martes, 5 de junio de 2018

La rosa del azafrán, las hebras rojas y los mitos




Y ya la Aurora primera regaba las tierras con nueva claridad, abandonando el lecho de azafrán de Titono.

Virgilio. La Eneida. S. I a C.


 De ahí por el inmenso éter, velado de su atuendo 
de azafrán, se aleja, y a las orillas de los cícones Himeneo 
tiende, y no en vano por la voz de Orfeo es invocado. 

Ovidio. Las metamorfosis. Libro X. Orfeo y Eurídice. 



De los muchos ingredientes culinarios que almacenan las alacenas de las cocinas  ha sido el azafrán una de las especies mas enigmáticas y complejas. Siempre me han llamado la atención sus fibras rojas ligeras, casi etéreas, imprescindibles para colorear y condimentar los guisos.No obstante, no había disfrutado de la vista de las preciosas flores de azafrán de color morado hasta hace relativamente poco tiempo.
Muchas veces lo mas pequeño es lo mas determinante y casi sin darme cuenta entré en contacto con la realidad universal de la especia -safrán, en árabe- que pasaba de ser un colorante culinario a serlo también de la ropa de los monjes budistas,  las alfombras y lámparas en el zoco de Marrakesch, aparecer en las paredes de antiguas civilizaciones y unirse ineludiblemente a los mitos creados por la Humanidad.



El Safrán o azafrán en Occidente fue, aparentemente, perdiendo protagonismo desde la tardo antigüedad  para ser recuperado  con la llegada de la cultura árabe desde Oriente, donde siempre fue apreciado. En el caso de la Península Ibérica parece que, una vez asentados aquellos pueblos orientales a partir del siglo VIII, comenzaron a replantar al sur, en las actuales provincias andaluzas, en La Mancha y Valencia.


Photos.com/Photos.com/Getty Images


Durante toda la Edad Media la demanda del azafrán se incrementó, incluso parece que el propio Marco Polo financió sus viajes con la compraventa de azafrán, pero no fué hasta mediados del siglo XIV cuando mejoró y creció de forma impresionante su cultivo, debido, entre otras cuestiones a la búsqueda de remedios curativos para paliar los efectos devastadores de la Peste Negra, si bien la importación desde Asia siempre se mantuvo. Se solía recomendar a la población que purificaran el aire quemando azafrán en la chimenea o esparciéndolo por el suelo, aunque obviamente, estaría al alcance de muy pocos.
A las propiedades curativas de la especia, se unían sus usos culinarios, tintoreros que, junto a la gestión del comercio del conocido como oro rojo, lo convirtieron en uno de los mas demandados productos de lujo, llegando a generarse un comercio a gran escala de esta especia que unía su significado simbólico a los mitos mas antiguos conocidos.


Es sabido que en el siglo X, en  la antigua Persia, el azafrán era cultivado en los territorios de las ciudades de Derbena y Isfahán y han sido halladas hebras de la especie en la urdimbre de alfombras y tejidos de uso funerario de este periodo. La especia era empleada en el culto divino, como colorante que proporciona un fuerte amarillo, como perfume,y medicamento, en  infusiones con el objeto de curar la melancolía, para condimentar algunos elaborados  platos, aromatizar tés y para sedar o vigorizar. Los persas disponían de bellísimos jardines henchidos de la flor del azafrán, exuberantes extensiones violáceas donde descansar la vista y deleitarse. Esta belleza estética se trasladaba  a sus platos, de forma que el acto de comer, debía convertirse en un experiencia tan atractiva como mística.
También se disolvía en madera de sándalo junto con agua para usarlo en la limpieza cutánea y como protector solar, llegando a segurar que Alejandro Magno y sus tropas lo usaron durante las campañas sobre Asia en infusión,  en los platos con arroz y diluido en el baño para curar las heridas de guerra, generalizándose su uso entre los combatientes.
En Egipto, se utilizaba para realzar el bronceado de su piel y para elaborar exquisitos perfumes, así como en el proceso de momificación. En el reinado de Ramsés II se incluía justo en la última capa de tela de lino para teñirla, para ofrecerle un llamativo color dorado.
Pero el conocimiento de su utilización se retrotrae a la Prehistoria atestiguando la continuidad del uso del azafrán durante milenios. Es más, constituye uno de los elementos utilizados en los pigmentos reconocidos en cuevas prehistóricas del territorio de la actual Irak, que representaban  animales en libertad y se datan hace 50.000 años.
En Mesopotamia, milenios después, aparece mencionado en las tablillas de escritura cuneiforme como un bien estimado por sus propiedades curativas y de carácter mágico. El azafrán, curaba la tristezay se utilizaba en pócimas de amor  colgadas al cuello, en el interior de una bolsita con azafrán.


