miércoles, 27 de febrero de 2019

La fortaleza de Gormaz


De todos los fuertes citados ocupaba Gormaz posición privilegiada,
quizás la más estratégica de todas ellas, pues elevándose
en aislada prominencia, rodeada en su mayor parte por el
curso del río, dominando toda la región en muchas leguas a la
redonda, y en comunicación con otros varios castillos, constituía
una posición tan natural como inexpugnable.

Narciso Sentenach. 1920


El Cerro testigo de 1038 m en el que se levantó el castillo de Gormaz está situado en un meandro que traza el Duero al atravesar los fértiles terrenos de esta zona soriana. Su ubicación y altitud ofrecen un gran dominio visual sobre el valle, las sierras y las vías de comunicación orientales entre ambas mesetas.
Esta situación estratégica y la riqueza del entorno, con abundantes manantiales y terrenos agrícolas y ganaderos, en una zona fluvial vadeable e incluso navegable en la antigüedad facilitaron los asentamientos humanos tanto en el cerro como en su entorno alcanzando su máximo esplendor con la construcción de la fortaleza califal de Gormaz que controlaba la frontera del Duero. De ahí que Juan Zozaya, ya en 1989 lo calificara como la "síntesis de la Arqueología Soriana".

Se asocia el topónimo Gormaz con el indoeuropeo Borm, otorgándole un significado ligado a los manantiales.
En los años 70 se realizan excavaciones arqueológicas dirigidas por Juan Zozaya y P. Banks confirmándose la existencia, ya apuntada por investigadores anteriores, de una ocupación de la Edad del Bronce y la I Edad del Hierro, confirmando, así mismo, un poblamiento importante en la etapa celtibérica, probablemente se trataría de un castro fortificado, concentrado y estratégico como apunta Carmen García Merino.
No se documentaron restos de ocupaciones de época romana ni hispanovisigoda, si bien se reconocieron materiales reutilizados, como un sillar visigodo, sujetando el pie derecho de una construcción posterior, que interpretan como expolia de asentamientos próximos.
Eso no quiere decir que los pobladores de época romana no existieran pero es muy probable que cambiara su sistema de ocupación y el poblamiento fuera mas disperso e incluso pudiera haber existido una cierta ocupación residual en época imperial romana y no tan residual después, como atestiguan los interesantes yacimientos arqueológicos del entorno.




Pero las evidencias mas importantes, como no puede ser de otro modo, corresponden a la enorme e imponente construcción de época califal, con uno de los recintos más extensos de la arquitectura del siglo X.



Se plantea la posibilidad de que fuera construida en diferentes fases: una anterior al siglo X con dos posibles elementos defensivos, uno en la zona del alcázar y otro en el extremo opuesto, donde pudiera haber existido una torre vigía, y una segunda, en la que se habría cerrado el recinto a principios del siglo X, cuando los reinos cristianos toman el valle del Duero, momento en el que se levantaría las 22 torres, la puerta califal y se recrecerían los muros del alcázar.
No obstante puede que sus orígenes fueran cristianos pues la primera noticia documental data de 934. El historiador Ibn Hayyan describe la campaña militar de Osma, que Abderramán III lleva a cabo en el 322 de la Hégira; es decir que en 934 ya existía un castillo levantado por los cristianos a partir de 912 como puesto avanzado de vigilancia y defensa de los castillos de Osma y San Esteban.
Al tratarse de una zona de frontera convulsa, a partir de entonces los cristianos lo habrían perdido y recuperado en diferentes ocasiones y no es hasta 946, cuando Medinaceli se convierte en la capital de la Marca (Frontera) Media del califato cordobés, cuando se crean las condiciones para levantar la fortaleza de Gormaz en su configuración general actual.
Los Anales Castellanos Segundos o Complutenses cuentan como la plaza es perdida por los cristianos un 17 de julio sin que sepamos con certeza el año, pasando a manos del califato definitivamente.
La impresionante fortificación formaría parte de una línea defensiva establecida en el X sobre una importante vía de comunicación romana que discurre entre Medinaceli y San Esteban de Gormaz, contándose los interesantes enclaves musulmanes más inmediatos Barahona, Berlanga, Bordecoirex, Aguilera y Mezquitillas, así como una red extensa de atalayas (sobre el tema pincha aquí).


