jueves, 1 de septiembre de 2022

Alférez Mayor de la Villa de Cuéllar. 2022









Fot. EsCuellar



En la Huerta del Duque de esta noble villa de Cuéllar, a 19 de agosto de 2022, a todas las personas presentes en este acto mi agradecimiento personal por esta distinción honorable que me hacen, de un modo especial a quienes han considerado que soy yo, precisamente, quien debe estar hoy aquí. Se me otorga el título de Alférez Mayor de Cuéllar que espero ser digna de ostentar.

Vinieron a mi mente, desde que lo supe, las historias de las mujeres guerreras que en romance habrán escuchado cantar o la historia de la monja alférez.

Alférez, nombre derivado, como tantas de nuestras palabras, del árabe, en este caso Al-faris, el que va a caballo, jinete, literalmente, era, en el caso del servicio real, el encargado de portar el estandarte de los ejércitos reales, el que precedía al propio monarca.

Es singularmente significativo en este 2022 pues creo que es la primera vez que recae en una mujer y es lo que me ha dado pie a dirigir este breve pregón inaugural hacia la figura de la mujer.

En la sociedad rural tradicional, como ya saben ustedes, la mujer ha sido la depositaria y trasmisora de la cultura oral constituyendo, en el seno de su sociedad y de su familia un referente de conocimiento de la parentela, la aldea y  las tradiciones. Pero, además, y esto es reconocido por cualquier investigador o investigadora del siglo XXI, mujeres de toda condición social y religión han jugado un papel especial, singular y manifiestamente importante en el devenir social, económico y político del mundo.

Sobre las mujeres recaía el peso secular del cuidado de la familia, de su prole, de los enfermos y mayores de cada casa, en muchos casos la organización de la economía intrafamiliar y las innovaciones derivadas de todo ello, desgraciadamente tan poco valoradas hasta ahora. 

La historiografía tradicional ha hecho caso omiso de la importancia de su papel en este discurrir de la historia en general y de la Edad Media en particular, pero considero de justicia la reivindicación tanto de su importante papel, tanto del cotidiano reconocido como del excepcional de no pocas de aquellas.

No se encontrarán en los libros de texto de nuestros escolares ni en los manuales de formación universitaria pues sólo desde hace muy poco tiempo son objeto de estudio y consideración, pero les aseguro que no es sólo una cuestión de justicia histórica, sino que es sorprendente y maravilloso descubrir quienes fueron y en qué destacaron. Además de amas de casa, lavanderas, parteras y consortes, fueron mujeres de religión, profetisas, repobladoras, escritoras, pintoras, pedagogas, artesanas, comerciantes, caravaneras, prestamistas, sastras, poetisas, compositoras, científicas, visionarias, teólogas, médicas, astrónomas, alquimistas, matemáticas, gobernantes, escultoras, filósofas, miniaturistas, editoras, impresoras, etc.. No está mal para unas personas a las que el destino social había reservado ser esposas de un hombre o de Dios. 

Cuanto más se, más evidente es la falta de reconocimiento de sus capacidades a lo largo de la historia y aún cuando ha sido valorada, no ha sido ni completa ni justa. No hace tanto tiempo empecé a atisbar unas cuantas “estrellas femeninas” de lucidez intelectual, un punto de inflexión que me ha permitido descubrir muchos más puntos de luz relacionados que van conformando la necesaria visibilización de lo que, incomprensiblemente, permaneció oculto.

En la Europa medieval y la zona mediterránea, que nos es más próxima y conocida, quisiera presentarles a algunas de las más reconocidas desde la tardoantigüedad hasta el siglo XV.

Es el caso de la noble Egeria de Gallecia, la dama viajera a la que se debe el primer relato de viajes conocido en Europa, que dejó escrito con todo lujo de detalles su peregrinación de varios años a Tierra Santa y su regreso  a la Península.(para saber más, pinchad aquí)

Kassía, otra mujer excepcional que rechazó la propuesta de matrimonio del emperador de Bizancio para fundar su propio monasterio y componer hermosas canciones sagradas, muchas de ellas recuperadas e interpretadas por grupos vocales femeninos actuales.(más sobre Kassía, aquí)

La cultísima princesa Ana Comneno,  una de las mujeres mejor educadas de su tiempo, que escribió 15 libros conocidos como la Alexiada, una obra necesaria para entender el oriente del Imperio y sus relaciones con occidente o la primera cruzada, etc.( Más info en este enlace).

