Descubrir bajo capas de enlucido de cal unos ojos enfrentados a los tuyos da lugar a emociones intensas y complejas, pues al propio hallazgo se une el carácter y la entidad de los descubierto.
Esta experiencia es maravillosa y se convierte, en ocasiones, en un hito indispensable de tu vida profesional. Puede que ocurra pocas veces, pero en Gormaz ocurrió dos veces. La primera, por suerte, me tocó a mi con el hallazgo de un santo en el muro sur de la nave, cuando buscaba una ventana. La otra, se reveló en el proceso de cateado de los restauradores en Gormaz, cuando ante la tranquila paciencia de la restauradora, apareció la cabeza antropófaga cabalgada por el perro del infierno terrible, eterno y torturador de los cristianos del siglo XII.
La llegada a Gormaz en 1997 de los técnicos restauradores viene de la mano de la necesidad de llevar a cabo un diagnóstico de las pinturas recién descubiertas en los paramentos de la ermita.
Al cateado iniciado por los arqueólogos, la documentación de la paloma románica escondida tras el altar de la cabecera, y la existencia de pinturas barrocas perfectamente reconocibles, de mala calidad y conservación muy deficiente, se añadía una nueva intervención destinada al muestreo completo de los muros con el fin de determinar la extensión, características, estado de conservación y establecimiento de pautas de trabajo sobre estas pinturas.
Evidentemente, fue prioritaria la contextualización de lo ya conocido, por lo que el muro sur de la nave de la ermita se convirtió en el primer sector de trabajo, permitiendo reconocer que la superficie pintada abarcaba todo el desarrollo en altura mientras que logitudinalmente se interrumpía hacia la mitad de la nave, coincidiendo con la puerta de acceso principal.
Mientras se van produciendo estos trabajos se van abordando cuestiones de índole arquitectónica, entre las que la consolidación de la bóveda de la cabecera y las sustitución de la cubierta del edificio se muestran como una emergencia ineludible. Las soluciones aportadas para su ejecución fueron sofisticadas pues la conservación de las pinturas que llegaban a nivel de coronación de los muros se mostraba como prioritaria. De este modo se habilitó una cubierta provisional sobre todo el conjunto que evitara que los efectos de las lluvias pudieran generan una complicación mas en el proceso.
Una vez conseguida la estabilización de algunos de los problemas mas graves del edificio comenzó a establecerse un protocolo de actuaciones en el interior determinándose la necesidad de proceder a tapar, de forma temporal, las pinturas descubiertas para finalizar el proceso de excavación en el interior del templo. Esta proteccion se realizó mediante la aplicación de resinas acrílicas, tisú y cartonajes.
Meses después, finalizada la excavación arqueológica de la nave, la cabecera y el pórtico, pudieron retomarse el trabajos de documentación y consolidación de las pinturas.
De todos y cada uno de los enlucidos se tomó muestra para su estudio, así como de la estratigrafía de aquellos con el fin de establecer relaciones de antero-posterioridad y adscripción cronológica relativa.
Las pinturas románicas se habían realizado al temple o temple graso, siendo esta última técnica reservada a los acabados mas empastados. Entre los aglutinantes se utilizaron el huevo en los temples y el aceite de linaza mezclado con huevo en los temples grasos. Los pigmentos utilizados eran el carbonato cálcico y albayalde para los blancos, el carbón para los negros, tierras de color ocre y tostado para los pardos y tierra roja y bermellón para los rojos.
La composición de los morteros permití la identificación de características bien diferentes que hacían mas fácil su identificación y relación estratigráfica.
En la zona del ábside al problema de las grietas producidas por una cuestión relacionada con la ladera en la que se asienta el templo, se añadía el hecho de que la superficie pictórica románica fue picada para facilitar el agarre del mortero que amortizó la antigua decoración, que existían lagunas producidas por los elementos de sujeción del retablo barroco, etc. ¿Cómo abordar entonces su restauración de modo que se facilitara su conservación y comprensión sin introducir un diseño extra?
Una de las piezas, desplazada por el efecto de una grieta, fue arrancada, consolidada y recolocada en el ábside.