Lápida original de época de Al Hakem II.
Museo Diocesano de la Catedral del Burgo de Osma

En el reinado de Al Hakem II , en 936 se reforzaría el recinto. A esa época correspondería la lápida que luego se reutilizó en la ermita prerrománica de San Miguel de Gormaz (descarga gratuita para saber más) , en la que se hace referencia a un hecho singular dentro de la fortaleza, probablemente la dedicación de la musalla, un oratorio o mezquita al aire libre.




Recinto torreado (norte) sobre zarpa escalonada en la cumbre del cerro. 
Vista desde la poterna de la alcazaba, arriba, y desde el extremo de poniente, abajo. 

En esta época la fortaleza de la cumbre estaría arropada por una ocupación de las laderas de la que son testimonio los silos rellenos con materiales islámicos que hallamos en las excavaciones de la ermita de San Miguel de Gormaz, excavados sobre el sustrato rocoso.
En la descripción realizada sobre la batalla de Simancas, en 939/327H y la desastrosa campaña de Alhándega, se incluye, entre los partidarios de Ramiro II de León, al conde de Gormaz, lo que podría ponernos sobre la pista de que en ese momento se hallaba en manos cristianas.
Años después, también siguiendo el Muqtabis V de Ibn Hayyan, se cita en 942/330H entre los cristianos muertos en la contienda contra Tudela, al conde de Gormaz Abu-l-Mundir, nombre inequívocamente árabe engrosando las huestes cristianas, si bien esta noticia se contradice con la de los Anales Complutenses en los que figura que Gormaz había caído ya en 940 en manos islámicas.
El hecho de que un conde cristiano tenga un nombre árabe tampoco ha de extrañarnos ya que existe, por un lado, una aportación mozárabe emigrada que está fuertemente arabizada y, por otra puede representar a una población residual arabizada.
De nuevo, en 975 El conde castellano Garci Fernández, aliado con Sancho de Pamplona y Ramiro III de Aragón, asedia la fortaleza sin éxito.
Nuevamente es derrotado por Galib entre 978 y 981 y aunque consigue apoderarse de Gormaz es nuevamente recuperada por Almanzor.
Así se recogen los datos en el Muqtabis V:

"El 12 de mayo del 975 se dio cuenta de un encuentro entre cristianos y las tropas de Galib antes de alcanzar el castillo de Barahona, que se contó con la vida de 20 condes cristianos a quienes fueron cercenadas las cabezas y quienes se cogieron cumplidas lórigas, cascos protectores, almofares defensivos y armamentos completos, todo lo cual fue botín de guerra para los musulmanes".


"El día primero del mes de Ramadán (15 de mayo de 975) comenzaron a salir a bandadas aquellos soldados voluntarios de los habitantes de Córdoba, que se encamiban a la Frontera Superior con objeto de ayudar a las guarniciones asediadas"


"(…) Partieron otros refuerzos para Galib el 26 de mayo del 975. Les precedían una larga fila de acémilas cargadas con diferentes clases de útiles, pertrechos, maquinas de guerra y utensilios sacados del Alcázar de Córdoba".

Ibn Hayyan (1967) El Califato de Córdoba en el Muqtabis de Ibn Hayyn, Anales Palatinos del Califa de Córdoba Al-Hakam II por Isa Ibn Ahamd Al Razi, (360-364, 971 - 975 J.C.). Ed. Y traducción de García Gómez, E. Sociedad de Estudios y Publicaciones, Madrid.

La incorporación definitiva al reino de león la realiza Fernando I en 1060, cuando inicia su campaña hasta Wad-Al Ayara (Guadalajara). Es entonces cuando Gormaz se convierte en fortaleza cristiana.

"Vinieron a Gormaz, un castillo tan fuort; 
I albergaron por verdad una noch"
Poema del Mio Cid

Era entonces un castillo que provocaba el interés de la Taifa de toledo.
La Historia Roderici así lo asegura: 

"Sarraceni vero inerea venerunt et irruerunt in quendam castrum qui dicitur Gormaz ubi paucam prendam acceperunt"

Esto ocurría en 1081 y la respuesta a esta incursión de pillaje fue una aceifa victoriosa del Cid sobre Toledo.
Cuando a partir de la toma de la ciudad en 1085 se "repueble" y "reorganice" el territorio situado al Sur del Duero mediante la fórmula de las Comunidades de Villa y Tierra, Gormaz constituye una de esos 42 nuevos experimentos.
Es entonces cuando el poblamiento fue descendiendo por la ladera.


