Restos del Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla vistos desde la zona de Portería.
Agosto. Vista de la Armedilla desde la plataforma superior del monasterio Jerónimo.
Para la presentación de este blog que he decidido llamar Ermitiella y que no es ni mas ni menos que el nombre con el que en el siglo XII se conocía el lugar que hoy es La Armedilla, he seleccionado una muestra de fotografías con un sencillo texto que permite un primer contacto con la realidad histórica y antropológica de este lugar, sin haber renunciado a mencionar, si quiera por encima, las emociones y vínculos personales que me unen a este lugar.
Mortero del XVI . Esgrafiado original y fingido de ladrillos.
Si paseas la Armedilla, si observas los detalles de su arquitectura, de la naturaleza que arropa la ladera y el valle, si sigues con los ojos la cerca del convento, el arroyo y sobre la línea del páramo, ves el chozo de los Pedrines, si tienes la suerte de ir al alba y ver a los corzos beber el agua fresca, todo o alguna de estas cosas, habrá merecido la pena visitar este lugar. El silencio se rompe, a veces, por los vehículos que transitan la carretera de Quintanilla, pero si sigues teniendo suerte pasarán muy pocos. Afinando el oído puedes escuchar un silencio que solo rompen las hojas de los chopos, el chillido de las rapaces y el discurrir del agua.
Veo amanecer algunos días, otros disfruto de la anochecida. Paso horas observando detalles, superposiciones, descubriendo cosas nuevas a cada paso, pero también disfrutando de una paz que da el saberse en soledad muchas horas.
En pocos lugares se siente uno tan a gusto. Me concentro e intento imaginar como habría sido la vida allí hace 3000 años, hace mil, hace quinientos, hace doscientos, cien....
Dejé de lamentar el abandono, la incuria , el implacable destino de sus ruinas; yo que empeñé horas y horas en su recuperación para el disfrute de todos, la conservación y protección. Haber promovido un impulso definitivo para su declaración como Bien de Interés Cultural, auspiciar -directamente y en la sombra- cada una de las intervenciones en la investigación, señalización y socialización de su uso cultural, y llegar a ser una voluntaria impenitente durante mas de una década en su tratamiento como un bien patrimonial no ha sido muy fácil, la verdad.
Me quedo con las ganas de seguir en ello, en la medida de mis posibilidades y quién sabe si un día se harán realidad los deseos de ver este lugar realmente bien protegido, valorado y disfrutado por los ciudadanos.
Claustro reglar con sus tres plantas
Interior de la nave de la iglesia jerónima.
Imagen románica de la Virgen de la Armedilla.
Recoge la crónica del Padre Sigüenza que la leyenda viene a decir que unos pastores encuentran una imagen muy milagrera de la Virgen María en una cueva, escondida de moros.
Este covacho es aún reconocible hoy y el germen del complejo cultual que se erigió en el entorno.
La pequeña cueva, un abrigo labrado por el agua en una visera caliza muy porosa, sirvió de lugar devocional convirtiéndose en una ermita, "la ermitiella", que custodiaba el concejo de la Villa de Cuellár, en cuyos límites jurisdiccionales septentrionales se encuentra.
Iglesia medieval semirrupestre levantada junto a la cueva.
Recreación de la cueva y ermita semirupestre de época plenomedieval. La Ermitiella de la crónica histórica.
Dibujos de José Ramón Almeida para Sercam.
Alzado oeste de la iglesia jerónima del XVI.
La ubicación del monasterio no es baladí. Se halla sobre una fuente de agua, en la misma cañada que conduce al Duero, dominando un estrecho valle húmedo donde el pasto está garantizado prácticamente todo el año.
Los de Cuéllar pronto se cansan del mantenimiento del lugar, que era atendido por un ermitaño, y en el que habían levantado ya algunas dependencias para albergar a los peregrinos, así que le ofrecen al monasterio cisterciense de San Joaquín y Santa Ana, de Sacramenia, el lugar para que se hagan cargo de él. La callada debió ser la respuesta, pues no existe fuente escrita alguna que permita asegurar que existió una fundación cister en la Ermitiella. Es más, ni entre la documentación de Sacramenia se menciona el lugar, ni hay, entre toda la documentación custodiada en Poblet, un solo documento sobre la Armedilla. Esta cuestión fué abordada en la tesis doctoral de Antonio García Flores, quien, en su día, la puso a nuestro alcance, asegurando que fue una de las conocidas como fundaciones fallidas del cister en Valladolid.
