martes, 17 de enero de 2017

Un Grifo andalusí en Pisa


Grifo. Museo dell'Opera del Duomo.


In memoriam. 
Juan Zozaya Stabel-Hansen


Una de piezas de detalle mas curiosas del Campo dei Miracoli de Pisa es el gran grifo alado que corona la Catedral. Se trata de una escultura de cemento que fue colocada en los años treinta del siglo XX ocupando el lugar que tuvo la escultura de un hipogrifo de bronce islámico hasta 1828, que hoy se custodia, junto con un capitel, en el Museo de la obra del Duomo.


La apariencia de esta criatura mítica es el producto de la ósmosis entre las diferentes culturas precristianas. 
Como resultado de la unión de diversas tradiciones, especialmente la grecolatina, surge en la Edad Media el grifo como un animal híbrido en el que se funden atributos corporales de dos animales reales, ligados a las oligarquías: el león y el águila, rey de las bestias y reina de los pájaros, respectivamente. El Grifgo suele representarse como cuadrúpedo, con cuerpo, cola y garras de felino, pero dotado de alas, cabeza y pico de rapaz. No obstante, con frecuencia, existen variaciones en la forma de presentarlo, especialmente en las patas, que pueden adoptar distintas tipologías: las anteriores semejantes a las del águila y las posteriores de león, o las cuatro iguales tomadas de cualquiera de ellos.
El grifo suele tener orejas  puntiagudas e incluso un llamativo bulto en la frente, que le confiere un  aspecto inconfundible y, de forma ocasional, una perilla que nace de su garganta, y una gorguera o penacho en el cuello, bien con escamas de reptil, cubierto de plumas como un ave, o con pelaje de mamífero.
Los grifos suelen hallarse en posición estática con las cuatro patas apoyadas en el suelo, con una pata elevada en actitud de marcha, o sujetando entre sus garras otros animales, como bueyes o caballos y , aunque mucho mas infrecuente, pueden mostrarse bien atacando, bien siendo atacados por humanos. También suelen aparecer afrontados o contrapuestos en parejas.
En Pisa, la escultura broncínea del Duomo se representa con algo más de un metro de altura,  cuya superficie está completamente decorada con motivos incisos que se estructuran en tres ámbitos divididos por tres inscripciones cúficas, traducidas por primera vez por Michelangelo Lanci en 1828.



En todas ellas se manifiestan los mejores deseos para el propietario, que no identifica, y si bien nada aclara sobre su procedencia, si querda de manifiesto su carácter profano:

. Lado izquierdo: perfección completa, bienestar total
. Pecho: regocijo perfecto, paz perpetua
. Lado derecho: Salud, felicidad, apoyo perfectos

Una gualdrapa diseñada con círculos concéntricos cubre la parte posterior del animal.



La parte superior de las patas termina en forma de lágrima y contiene figuraciones animales de leones y águilas rodeadas por motivos vegetales, una elección que el cincelador elige pues el animal es una hibridación de ambos.
El motivo decorativo en forma de lágrima se repite en la pata del águila incisa posteriormente, y también en los ojos, en las patas y en la barbilla del grifo, que es utilizada en otros bronces zoomorfos de producción islámica, como el cuadrúpedo de Copenhague y el  de Florencia, si bien las dimensiones del grifo pisano y el bronce del Bargello estén muy alejadas, estas piezas comparten la forma y los motivos de sus decoraciones incisas.




Cuadrúpedo con función de surtidor de bronce procedente de Al Andalus, hoy en el Museo de Barguello, Florencia. http://cvc.cervantes.es/actcult/jardin_andalusi/cordoba/madinat.htm


Detalle del águila en una lágrima, del remate de las patas del hipogrifo



Para este tipo de piezas se han propuesto diferentes tipo de usos. De una parte, se propone su relación con las fuentes de agua, como adorno y caño, mientras otros investigadores afirman que sirvieron como prototipos para la escultura románica y la transmisión de los modelos decorativos e iconográficos propios del arte islámico a las regiones europeas, e incluso, Scerrato afirma que las formas de aguamaniles e incensarios islámicos fueron copiadas por los escultores que decoraron los edificios románicos del sur de Italia, sobre todo en Campania, Apulia y Sicilia.
Las numerosas piezas zoomorfas en bronce existentes confirman que en la Edad
Media existieron varios talleres islámicos en diferentes regiones mediterráneas expertos en la técnica del bronce a la cera perdida, la técnica utilizada para realizar los bronces zoomorfos islámicos conservados en Italia. 
Se desconocen los cauces por los que estas piezas llegaron a Italia, aunque durante la Edad Media las manufacturas artísticas circulaban a través de diversos canales. En el tráfico de estos objetos algunos investigadores han considerado importantes los botines de guerra. Un ejemplo sería este, el del grifo del Museo dell’Opera del Duomo de Pisa, que según Monneret de Villard llegó a Pisa, junto con el capitel califal 22 del Museo dell’Opera del Duomo de Pisa, como parte del botín obtenido por los pisanos durante el saqueo de Almería en 1089. 
Sin embargo no queda claro cuándo y cómo el bronce llegó y  Anna Contadini afirma que el primer documento que atestigua la presencia del grifo en la ciudad se encuentra en las taraceas del coro de la Catedral, realizadas entre 1493-1513 25.