Fátima al Fihriya, rica caravanera que fundó en el siglo IX, con su hermana Mariam, el más antiguo centro formativo, que puede equipararse con lo que dos siglos más tarde fue el gérmen de las universidades europeas. Esta madraza Al Karouine fue motor intelectual de todo el ámbito del Mediterráneo y constituyó un foco de relación cultural y académica entre el mundo islámico y la Europa cristiana. Su excelente reputación hizo que tuviera como estudiante al futuro Papa Silvestre II, célebre por su interés  científico y que introdujo en Europa el sistema decimal, los números árabes, el 0 y construyó uno de los primeros globos. Fátima y Mariam ponen de relieve la singularidad y altas cotas de protagonismo de algunas mujeres en el islam de los siglos antiguos.(info ampliada, aquí)

En o Ende, que firma como promotora y pintora de las miniaturas del Beato mozárabe  de Gerona, uno de los más hermosos y excepcionales de todos los beatos hispanos, en el que se advierte el intenso e interesante mestizaje de tradiciones e influencias en la Edad Media Peninsular. Creativa e innovadora, es hasta ahora la primera pintora documentada en la Europa Occidental, pues vivió a finales del siglo X. (Sobre En, amplía la info)

La gran Hildegarda de Bingen, visionaria, profetisa, reconocida mujer de fé, abadesa, científica, autora de numerosas obras escritas, entre ellas los primeros tratados sobre la medicina ginecológica y obstétrica, compositora de poemas  preciosas obras musicales para sus monjas y se codeó epistolarmente y en persona con el papado, Bernardo de Claraval y el propio emperador del Sacro Imperio romano Germánico, considerada Santa por la Iglesia Católica.(Más y mejor sobre Hildegard)

Duoda de Septimania, mujer carolingia erudita del siglo IX a quien se debe el primer tratado pedagógico -Liber Manualis-  escrito para su amado hijo primogénito ausente, Guillermo,  al que le habían arrebatado en su tierna niñez. Esposa, madre culta, tierna, cariñosa, su obra tuvo una repercusión impresionante pues contribuyó decididamente a la educación de su nieto, Guillermo de Aquitania, fundador de la abadía de Cluny.(Sobre Duhoda y su obra)

La poetisa musulmana Wallada, Bint Al Mustafki, de enorme talento poético, que le ha valido la consideración de ser una de las poetas más importantes de Al Andalus en el siglo XI. Creó en su juventud un salón literario que se convirtió en un referente de reunión de sus contemporáneos y era considerada la primera de las mujeres de su tiempo.(Más info, aquí)

María Hebrea, judía filósofa y maestra, a la que se atribuye la invención de la técnica de cocción conocida como Balneum Mariae- el archinococido Baño María- y el axioma de la Cuaternidad que más tarde utilizó Dante.

La abadesa Herrada, compositora del maravilloso Hortus Deliciarum – el Jardín de las Delicias- , que interpreta las Escrituras insertando conocimientos  sobre Astronomía, matemáticas, agricultura, música, literatura y casi todos los demás campos del conocimiento humano.

(Más sobre este tema, aquí)

Cristina de Pizán, escritora de la gran obra la Ciudad de las Damas, considerada como la fundadora de un movimiento contra la misoginia y en defensa de la mujer que en el Renacimiento fue conocido como la Querelle des Femmes. Planteó en este libro la construcción de una ciudad en la que el trabajo de las mujeres es colectivo, nacido del compromiso y guiado por la Razón, todo un atrevimiento si tenemos en cuenta el enorme peso de la religión en la Edad Media y que la Razón era para la iglesia una herejía. Todo ello surge en contraposición a la idea aristotélica de la imbecilidad de las mujeres y la misoginia de Mateolo.(Más información)

Espero, sin haber pretendido ser exhaustiva – porque es imposible- que no olviden estos nombres tan importantes para entender la Edad Media como una época de luz, muy lejos de la oscuridad con la que se ha considerado este periodo de la historia por mucho tiempo.

