Esther Rodríguez, arqueóloga, sentada en el acceso monumental a la estancia de culto
El Turuñuelo, Guareña, Badajoz
Fot. Lourdes Gómez. Fuente: PlanVE
A finales del siglo V a C. las gentes tartésicas que habitaban la zona del la cuenca media del Guadiana, por motivos aún desconocidos, pero siguiendo un ritual ya reconocido en otros lugares, provocaron el relleno, sellado con adobes amarillos e incendio de un edificio impresionante -un referente para las poblaciones del entorno-, cuya funcionalidad se sospecha ligada al culto y comercio - sin descartar el carácter funerario- tras llevar a cabo un gran banquete a la griega y el sacrificio de 16 caballos, dos toros y un cerdo. Altares en forma de piel de toro, una escalera monumental de acceso, estancias con paredes gruesas y mas de 1,5 m de altura conservada, pilastras monumentales, pasillos y vestíbulos y un recinto con paredes de 3 m de altura son las evidencias en proceso de estudio que ponen las bases de un singular estudio liderado por un equipo coordinado por una compañera arqueóloga, Esther Rodríguez.
Este edificio, tres veces mas grande que el ya conocido de Cancho Roano, es excepcional por su arquitectura, su estado de conservación y su proyecto.
Las líneas que siguen intentarán ampliar esta breve introducción.
Mi agradecimiento a Esther y mi admiración por su trabajo
Situación, vista desde el aire, del túmulo que sepulta el gran complejo del Turuñuelo, justo a la orilla del Guadiana. http://construyendo-tarteso.webnode.es/
Vista de la excavación al final de la II campaña, en el área de las estancias de la terraza superior.
Vista del proceso de excavación arqueológica de la zona del gran patio de la terraza inferior.
Viga de madera quemada fruto del incendio que selló el lugar
Renacer de las cenizas no solo es posible sino que es cierto. Esto ha ocurrido en un templo sellado por el fuego, uno de muchos, que fué amortizado y endurecido por las llamas tras la realización de un rito del que apenas alcanzamos a atisbar una punta del hilo, un cabo del que una mujer científica tira para reconocer la historia del final de una de las culturas mas brillantes de nuestro pasado protohistórico.
Esther Rodriguez, codirige con Sebastián Celestino, los trabajos de excavación arqueológica en el túmulo del Turuñuelo. Ambos investigan sobre Tartessos en el Valle del Guadiana, un trabajo que les ha llevado a catalogar numerosos yacimientos de esta época (11 túmulos situados junto al río, en la confluencia con un arroyo subsidiario) y, finalmente, a excavar en este asentamiento.
No todo Tartessos es igual, afirma. Desde el valle del Guadalquivir, muy posiblemente a causa de una enorme crisis por sequía, las gentes tartésicas fueron remontando hasta la zona de la actual Extremadura, donde el horizonte del Tartessos del valle del Guadiana presenta evidentes diferencias con respecto a lo reconocido en el Guadalquivir. Estas vienen marcadas por la carga cultural de las sociedades locales que ya vivían en el territorio.
Además, el grado de conservación de estos yacimientos bajo túmulo, su excepcional conservación y el sellado documentado de los edificios rituales (sean sólo o no tan solo templos) constituye un elemento mas para el establecimiento de particularidades.
Afirma la gran mayoría de los miembros de la comunidad científica que la cultura tartésica es fruto de la mezcla y amalgama que se produce en el mundo indígena al contactar con los fenicios, constituyendo estos, precisamente, ese aporte orientalizante que tiene Tartessos.
Dice la doctora Esther Rodriguez, que amablemente me ha atendido y contestado a mis preguntas, que el yacimiento arqueológico del Turuñuelo es excepcional, entre los ejemplos ya conocidos e investigados, como el Cancho Roano y Cerro Borreguero, por muchas razones y desgrana cúales son y cúal es su importancia en el contexto cultural al que perteneció, reconociendo, con la humildad propia de los grandes, todo lo que aún está por analizar y comprender.
Hace unos meses saltaba a la prensa la noticia del hallazgo, en el proceso de excavación, de un edificio con una escalera monumental en este lugar y Ermitiella se hizo eco de la misma para verlo pincha aquí
El fuego al que se sometió el lugar en el siglo V a C. endureció las paredes de adobe de un edificio sagrado que había sido previamente derrumbado y rellenado, intencionadamente, tras haber realizado en el rituales como un banquete y sacrificio de animales.
Este recinto situado en la márgen del río, para el que se plantea una funcionalidad compleja (templo, lugar de transacciones comerciales...), tiene una planta compleja, con vestíbulos, pasillos, estancias y patios, distribuidos en dos niveles aterrazados unidos por una escalinata monumental empinada y compleja desde el punto de vista constructivo, pues se ha documentado la realización de bloques de argamasa endurecida para conformar sillares.