Desde el siglo XIX hasta mediados del XX los investigadores consideraron el grifo de Pisa de origen fatimí. Ugo Monneret de Villard fue el primero en considerarlo obra andalusí, relacionándolo con el león de Monzón, el ciervo del Museo Arqueológico Provincial de Córdoba y el cuadrúpedo del Bargello.


León andalusí de Monzón (Palencia). Museo del Louvre 



Ciervo de Córdoba. Museo Arqueológico Nacional 



Melikian Chirvani propuso un origen iraní para el hipogrifo pisano, al estar sus elementos decorativos e inscripciones en estrecha relación con obras realizadas en la región de Khurasán. Sin embargo, el mismo, unos años mas tarde, comparó las letras de las inscripciones cúficas del grifo con las de una lucerna en bronce procedente de Montefrío (Granada), lo que le llevó a cambiar de opinión sobre la procedencia del grifo pisano, planteando que se tratara de una obra andalusí pero realizada por artesanos de origen iraní.

Si el lugar de procedencia del grifo es problemático, es aún más enigmática su función originaria. 
Para explicarla Contadini se refiere a un escrito de Liutprando de Cremona, donde el autor describe el trono de Constantino VII Porfirogénito, que el mismo tuvo ocasión de ver durante un viaje que hizo a la capital imperial en el año 949. Describe como el trono del emperador estaba rodeado por leones de bronce o de madera dorada, que rugían chocando la cola contra el suelo.
En este sentido, traemos a colación la aparición en 1993, en la casa Christie’s de Londres, de un león de bronce(del que no he encontrado documentación gráfica alguna) que comparte con el grifo pisano las mismas proporciones, las mismas decoraciones del pecho y de las piernas, la gualdrapa decorada en la parte posterior y las mismas letras cúficas en las inscripciones, incluso en uno de sus motivos en lágrima este león contiene un grifo que parece una copia del pisano.  En la parte inferior del cuerpo de ambos animales se encuentra un curioso elemento, un contenedor globular, que, a decir de Anna Contadini formaba parte de un mecanismo parecido al sistema de una gaita, realizado para la emisión de sonidos que imitaran los rugidos de los cuadrúpedos.

En relación a este detalle del movimiento y los efectos especiales, es interesante conocer un episodio de la primera cruzada que menciona una descripción realizada en la Alexiada, de la gran  Ana Comneno ((pincha aquí para ampliar) , en la que se relata cómo su padre, el emperador bizantino Alejo I Comneno, sabiendo que los pisanos eran expertos en el combate naval: “aparejó en la proa de cada barco cabezas con sus bocas abiertas, las recubrió de oro de modo que a simple vista parecieran aterradores y las dispuso de manera tal que el fuego destinado a ser arrojado por los tubos contra los enemigos se vertiera por sus bocas, para que los leones y los demás animales citados tuvieran la apariencia de estar vomitándolo” , lo que lleva a  Little  a afirmar que el grifo de Pisa y el león adquirido en Londres, perteneciente a la colección Mari-Cha, puedan ser copias occidentales de estas armas bizantinas, situando en Italia meridional el lugar más probable de su realización.




Fuego griego arrojado por una boquilla.  Codex Skylitzes Matritensis. siglo XII


Sin embargo en el sur de Italia, por el momento,  no ha sido ninguna pieza zoomorfa en bronce que pueda parecerse al grifo pisano o al león subastado. 
Así pues, y a pesar de todas las incertidumbres, se plantean orígenes ibéricos, pues ha sido, precisamente aquí donde han aparecido varias esculturas realizadas en bronce de cuadrúpedos del mismo estilo, si bien, la documentación de los hallazgos no procede de intervenciones arqueológicas bien documentadas. 
Fué el gran investigador Leopoldo Torres Balbás quien se remitió a la tradición imperial romana para  analizar los bronces cuya función es la de surtidores de fuente de las residencias palaciegas del Califato cordobés ya que en época imperial era muy común el uso de bronces zoomorfos en las fuentes. Entre los varios ejemplos que se puede mencionar se encuentra el ramo con pájaros encontrado en la casa de M. Fabius Rufus en Pompeya, considerado una imitación de los pájaros mecánicos que funcionaban con aire y agua descritos por Herón de Alejandría en el tratado Neumática. 
Los árabes conocían bien estos ejemplos antiguos, pues en la Bagdad abásida, se tradujeron numerosos tratados técnicos griegos como el ya mencionado de Herón de Alejandría, y la Mecánica de Filón de Bizancio.