No quiero dejar de incluir en este breve repaso por el destacado papel femenino en la Edad Media a otras mujeres que vivieron en estas tierras como  Eylo Alfonso, condesa de Sahagún, repobladora de estas tierras,(Más sobre Eylo)  Urraca de León, Doña María Alfonso de Meneses, conocida como María de Molina, reina consorte de Castilla por su matrimonio con Sancho IV,  Doña Juana de Castro, reina consorte de Castilla por su matrimonio -precisamente celebrado en Cuéllar en la iglesia de San Martín- con Pedro I,  ,  la rica hembra de Castilla Doña Leonor Urraca, señora de Medina, Cuéllar y Peñafiel(pincha aquí) y la propia infanta Isabel, luego Reina Isabel I de Castilla.

A estas mujeres nobles y reinas, se une el destacado papel que, bien documentado en los archivos cuellaranos, juegan las monjas de Santa Clara, sobre las que existe un interesante trabajo de investigación, o la señora Isabel de Zuazo, en cuyo sepulcro ubicado en San Esteban de Cuéllar se hallaron, sobre su pecho,  47 bulas de indulgencia, algunos fragmentos de papel y un libro de Horas, excepcionalmente bien conservadas(Sobre el tema).

Existen documentos cuellaranos en los que aparecen, con nombre propio, mujeres medievales viudas con capacidad  para gestionar su propio patrimonio advirtiéndose, igualmente, la capacidad de las mujeres para actuar como sujetos activos en pleitos luchando por sus derechos, siendo este el caso, por ejemplo, de las mancebas de los clérigos; mientras en otras ocasiones se documenta la participación activa de las mujeres en las piedades laicas con donaciones al cabildo de clérigos, integración en cofradías y el acceso a bulas.

Esta es sólo la punta de un iceberg pues empiezan a reconocerse  otras excepcionales mujeres de cuyo nombre no quedan registros pero que son citadas por ejemplo en el caso de la primera edición del reino de Castilla.

Es mi deseo e intención que esta valoración tan necesaria sirva de acicate para su conocimiento y valoración justa, así como su inclusión en los currículos de estudios de todos los niveles y que haya suscitado el interés de la concurrencia a esta inauguración.

Sería injusto no mencionar el ingente trabajo de muchas profesionales actuales que ofrecen su investigación sobre la historia de las Mujeres, como el Centro Duhoda y el equipo de investigadoras PastWoman, que sigo de cerca y admiro, así como y las que, además, dedican sus esfuerzos a la gestión del patrimonio medieval de nuestro medio urbano y rural. Sería aún más injusto si no citara a mi querida amiga y archivera de la Casa Ducal de Alburquerque y de la Comunidad de Villa y Tierra, Julia Montalvillo, cuyo ingente trabajo es para Cuellar y su territorio, imprescindible, y de cuya amistad me precio.

Desde mi posición propia, como arqueóloga e historiadora, he dedicado una parte de mi trabajo a la Edad Media, en relación con las fortificaciones y los templos altomedievales, así como el estudio del territorio y la trasterminancia en esta comarca.

Un dedicación que especialmente centro, en estos momentos, en la investigación, gestión, conservación, restauración y puesta en valor de la Armedilla, antiguo centro de culto mariano que luego se convirtió en monasterio jerónimo, un patrimonio medieval de enorme interés y vinculado, por siglos a la villa y la Tierra de Cuéllar, siendo custodiado por el Concejo, desde el XII al XV y después por los señores cuellaranos. Les invito, si aún no conocen este proyecto, a acercarse a el. 

Espero que disfruten de todo el legado del que les he venido hablando y que pasen una feria excelente y llena de conocimiento consciente y diversión.

Queda inaugurada esta Feria de Cuéllar Mudéjar, fiesta de las Tres Culturas.



Aprovecho para mencionar de forma muy especial, además, por su apoyo siempre a Maite Sánchez Barahona, historiadora, concejala de Turismo del Excmo. Ayuntamiento de Cuéllar, y amiga entrañable, y a Victor Muñoz, medievalista, viloriano, amigo y profesor en la Universidad de la Laguna.


Fot. EsCuellar


Fot. EsCuellar





4 comentarios:

  1. Qué interesantes vidas tuvieron estas mujeres, para quienes supuso todo un reto lleno de valentía seguir su propio camino. Gracias por darles luz.

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    1. Gracias por venir, animarme e interesarte por ello. Es de justicia y de enorme interés

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