La ubicación del pueblo de Gormaz responde, con  seguridad a ese descenso paulatino en el que además se reutilizarían elementos puntuales de los lienzos deteriorados. Se levantarían las iglesias prerrománicas, como San Miguel, y mas tarde románicas, como la de San Juan, Santiago y Santa María la Antigua.
El castillo volvió a ser usado como elemento defensivo en la confrontación de los Trastámara cuando se llevaron a cabo algunas restauraciones de los lienzos, puertas de estilo gótico, un taller de acuñación monetal, restos de armamento, graffitti de animales y barcos.
Los últimos usos que se documentan en el castillo son de una cárcel en época de los reyes Católicos y como refugio en las Guerras Carlistas.




La visita al castillo de Gormaz es de acceso libre. 




Las llamadas torre del Homenaje y torre de Almanzor, tras el foso. Adviértase entre ellas el paramento con el recrecido y el almenado fosilizado. La llamada Torre del Homenaje alberga la puerta acodada sobre la que se situaba una ladronera sobre modillones de rollos islámicos.




Una pieza similar fué reutilizada en una tumba de lajas de la ermita de San Miguel, a los pies del recinto.

En una plataforma de mas de 300 m de longitud alberga un recinto de casi un km de longitud flanqueado por torres. Hacia el este se encuentra la alcazaba, el centro de poder, con un acceso sobre foso y un parapeto entre torres. Se accede al espacio a través de una puerta acodada. Una vez en el interior se adivinan diferentes dependencias, estancias, aljibes, poternas y el adarve, que es transitable.


Poterna de la Alcazaba desde el interior


En la Alcazaba encontraremos construcciones de diferentes épocas. En primer término, restos de muros de una residencia de época califal.

Existen diferentes carteles divulgativos que ayudan a comprender cada uno de los elementos y sectores.
La cimentación de la fortaleza se realizó sobre la propia roca de base del cerro y para asentar con mayor seguridad la imponente mole se recurrió a la fabricación de una zarpa escalonada. En cuanto a los sistemas de aparejo de los muros se recurre, al exterior al de sillares alargados dispuestos a tizón, si bien en varios tramos internos del recinto se advierten otros sistemas como la espina de pez para trabar los paramentos.
El almenado junto al adarve conserva trazas en el recinto y la alcazaba, donde además se advierte un recrecido en el paramento de poniente.


Puerta califal desde el interior del recinto con el paisaje al fondo (el dominio visual es extensísimo y de una belleza indudable) y la ermita dedicada al arcángel San Miguel a los pies)
El arco y el dovelaje son califales cordobeses.


Puerta califal flanqueda por dos salientes donde se encontraba el cuerpo de guardia

Es precisamente hacia el oeste donde se desarrolla un enorme recinto longitudinal que albergaba construcciones  para la tropa, incluida una musalla o mezquita al aire libre, dependencias auxiliares, un estanque y una puerta monumental, conocida como puerta califal, con su cuerpo de guardia.
Es igualmente interesante realizar un recorrido exterior, fundamentalmente en este sector occidental, pues sobre el paramento califal se hallan estelas embutidas, romanas y califales, que pueden considerarse elementos protectores.
El paramento tiene un interés extremo por estas piezas y por el aparejo empleado y la zarpa sobre la que se levanta.



Estelas romana e islámicas del paramento oeste



Zarpa escalonada y diferentes aparejos de la fábrica del cierre oeste con las lápidas profilácticas incrustadas en el paramento.

Conozco este lugar desde que empezó mi vida de arqueóloga en 1981 y he visitado este lugar infinidad de veces. Tengo que decirles que sus amaneceres y atardeceres son impresionantes y que el paisaje es sobrecogedor.


Me gustaría dedicarle este entrada a Juan Zozaya, ya fallecido, que dirigió los trabajos arqueológicos en Gormaz en los 80 y con quien me fui reencontrando en la vida. 
No dejen de visitar y disfrutar Gormaz.

¡Les deseo una feliz semana!









2 comentarios:

  1. Lo conocí hace un año y, realmente me impresionó, aún cuando había leído ya mucho sobre él. Gracias !!

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    1. A ti por compartirlo con Ermitiella. Un saludo. Si regresas espero que estas líneas amplien lo que ya conoces.

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