En 1989 se puso en marcha la Escuela-Taller del Castillo de Portillo, en Valladolid, con el objeto, entre otros, de poner en marcha una investigación que permitiera la redacción de un proyecto de restauración y reutilización del edificio, actualmente adscrito a la Universidad de Valladolid.
Entré a formar parte del equipo de trabajo desde el comienzo de la actividad y hasta 1991, como directora de los trabajos arqueológicos junto a mi compañero Arturo Balado Pachón, si bien las intervenciones realizadas en el inmueble tuvieron vigencia hasta 1992.
No es objeto de estas líneas la exposición del estudio pormenorizado de las actuaciones técnicas ni la presentación exhaustiva de unos resultados , sino hacer una breve presentación de algunos de los elementos singulares que el trabajo en Portillo permitió reconocer.,
Este es el caso de diversos fragmentos de brazaletes de pasta vítrea, al menos 74 ejemplares diferentes, hallados en la excavación arqueológica de los niveles de época moderna y medieval del área que denominamos liza norte, el espacio situado entre el muro norte del castillo y la barrera artillera adelantada que lo recorre.
A finales del los años 90 se presentó en el V Congreso de Arqueología Medieval Española, celebrado en Valladolid, un estudio pormenorizado sobre este tema, que hasta entonces era ampliamente conocido en la bibliografía internacional y andalusí y, sin embargo no había sido tratado en los estudios de arqueología medieval cristiana.
Entré a formar parte del equipo de trabajo desde el comienzo de la actividad y hasta 1991, como directora de los trabajos arqueológicos junto a mi compañero Arturo Balado Pachón, si bien las intervenciones realizadas en el inmueble tuvieron vigencia hasta 1992.
No es objeto de estas líneas la exposición del estudio pormenorizado de las actuaciones técnicas ni la presentación exhaustiva de unos resultados , sino hacer una breve presentación de algunos de los elementos singulares que el trabajo en Portillo permitió reconocer.,
Este es el caso de diversos fragmentos de brazaletes de pasta vítrea, al menos 74 ejemplares diferentes, hallados en la excavación arqueológica de los niveles de época moderna y medieval del área que denominamos liza norte, el espacio situado entre el muro norte del castillo y la barrera artillera adelantada que lo recorre.
Planta del Castillo de Portillo
Interior del castillo de Portillo. Patio de armas. Al fondo la crujía norte y tras ella, la liza norte, área de excavación en la que comparecen los fragmentos de brazaletes de pasta vítrea.
Portillo a vista de pájaro desde el este con el castillo rematando el área de la muralla de la Villa. Se observa perfectamente la liza situada entre la barrera artillera y el castillo.
Al fondo, rematando por el oeste el espigón del páramo, se encuentra El Pico del Calvario, zona de instalación del hisn Burtill Assim.
La ejecución de estas piezas es bastante compleja y especializada incluyendo diferentes tipos que van de los lisos monócromos, generalmente de color negro y de sección semicircular con una cara interna plana, los lisos bícromos o monócromos de sección circular, las pulseras funiculares monócromas en negro, azul verdoso, en ocasiones con hilos blancos o amarfilados, las pulseras funiculares monócromas retorcidas sobre si mismas y aquellas bícromas que se retuercen, para acabar en los complejos brazaletes estriados (monócromos y bícromos).
Tipología de los brazaletes de pasta vítrea de Portillo, según Balado y Escribano.
La segunda técnica, sin costura o de rotación, consiste en la extracción de una pequeña porción de la masa vítrea desde el horno, perforándola con una varita que rota hábilmente el artesano. El movimiento rápido consigue el diámetro deseado y el la causa de la típica sección semicircular con cara interna plana.
Para las cañas estriadas suponemos un origen moldeado mucho mas probable que el de su obtención mediante un retorcido extremo.
Sobre su utilización y funcionalidad podemos apuntar su fragilidad y excepcionalidad, siempre unidos a construcciones señoriales y necrópolis situadas en capillas familiares privadas y monasterios patrocinados por grandes magnates, por lo que se alejarían de la idea de que responden a humildes joyas que apuntaba C, Cressier para las andalusies de Senés.
El origen de estas producciones estaría en los intercambios entre el reino de Granada y otros territorios de la órbita islámica, quizá Egipto, donde conocemos la producción de pulseras, o a través del norte de Africa. A Granada probablemente llegaran a través de los mercaderes genoveses, y de allí a los territorios meseteños del norte.
Se supone que no se trata de importaciones desde Granada sino fruto del trabajo de artesanos con hornos en la Meseta, tal vez mudéjares castellanos, un colectivo dedicado a las artesanías, que en el caso de Valladolid fueron muy importantes en la transmisión de las influencias meridionales y los responsables de la fabricación de cerámicas en la Cal de Olleros hasta el XIV y, a partir de 1413, en la Calle Santa María. No obstante no tenemos indicios arqueológicos de la existencia de tales hornos, siendo el punto mas próximo el de la madrileña Cadalso de los Vídrios y ya en el XVI, Medina del Campo.
