martes, 26 de septiembre de 2017

Neandertal


 “Yo diría que la noticia de la extinción de los neandertales ha sido tremendamente exagerada”.

Mark Twain


Desde que hace mas de un siglo y medio, en 1856, se hallaran los restos de un individuo de otra especie en el valle de Neander, la ciencia ha otorgado a este hombre un estatus inferior al del homo sapiens sapiens, buscando, denodadamente además las causas de su extinción.
Mucho se ha investigado y publicado a lo largo de esta última centuria y, sin embargo, no ha sido mas que recientemente cuando arqueología, antropología y genética han avanzado conjuntamente buscando datos para entender cómo eran realmente aquellos seres humanos.
Las investigaciones científicas, durante décadas, nos habían aportado datos a cerca del tamaño de su cerebro, corpulencia, resistencia, la forma de su cara y su ancha nariz, la tecnología de sus útiles y su enorme dispersión por Eurasia, pero no ha sido mas que hace unos pocos años cuando se ha producido una enorme revolución en el conocimiento de Neandertal, su relación con sapiens y su desaparición.
En buena parte, este hecho ha acaecido gracias al reconocimiento y estudio del osario de la Cueva del Sidrón, en Piloña (Asturias, España) y los proyectos de investigación asociados o en los que se ha insertado esta conjunto tan singular. Así, a la luz de los análisis sobre el hallazgo de 13 miembros de un grupo Neanderthal en la cavidad del Sidrón y los análisis de ADN sobre sus muestras y las de otros yacimientos europeos, se ha podido determinar, entre otras cuestiones, que entre los neanderthales eran habituales los individuos de pelo rojo, que tenían, mayoritariamente, el grupo sanguíneo O y que eran portadores del gen FOXP2, también presente en los humanos modernos, y al que se atribuye a la capacidad de hablar.


Fot. CSIC. Proceso de excavacíón arqueológica en  El Sidrón

El trabajo sobre grupos completos, como este, datado hacia el 49000 a C. también nos permite determinar que no sólo se trataba de trece indivíduos coetáneos, sino también que eran miembros de una misma familia: al menos dos hermanos en el rango infantil, uno de ellos de 8 años y un adulto, tal vez su madre, emparentados por el ADN mitocondrial, el que se pasa de madres a hijos.
Uno de esos individuos infantiles era un niño de 7 años cuando murió. Parece probado que era corpulento y realizaba ya trabajos duros usando sus dientes  para sujetar pieles y cortando pieles.

Como los otros 12 individuos con los que estaba emparentado había sido canibalizado pues sus huesos habían sido limpiados a cuchillo. Los niños neanderthales tenían un crecimiento similar al de los humanos actuales, salvo en el cerebro y la columna, donde los cambios eran mas lentos, sin que sepamos cúal era la razón.



También sabemos que Neandertal tenía una dieta, basada en el consumo de carne y vegetales, que usaban plantas medicinales, que hacía el 200.000 a C. ya cocían sustancias que les proporcionaban un pegamento para enmangar armas y otros útiles, que inhalaban mucho humo y limpiaban con palillos sus dientes.
La población de esta especie con un antepasado común con los desinovianos -una especie recientemente reconocida-, que vivió en Europa entre el 230.000 y 28.000 a C aproximadamente, se articulaba en unos pocos miles de individuos distribuidos en grupos regionales y familias de unos 20 indivíduos - entre 12 y 28 aprox-. 
Del estudio de su ADN se deduce que los individuos masculinos pertenecen al mismo linaje materno, mientras que los femeninos son de distintos linajes, lo que viene a querer exponer que mientras los hombres permanecían en su núcleo familiar original, las mujeres cambiaban de clan para asegurar la descendencia e intercambiar material genético, cuestión esta que sin duda conduce a proponer la existencia de celebraciones conjuntas de los grupos dispersos en lugares determinados, la existencia de redes  de contacto al objeto de establecer alianzas, intercambiar productos y objetos, organizar cacerías e intercambiar individuos para evitar la endogamia. Serían reuniones periódicas que suponen el traslado de los clanes y su encuentro con el resto de ellos, tal y como han actuado y actúan otras poblaciones de cazadores-recolectores de homo sapiens sapiens.
En el Abric Romaní, en Capellades, muy cerca de Barcelona,  se han descubierto algunos niveles arqueológicos en los que podrían atisbarse evidencias de agrupaciones estacionales de varios grupos, proponiéndose que en algunos periodos, a lo largo del año, pudieran haber compartido el amplio espacio distintas tribus con el objetivo de fortalecer su cohesión social e intercambiar material genético, entre otras cuestiones.
Si los distintos clanes se hubieran mantenido aislados, la supervivencia a corto o largo plazo hubiera sido francamente difícil, pero es un hecho que la especie vivió por mas de 200.000 años.
Parece claro, por ello, que aumentan las evidencias que acortan las diferencias culturales entre los últimos hombres de Neanderthal y los primeros Sapiens en Europa.
Las cabañas atribuidas a estos grupos son complejas, reflejo de una estructura grupal bien organizada, tal y como reflejan las propuestas realizadas para los ámbitos domésticos de diferentes lugares como la cabaña al aire libre de Molodova y los círculos de estalacticas de la gruta de Bruniquel, entre otros.



