He de reconocer que he llegado a Leonor a través de su esposo, Fernando, como tantas veces he llegado a otras mujeres, lo que no le quita un ápice de interés; mas bien al contrario, he descubierto la importancia de la fuerte unión y protagonismo de ambos en la gestación de lo que luego sería mérito de los Reyes Fernando e Isabel, los conocidos como Católicos.
Leonor, la Ricahembra de Castilla, en realidad Leonor Urraca Sánchez de Castilla, III condesa de Alburquerque, había nacido en una familia poderosa en 1374.
La única hija del conde D. Sancho, hermano del rey Enrique II de Castilla, y de la infanta portuguesa Beatriz de Castro, hija del rey portugués Pedro I y de Doña Inés de Castro, aunaba, por tanto, una ascendencia regia Trastámara y portuguesa y unía a su título de condesa, el señorío de Ledesma y de otras quince villas y lugares de la Rioja, Tierra de Campos y territorios salmantino y extremeño, por lo que López de Ayala , en la crónica del Rey D. Enrique el Tercero, la describe como "La señora mejor heredada que se fallaba en España" (1390, cap. II, p. 162).
Es seguro que su niñez y juventud estuvo dedicada a su formación moral y religiosa, como era costumbre entre las gentes de su condición aristocrática, así como a la atención de las labores domésticas, la costura, el bordado, sin que faltara su instrucción en la cultura, la danza, la música, la escritura y la lectura. Este bagaje formativo, intelectual y social puso la base de su futura habilidad para la gestión y negociación, bien conocidas durante su matrimonio con Fernando y tras enviudar.
Su posición social e inteligencia le valieron ser elegida para casarse con su sobrino segundo Fernando, hermano menor del rey Enrique III, en Valladolid, en 1395 cuando ella tenía 20 años, cinco mas que su marido, convirtiéndose en los principales señores de Castilla y herederos al trono, cuyos dominios se extendían desde el sur de Navarra hasta Portugal.
En poco menos de once años, Leonor apoyando y acompañando a Fernando en su política de asunción de negocios de gobierno e incremento de su patrimonio señorial, consigue, junto a su marido, una situación de preponderancia dentro de la sociedad política castellana, encumbrando definitivamente la casa del infante a la cabecera de la aristocracia del reino.
Sepulcros de D. Alfonso García de León, vecino de Cuéllar, contador real y alcaide al alcázar de Segovia con Enrique III, fallecido hacia 1409, y de su esposa Urraca García de Tapia. Sobre los arcosolios las armas de sus señores, el rey de Castilla y D. Fernando, esposo de Leonor.
Es cierto que la personalidad de Leonor quedó eclipsada por la de Fernando, pero un análisis pormenorizado de la tesis doctoral de mi amigo Victor Muñoz, le ha devuelto, gratamente, el protagonismo que merece. Mas allá de ser la esposa de un gran personaje, infante de Castilla, vencedor de la batalla de Antequera, rey de Aragón y madre de los conocidos como Infantes de Aragón, para quienes idearon una política matrimonial que asumió Navarra y Portugal, el doctor Victor Muñoz ha tenido el acierto de analizar su importante gestión de la política territorial, la participación en el incremento del patrimonio familiary el ascenso del papel político y simbólico de su marido como gobernante.
Leonor fue reina de Aragón entre 1412, tras el Compromiso de Caspe, y hasta la muerte de Fernando I en 1416, a los 36 años de edad.
Leonor, que entonces tenía 42 años de edad, se retiró a Medina del Campo, el lugar al que siempre estuvo vinculado Fernando por nacimiento y donde, también, habían nacido sus hijos.
Unos años después, en 1421, promulgó su «Ordenamiento de Ferias» bajo la firma de «la triste Reyna» ya que sus hijos, los infantes de Aragón, eran por entonces prisioneros de los genoveses, después de la Batalla de Ponza.
Desde el Palacio Real de Medina del Campo Leonor Urraca fue testigo de los enfrentamientos de sus hijos contra D. Álvaro de Luna, valido del rey Juan II de Castilla, en cuyo favor perdió algunas de sus posesiones.
La reina viuda Leonor Urraca falleció en Medina del Campo en el año 1435 y, aunque tenía preparado su sepulcro en Poblet, fue enterrada bajo una sencilla losa en el suelo del Convento de Santa María la Real, en Medina del Campo.
Juan Ignacio Gutierrez de Castro, amigo y Maestre de la Orden de la Jarra y el Grifo, instaurada por D. Fernando de Antequera, conserva una documentación inédita de un fragmento de dicha lápida, ya desaparecida durante unas obras en el subsuelo del convento. Es posible que los restos de Doña Leonor hayan sido, al menos parcialmente, trasladados a otro espacio en el interior de la sacristía.
Fragmento de yeserías del Palacio Real de Medina del Campo.
Procede de las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en 1998 en el solar que ocupó el antiguo Palacio Real de Medina del Campo; en concreto, fueron localizados formando parte de un nivel compuesto exclusivamente por escombros producto del derribo de los edificios que compusieron el conjunto palaciego. En las piezas se encuentran representados todos los esquemas clásicos de este estilo: lacerías, motivos estrellados, así como otros tantos incorporados por influencia gótica a partir de mediados del siglo XIV, caso de las representaciones vegetales de carácter naturalista, animales y motivos heráldicos.
http://www.museoferias.net/noviembre-2012/
Victor Muñoz hablando del patrocinio de los infantes de Castilla Fernando y Leonor
en el verano cultural GIHEC de 2014.
1413 Fernando de Antequera, señor de Cuéllar, cede la villa de Grajal a Fernando Gutierrez de Vega (repostero Mayor y embajador en el compromiso de Caspe, donde elijen a Fernando rey de Aragón).
Panteón Real de Poblet con los sepulcros de los reyes Fernando y Leonor
Santa María la Real de Medina del Campo
Hace unos años Leonor y Fernando protagonizaron el guión para una ambientación histórica en la Armedilla, pues fueron ellos quienes propiciaron la fundación jerónima del Monasterio situado en los límites de la tierra de las villas de Cuéllar y Peñafiel, así como el hitado y apeo de ambos territorios a principios del siglo XV.
Las figuras históricas de Leonor de Alburquerque y Fernando, son analizadas en un libro que mañana, 27 de diciembre de 2016, tengo el gusto de presentar en Viloria del Henar (Valladolid) y el día 30 en Cuéllar (Segovia). Su autor es mi amigo Victor Muñoz Gómez y ha sido publicado por el Ateneo de Sevilla tras recibir un prestigioso galardón, el X Premio de Historia Ateneo de Sevilla 2013.
Las figuras históricas de Leonor de Alburquerque y Fernando, son analizadas en un libro que mañana, 27 de diciembre de 2016, tengo el gusto de presentar en Viloria del Henar (Valladolid) y el día 30 en Cuéllar (Segovia). Su autor es mi amigo Victor Muñoz Gómez y ha sido publicado por el Ateneo de Sevilla tras recibir un prestigioso galardón, el X Premio de Historia Ateneo de Sevilla 2013.
¡Que tengan una feliz semana!