La zona alta se estructuraba en varios pasillos y habitaciones. A través de un vestíbulo se accede a una gran habitación de 70 m2 orientada a la salida del sol y con una entrada flanqueada por enormes pilares, cuyos muros fabricados con adobes tenían un grosor de casi 2 m y conservaban una altura de más de metro y medio. En el centro de la habitación se reconoce la existencia de un altar de barro con una planta de forma de piel de toro -ligado a la deidad Baal-, característica de los santuarios tartésicos hasta ahora conocidos, una pileta de más de un metro de profundidad y una pieza excepcional, realizada con mortero de cal, una especie de bañera o sarcófago, de funcionalidad desconocida por el momento, que es un "unicum" en todo el Mediterráneo occidental en esta época en el siglo V a.C.
Arriba, vista de la habitación con la bañera/sarcófago realizada en argamasa. Estaba colocada junto al muro de adobe y al lado de uno de los altares con forma de piel de toro. Fot: Lourdes Gómez. PlanVE
Abajo, aspecto de la pieza, que pudo contener agua para rituales
Desde el mismo vestíbulo se accede a otra estancia en la que fueron halladas evidencias indiscutibles de la celebración de una comida ritual "a la griega": más de un centenar de platos, bronces y marfiles, una veintena de copas de imitación griega para beber vino, varias fuentes, tapaderas y cuencos pintados a bandas. Entre los objetos de metal, fue en esta habitación donde se localizó una parrilla, un caldero, dos jarros, un colador, un juego de anzuelos, un quemaperfumes o un mango decorado con una pequeña piel de toro y dos palomas.
Pieza de bronce con dos aves portando una piel de toro. Tal vez símbolo de las deidades femenina Astarté y masculino Baal
Caldero de bronce hallado en el Turuñuelo. Fot.: Esther Rodríguez
Parrilla del Turuñuelo. Fotogalería El Pais
En la plataforma inferior,. a la que se accede a través de una escalera monumental que salva un desnivel de 3 m, se halla un patio, parcialmente enlosado de pizarra, sobre el que se encuentran, en conexión anatómica los restos del sacrificio de 16 caballos, dos toros y un cerdo.
Parece deliberada la búsqueda del efectismo y cierta escenografía en la colocación de las bestias, pues comparecen cruzados y solapados cuellos y cabezas, etc. ,
También en esto es excepcional el yacimiento pues restos de sacrificios de équidos se han documentado en otros lugares pero sólo comparecen partes de aquellos.
Por otro lado, no es casual que se trate de un número muy elevado de animales de alto valor para las sociedades de la época y se sospecha que no se trate, precisamente de animales de tiro. Me cuenta Esther, que se hallan a la espera del resultado de unos análisis de ADN de dos de los caballos, cuestión que pueda permitir poner de relieve si se trata de una estirpe especialmente dedicada a su cría para el culto.
Junto a los restos de algunos de los ejemplares se han hallado arreos metálicos de los bocados que llevaban colocados en el momento de su sacrificio.
Detalle de la escalera monumental con los peldaños de pizarra en la parte alta y los bloques en la media y baja, así como los primeros caballos hallados en el patio bajo
Abajo, detalle del lateral de la escalera. Fot.: Esther Rodríguez
A vista de dron: escalera, cierre lateral del recinto, nivel de sacrificio y pavimento del patio
En esta misma semana se va a celebrar en Mérida un encuentro científico dedicado, en exclusiva, a la cuestión de los sacrificios de caballos, cuyos resultados esperamos expectantes.
Existen muchos mas datos y evidencias de interés en este yacimiento: restos de lana y lino, esterillas sobre los bancos corridos, bolsas con semillas, etc que son analizados por especialistas de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) como parte del Proyecto Procon, sobre la producción y uso de textiles en la Europa Mediterránea. Parece que pudiera tratarse de la lana conservada mas antigua de Europa.
Sistema de cubierta provisional que permite preservar los restos en el periodo intercampañas de excavación arqueológica
El territorio circundante, hace 2500 años, estaba dominado por la dehesa de encinas, alcornoques, pinos. Había sauces y el relieve nada tendría que ver con la llanura actual de la vega, fuertemente antropizada. Estos datos se han obtenido a través de las columnas polínicas y el análisis de las maderas quemadas conservadas.
Pero, ¿qué pudo ocurrir para que se abandonaran, amortizaran e incendiaran este recinto del Turuñuelo y otros cercanos como El Cancho Roano? ¿Por qué desaparece este sistema de vida?
Pero, ¿qué pudo ocurrir para que se abandonaran, amortizaran e incendiaran este recinto del Turuñuelo y otros cercanos como El Cancho Roano? ¿Por qué desaparece este sistema de vida?
Esther Rodríguez apunta que esto no ocurrió de la noche a la mañana. Los edificios fueron rellenados, esto lleva su tiempo y organización. Lo que parece que explicaría tales cambios tendría, posiblemente, mas que ver con cambios climáticos, epidemias o un fenómeno natural, como un maremoto. Parece descartarse ataque alguno de nuevos pueblos, pues no existe evidencia alguna de tal cuestión.
La arqueología es alucinante
¡Feliz semana!
Mas fuentes:
http://construyendo-tarteso.webnode.es/
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