Cabaña neanderthal de Molodova. Dibujo de los restos, interpretación para el alzado y propuesta de posible ubicación de los lechos de los individuos del grupo en torno a los hogares.



Fot. de la Gruta de  Bruniquel, al suroeste de Francia, donde se conserva la evidencia de un conjunto de grandes círculos construidos con pedazos de estalagmitas datados hacia 176.000 años de edad y que han sido atribuidos a los neandertales, constituyendo uno de los mas antiguos ejemplos de construcción humana, lo que supondría un nivel social mucho mas complejo de los que hasta ahora se sospechaba y mas próximo al hombre moderno.


Por todo ello, se indica, por parte de algunos investigadores, como Jacques Jaubert, de la Universidad de Burdeos (Francia), que no hay motivo proponer diferentes modos de vida entre los neandertales y los humanos modernos, que no sólo vivieron en el mismo período, sino que llegaron a cruzarse, si bien ambos grupos cambiarían a lo largo del tiempo.





Reconstrucción de un neandertal en el Museo de Historia Natural de Londres.


Se supone que las poblaciones neanderthales podrían haber diferenciado el trabajo tanto en en función del sexo como por la especialización en tareas determinadas como la talla lítica, el tratamiento de pieles, la recolección, la caza, etc, ya que ese sistema de uso de capacidades permite una mejor y mayor supervivencia, sin descartar la posible existencia de indicadores de diferencias en el estatus social, como son los enterramientos, el uso de pieles y colmillos de carnívoros, el uso de pigmentos minerales para la decoración de pieles o vestimentas, y las plumas como ornamento personal.


Bifaz triangular de Saint Sauveur en Viennes, Francia. 
Tecnología  neandertal compleja



Interpretación gráfica del enterramiento con flores de Shanidar IV, Irak.




Plano de los enterramientos en La Ferrassie, Francia



La existencia  de agrupaciones de enterramientos en cueva como Shanidar y  La Ferrassie pudieran sugerir esta especialidad como el signo de la pertenencia a un grupo social determinado y concreto.
También, se apunta que los casos de ocupaciones de habitat en el interior de cuevas con cabañas y uso de fuego, sobre zonas muy internas alejadas de la entrada, donde no llega la luz solar, como ocurre en Bruniquel o la Galeria Schoepflin de Arcy-sur-Cure supondría, según algunos especialistas la existencia de ciertas unidades o subgrupos con rituales específicos que gozaban o padecían de un estatus diferente dentro de estas sociedades.

Los neandertales fueron generadores de actividad artística, como atestiguan los grabados reconocidos en la cueva Gorham, datados hace 40.000 años, y las "focas" de Nerja, en Málaga, con una antigüedad de, al menos, 42.000 años, según el C14 de las antorchas que iluminaron la caverna para realizar las pinturas, y muy probablemente los discos rojos y las manos mas antiguas de la cueva del Castillo en Cantabria.


Arriba, grabados de Gorham Cave y abajo pinturas de Nerja.



Discos rojos, arriba, y manos, abajo, de la Cueva del Castillo en Puente Viesgo, Santander.



Todas estas cuestiones hacen que se afirme que no existían grandes diferencias entre las sociedades de los últimos neandertales y los primeros humanos actuales en su etapa de cazadores-recolectores, mas aún cuando ya conocemos la herencia neandertal del hombre moderno después de casi 50.000 años de su extinción.
Es evidente que la coincidencia puntual en el tiempo y el espacio supuso cruces reales entre ambas especies.
Aún ignoramos las claves de su desaparición, aunque sabemos que pervivieron de forma residual hacia el 28.000 a C. en el sur de la Península Ibérica.




Gorham's Cave. Gibraltar


En la tierra que piso, en el interior de la Península Ibérica, se llevan a cabo varios proyectos de investigación relacionados con la ocupación del hombre de Neanderthal y su cultura, en Cueva Millán y Estillín y en los yacimientos arqueopaleontológicos de Atapuerca, en la provincia de Burgos. Espero impaciente sus resultados.
Neandertal nunca desapareció del todo, vive en nuestros genes

¡Feliz semana!


Dedicado muy especialmente a Silberius de Ura





Enlaces y bibliografía: 

http://gizmodo.com/new-experiment-reveals-secret-behind-200…
«Early History of Neanderthals and Humans», de Alan L. Rogers et al. en Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States, vol. 114, núm. 37, 9859–9863.
https://answersingenesis.org/human-evolution/neanderthal/
https://prehistorialdia.blogspot.com.es/2012/02/la-estructura-social-de-los.html

1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho tu entrada. Algún día se averiguará lo que sucedió con ellos.
    Un saludo

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