Además, en el siglo IX sabemos que los hermanos Banu Musa, autores del Libro de los ingeniosos mecanismos, obra que posiblemente también circuló en la España árabe, estudiaron en la ciudad. Este libro describe una serie de fuentes brotantes que funcionaban a través de una tecnología fundada en la transferencia de líquidos desde un contenedor a otro.



Dos folios de una copia siria del libro de al-Jazari realizada hacia el 1315


Otra obra fundamental sobre la mecánica árabe es el libro del conocimiento de los ingeniosos mecanismos de al-Jazari, escrito entre 1204 y 1206, en el que el autor dedica un capítulo a las fuentes, afirmando conocer la obra de los hermanos Banu Musa. Este códice iluminado de al-Jazari, actualmente en el Museo de Bellas Artes de Boston, contiene dibujos con una serie de máquinas hechas para exaltar la gloria del soberano o del comitente y despertar la admiración en el espectador.
Las descripciones presentes en esta obra confirman que los científicos árabes recuperaron la tradición antigua de construir artefactos mecánicos como las fuentes descritas en los tratados de Filón de Bizancio y Herón de Alejandría. Dichas obras en el mundo islámico también pudieron ser útiles para exaltar la gloria del comitente, así como para comprobar la validez de los estudios científicos.
Se puede plantear la hipótesis de que el mismo grifo de Pisa fuese realizado para formar parte de un mecanismo parecido a los descritos en los textos antiguos traducidos en Bagdad y en el libro de al-Jazari.
Por otro lado, es complicado establecer si esculturas como el cuadrúpedo alado
pisano se realizaron en la época califal o en los reinos de taifas.
Otra cuestión que queda por resolver es cómo y cuándo el bronce llegó a Pisa.
La hipótesis de considerarlo un botín de guerra resulta bastante débil. En los siglos X-XII no había solamente relaciones hostiles entre la ciudad tirrénica y las regiones norteafricanas y andalusíes. La presencia en Pisa de bacini cerámicos procedentes de Mallorca y del sureste de la Península Ibérica datados entre los siglos X y XII demuestra que las relaciones comerciales entre la ciudad toscana y los puertos surorientales hispanos fueron prósperas.
El grifo pisano sin embargo no parece una obra realizada para este tipo de comercio marítimo. Sus enormes dimensiones, la calidad artística y la simbología de la pieza relacionarían el hipogrifo con representantes del poder. Otra posibilidad que hay que tener en cuenta es que el grifo y el capitel andalusí, ambos conservados en el Museo dell’Opera del Duomo de Pisa, pudieron formar parte de un homenaje o intercambio protocolario hecho quizás por el señor de uno de los reinos de taifas.
Hasta el año 1828 el grifo se hallaba en la cumbre del tímpano oriental de la catedral de Pisa y en los años treinta del siglo XX fue sustituido por una copia de cemento.



Lucca, Basílica de San Frediano, pájaro (Lucca e l’Europa. Un’idea di medioevo.
V-IX secolo. Catálogo de la exposición, Lucca, 25 de septiembre de 2010-9 de enero de
2012, Lucca, 2010, p. 200).


Una posición parecida tuvo el pájaro de bronce de San Frediano, en  Lucca, que fue revestido con unas chapas de cobre dorado y colocado hasta mediados del siglo XX en lo alto de la fachada de la basílica desempeñando la función de gallo veleta. Umberto Nicolai afirma que el bronce de Lucca fue retirado de su lugar en 1954 con el fin de reparar el silbido que antes producía cuando soplaba el viento del suroeste. Fue entonces cuando los restauradores se dieron cuenta de que bajo las chapas de cobre existía un bronce de gran calidad. Los restauradores de la Soprintendenza de Florencia quitaron las chapas, restauraron la escultura y fundieron una copia del gallo veleta para colocarla en el mismo lugar del original, en lo alto de la fachada de la basílica de San Frediano.

Otro tanto ocurre con el gallo veleta de cobre dorado de San Isidoro de León
para el que se propone una funcionalidad inicial como un surtidor de fuente palatina y que debió llegar a León antes de 1100 desde el sur peninsular. 


¡Que tengan una buena semana!





Bibliografía

Anedda, Damiano; 2012: Bronces zoomorfos islámicos en Italia
Anales de Historia del Arte
2012, Vol. 22, Núm. Especial (II), 41-55


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