El concejo de Cuéllar mantiene en esta zona importantes disputas con el de la Villa y Tierra de Peñafiel. Ambas litigan por el control de esta zona, rica en pastos y agua, y fundamental en el control territorial y económico de los enormes rebaños de ovino y su acceso al agua del Duero.
A comienzos del siglo XV, el extremo conflicto que ocasionaba pleitos e prendas e muertes pasa a manos de Don Fernando de Antequera, infante real, quien ejecuta dos iniciativas importantes en esta zona. invita a los jerónimos de la Mejorada, en Olmedo, a fundar un monasterio en la antigua Ermitiella, ya una iglesia semirupestre, formalizándose en 1402 este extremo, aunque ya llevaban los monjes allí unos años; y apeando el territorio, creando una zona de todos, los llamados Comunes, de ambas Villas.
Poco o nada debió gustar al Concejo Cuellarano que sobre la misma fuente de agua y cañada al Duero se instalara un monasterio iniciándose una fase de desavenencias que se siguen durante siglos.
Hito medieval de comunes, del apeo de 1402 ordenado por Fernando de Antequera.
Hoy dentro de la finca La Planta.
A finales del siglo XV, el señorío de Cuéllar es de los Cueva. Serán los marqueses de Cuéllar y duques de Alburquerque quienes promuevan obras tan importantes como la construcción de un palacete y, a su pesar y tras arduas negociaciones con los jerónimos, de la iglesia, rematada, a comienzos del XVI, con una de las primeras portadas renacentistas de Castilla.
La vida jerónima transcurrió con normalidad hasta que el proceso de desamortizaciones, que culminó con la de Mendizábal, sometieron este lugar al expolio, abandono y olvido.
Fotografías de Francisco Antón, de hacia 1920, en la Armedilla y su comparativa con la actualidad, en la foto de un panel divulgativo. (Sercam)
Hace mas de 25 años se retomó la romería que traslada un día al año la imagen de la virgen a su lugar primigenio (el sábado que cae entre las fiestas de San Roque de Peñafiel y la de Toros de Cuéllar).
La recuperación cultural del espacio parte de su estudio y valoración social habiéndose promovido iniciativas muy interesantes.
La novena y rogativas a la Virgen de la Armedilla siguen formando parte de nuestra vida.
Me ha gustado muchísimo tanto el contenido como el título del blog. Enhorabuena y muchas más como está
ResponderEliminarGracias Antonio. Espero, deseo, que sea de tu interés.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Enhorabuena!!
ResponderEliminarGracias JJ. Viniendo de ti es todo un halago.
ResponderEliminarMagnífico Lugar de Lugares este en donde compartes la belleza de Ermitiella que es la tuya propia. En este caminar por los veredales que la vida nos dispone, encontrar la alberca donde descansar y la ermita donde rezar sin mas a los cielos inmensos que otean estas ruinas... es salud y belleza para el alma nuestra. Gracias Consuelo por rescatarnos en cada piedra rescatada por tu amorosa ciencia y denuedo.
ResponderEliminarEs una delicia. Me encanta. Enhorabuena y muchas gracias.
ResponderEliminarEs una delicia. Me encanta. Enhorabuena y muchas gracias.
ResponderEliminarGracias por haber formado parte de esa lucha por mantener el patrimonio. Es uno de mis lugares favoritos de la provincia para ir y pasar horas contemplando, imaginando, escuchando...
ResponderEliminarCreo que conozco cada rincón del lugar.
Tde emplazo a que vengas a visitarlo conmigo. hay una we, Amigos del Monasterio de la Armedilla. Ponte en contacto con nosotros si aún no lo has hecho. Te encantará lo que investigamos y contamos.
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