www.site-megalithique-locmariaquer.fr/

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