Soplado de vidrio. Georgius Agricola. De ReMetálica. Libro XII. Grabado Horno de vidrio de carbón. Industria minera y fabricación de cristal. 1561.
Si bien los mas antiguos ejemplares de brazaletes de vídrio remontan sus orígenes al segundo milenio antes de Cristo durante el Imperio Nuevo en Egipto, no es hasta finales de la Segunda Edad del Hierro europeo, con la cultura de La Têne, cuando se generalizan, aunque no las conozcamos en la Península Ibérica.
Sin embargo, si se conoce su uso en este territorio en época romana, ya generalizados en época tardía, a partir del siglo III, volviendo a desaparecer el gusto por las pulseras de vídrio en el Bajo imperio en occidente, aunque continuaron en el imperio Bizantino.
En la Alta Edad media su producción se restringe a la zona de Próximo Oriente y su conquista por el Islam promovió un nuevo impulso y extensión: Palestina, Jordania, egipto, Siria, Irak, Irán, la India, Africa oriental y Europa, siendo su época de máximo apogeo el siglo XIV.
En este contexto aparecen en Al Andalus : la alcazaba de Almería, la Alhambra de Granada, el castillo de Albox, Cuesta Roca de Senés, son solo algunos de los ejemplos publicados. A estos se unen los hallazgos en Toledo, donde a los conocidos del cirsco romano, se unen otros mas de los enterramientos de la iglesia de San Andrés y los hallados en las casas del Corralitllo de San Miguel, un ejemplar del cementerio hebreo de Teruel, las zamoranas de Rua de los Notarios y la Plaza Arias Gonzalo, laos fragmentos del sepulcro de los Castilla-Fonseca ebn la iglesia de San lorenzo el Real de Toro. A ellas hay que añadir junto a las de Portillo, las de los castillos leoneses de Corullón y Valencia de Don Juan, las vallisoletanas de Tordesillas, las de los enterramientos del Monasterio de Prado y San Benito el Real, las halladas en las excavaciones de la calle del Empecinado, calle Angustias y Santa María.
Las piezas portillanas que hemos venido a presentar corresponderían a momentos de la segunda mitad del siglo XV, igual que sus paralelos próximos del castillo de Valencia de Don Juan y Corullón, en León, el monasterio de Prado y El Empecinado, en Valladolid, etc, si bien, queda atestiguado arqueológicamente que estas pulseras siguieron usándose en el XVI y hasta inicios del XVII.
Sin embargo, si se conoce su uso en este territorio en época romana, ya generalizados en época tardía, a partir del siglo III, volviendo a desaparecer el gusto por las pulseras de vídrio en el Bajo imperio en occidente, aunque continuaron en el imperio Bizantino.
En la Alta Edad media su producción se restringe a la zona de Próximo Oriente y su conquista por el Islam promovió un nuevo impulso y extensión: Palestina, Jordania, egipto, Siria, Irak, Irán, la India, Africa oriental y Europa, siendo su época de máximo apogeo el siglo XIV.
En este contexto aparecen en Al Andalus : la alcazaba de Almería, la Alhambra de Granada, el castillo de Albox, Cuesta Roca de Senés, son solo algunos de los ejemplos publicados. A estos se unen los hallazgos en Toledo, donde a los conocidos del cirsco romano, se unen otros mas de los enterramientos de la iglesia de San Andrés y los hallados en las casas del Corralitllo de San Miguel, un ejemplar del cementerio hebreo de Teruel, las zamoranas de Rua de los Notarios y la Plaza Arias Gonzalo, laos fragmentos del sepulcro de los Castilla-Fonseca ebn la iglesia de San lorenzo el Real de Toro. A ellas hay que añadir junto a las de Portillo, las de los castillos leoneses de Corullón y Valencia de Don Juan, las vallisoletanas de Tordesillas, las de los enterramientos del Monasterio de Prado y San Benito el Real, las halladas en las excavaciones de la calle del Empecinado, calle Angustias y Santa María.
Fragmentos de pulseras de vídrio. Castillo de Valencia de Don Juan, León. Museo de león
Feliz Semana!
Bibliografía
Balado Pachón, A. y Escribano Velasco, C.; 2001: Brazaletes de vídrio de influencia andalusí procedentes del castillo de Portillo (Valladolid). Actas V CAME, Valladolid 1999, vol.2, pp. 923-930.
Enhorabuena por el trabajo. La fabricacion de obetos de vidrio es un tema interesantisimo. Ahora bien, como lo hacian en la baja Edad Media es un tema fascinante y desconocido para la mayoria de los mortales, entre los que me incluyo.
ResponderEliminarQuizas tengas dos comentarios mios, pero esto de la informatica me puede. Estoy seguro que en la epoca de las señales por telegrafo optico hubiese disfrutado mucho mas.
Buena semana Consuelo. Un beso
Gracias Antonio. Veo que tengo un seguidor incondicional y agradecido. El trabajo del vídrio para fabricar pulseras, sus antecedentes, su expansión, su uso...todo ello es apasionante y además a través del hallazgo arqueológico es aún mas interesante pues permite ponerlo en relación con los contextos y datarlo. Estas cosas pequeñas que hacen mas grande la historia cotidiana me encantan.
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