Pintura mural de la ciudad de Akrotiti, en Santorini, con un paisaje de crokus y golondrinas. Datado hacia 1650 a C. Museo Arqueológico Nacional de Atenas.

Hacia la primera mitad del II Milenio antes de Cristo el azafrán se había convertido en una especie cultivada y comercializada a enormes distancias. De ello dan cuenta los frescos minoicos de Creta y Akrotiri, en la isla de Thera (hoy Santorini) en los que se asocia a la recolección ritual, en la que juegan un importante papel jóvenes mujeres y monos azules que realizan la cosecha y entregan las hebras a un importante personaje, igualmente femenino, tal vez una diosa a la que acompaña un grifo y cuyo color rojo se relaciona precisamente con la sangre de la divinidad. De todo ello da cuenta la narración pictórica del edificio conocido como Xeste 3 de Akrotiri, datado hacia 1650 a C, momento en el que una impresionante erupción volcánica destruyó la isla y la propia civilización minoica. Parece que Akrotiri constituía entonces un importante núcleo comercial entre Egipto, Creta y la Grecia Continental del que, igualmente,da cuenta la importantísima flota reflejada en los frescos de Akrotiri.
En Grecia, la mitología refiere las importantes propiedades del azafrán para el vigor y la potencia sexual masculina. Así era precisamente este elemento afrodisiaco el que cubría el lecho del dios Júpiter. Refiere Ovidio que en la antigua Grecia el joven y bello Crocus (nombre científico de la especia)  pretende impresionar a la ninfa Smilax en los bosques del entorno de la ciudad de Atenas y la persistencia del primero hace que la ninfa pierda el interés. Los dioses acabarán convirtiéndole en una flor de color violeta y pistilos rojos  como símbolo de su propia pasión.


Recolectora de azafrán pintada en una de las estancias de Akrotiri



Una joven recolectora de azafrán vacía su cesta en otra mucho mayor situada a los pies de la diosa. Akrotiri.


Escena de la ofrenda del azafrán a la diosa en Xeste 3, Akrotiri, con la joven recolectora, el mono azul mitológico y la diosa sentada en el podio y flanqueada por un grifo.


La sangre del pie de la diosa proporciona el color rojo a las hebras del azafrán. Akrotiri




Detalles de la flota y los puertos de dos ciudades. En Akrotiri

Fenicios y romanos comparten  el aprecio por el azafrán también para la cosmética y perfumes. Herodoto recopila datos sobre la competencia entre las finas hebras del Creciente fértil y las griegas de la zona de Cilicia, considerando a las primeras las mas adecuadas para la sanación de las dolencias gástricas y hepáticas.
En las bodas romanas, recordando el lecho de Júpiter y Juno, el lectus genialis, es decir el tálamo, se cubría de flores azafrán y jacintos, de modo que se garantizara la fecundidad de la pareja, todo bajo la protección del Pater Familias.
A los romanos les encantaba bañarse cada día con agua mezclada con azafrán que añadían también al vino. En cosmética era usado para que las mujeres se perfilaran los ojos.



“….y estrechó a su esposa en los brazos. Bajo ellos la divina tierra hacía crecer blanda yerba, loto lleno de rocío, azafrán y jacinto espeso y mullido, que ascendía y los protegía del suelo. En este tapiz se tendieron, tapados con una nube bella, aúrea, que destilaba nítidas gotas de rocío.”

Boda de Júpiter y Juno. Annibale Carracci (Galleria Farnese, Roma)

En la actualidad se recupera su cultivo en muchas comarcas alrededor del Mediterráneo donde ya carece del valor simbólico secular si bien este sigue manteniéndose todo Oriente.
Yo ya tengo bulbos para la próxima temporada.


¡Que tengan una buena semana!




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