Este arranque puntual partió de un engasado previo, la preparación de un contramolde y la habilitación de un nuevo soporte en paneles de Aerolam F. Board.
Se propusieron soluciones poco intervencionistas (máximo estudio/mínima intervención), se llevaron a cabo numerosas muestras de trabajo y se optó por el tratamiento de las lagunas con un rehundido ligero de los nuevos morteros pigmentados con una veladura de color muy similar (un tono ligeramente mas bajo) y una textura claramente diferente al inmediatamente adyacente, obteniendo un resultado estético impecable y una lectura iconográfica reconocible.
En la nave, no existía el mismo problema, pues nunca fue repicada la pintura, aunque de modo inexplicable, los registros inferiores del dibujo románico habían desaparecido prácticamente enteros. Gracias a unos cuantos vestigios diseminados ha sido posible su reconstrucción digital.
La limpieza y tratamiento de los muros pintados en el aula se realizó con extraordinarios resultados. La superficies manifestaban un grado de pulverulencia mas evidente en el muro norte, una cuestión que había supuesto un deterioro mas que notable.
También se detectaron evidencias de antiguas humedades que pudieron ser la causa de pérdidas importantes de los paneles pictóricos.
El tratamiento consistió en la fijación de la capa pictórica con resina acrílica, la posterior consolidación de los estratos de mortero con inyecciones internas de mortero de relleno y resinas de adhesión y la consolidación y fijación de pinturas y morteros.
Las pinturas románicas se asentaban sobre un mortero tendido a tales efectos sobre los enlucidos prerrománicos del último cuarto del siglo XI.
Esta superficie original, de una gran calidad, no solo se hallaba repleta de grabados sino que además presentaba una serie de cruces trazadas a compás y pintadas en rojo. Se conservan 8 de las posiblemente 14 que fueron y tal vez se expliquen como elementos relacionados con la consagración del lugar o formen parte de un antiguo rito de Via Crucis.
Esta superficie original, de una gran calidad, no solo se hallaba repleta de grabados sino que además presentaba una serie de cruces trazadas a compás y pintadas en rojo. Se conservan 8 de las posiblemente 14 que fueron y tal vez se expliquen como elementos relacionados con la consagración del lugar o formen parte de un antiguo rito de Via Crucis.
Además de las analíticas de los morteros y las pinturas se puso en marcha un trabajo de dibujo a línea de las pinturas sobre la planimetría existente.
A tenor de la valoración de la intervención de los restauradores sobre las superficies pintadas, de la documentación de los arqueólogos sobre la existencia de grafitos murales y de la aplicación de nuevos criterios en la redacción del proyecto arquitectónico, se decidió llevar a cabo un minucioso proyecto de restauración de los muros de San Miguel.
!Feliz Semana!
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El equipo de restauradores estuvo integrado por los técnicos de las empresas Coresal, en primer lugar, e In situ, después coordinados por D. Carlos Tejedor Barrios. La dirección de las propuestas y ejecución de los trabajos corrió a cargo de Doña Lucrecia Ruiz Villar y D, Javier García Vega.
Las analíticas de pinturas y morteros fueron realizadas por Luis Valdeón Méndez, D. Enrique Parra Crego, Doña Mercedes Barrera, Doña Cristina Escudero y D. Alejandro del Valle.
Las fotografías corresponden al archivo de las intervenciones de Coresal e In Situ, así como los dibujos a línea. Otras fotografías son de Alejandro Plaza.
Consuelo Escribano Velasco, Elena Heras Fernández (Coord.); 2008: San Miguel de Gormaz. Plan integral para la recuperación de un edificio histórico. Junta de Castilla y León
cuyo enlace digital es
http://www.patrimoniocultural.jcyl.es/web/jcyl/PatrimonioCultural/es/Plantilla100Detalle/1284217294125/_/1284217533401/Redaccion
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Fantastico. Cada vez que leo un capitulo siento una especie de emocion intensa cuan descubres como hoy unos ojos que te miran desde el lejano tiempo medieval. ¡Que suerte, que ilusión debe hacer!
ResponderEliminarComentarios sencillos llenos de una buena trasmision de ideas y de experiencias.
Buena semana a ti tambien.