No hubo un acuerdo inicial cierto entre los investigadores sobre quien fue el esposo de la noble donna Leogundia, hija de Ordoño I de Asturias, si bien pronto se reveló su coetáneo, el señor García Iñiguez, como candidato mas seguro.
Ordoño I de Asturias. Tumbo A de la catedral de Santiago de Compostela.
Inaugurando la segunda mitad del siglo IX se realiza el real enlace, un auténtico pacto de estado entre dos reinos emergentes del norte peninsular, el segundo o tercero del navarro, cuya excepcionalidad radica en que nos ha brindado la oportunidad de conocer un texto, recogido al final del texto del Códice de Roda, que es el mas antiguo ejemplo de canto de loa de bodas que conocemos en nuestro territorio.
Códice de Roda
El panegírico, encargado por el novio, es un himno que menciona quienes son los súbditos y cúales las virtudes de la esposa, la gran fiesta prevista, el banquete y el importante papel que la música juega en la celebración, pues no sólo contiene en el texto especificidades sobre las melodías que acompañaban la ceremonia con cantos al son de cítaras (de cuatro cuerdas), liras y címbalos, si no que también lleva, en la primera estrofa, notación musical neumática mozárabe, constituyendo el primer ejemplo de música nupcial conocido en la actualidad.
Su texto es el siguiente:
(L) Brindemos con alegría por la gran Leodegundia, hija de Ordoño. Entónense en su honor, entre aplausos, dulces loas como sones de flautas.
(E) Digna de su óptima sangre real, orgullo del linaje de su padre y de la alta gloria de su ascendencia materna.
(O) Elogiemos con voces de himnos y suaves canciones sus ejemplares costumbres y su facilidad y erudición en las ciencias sagradas y profanas.
(D) En su rostro brillan el decoro y la modestia y da gracia a cuanto dispone con admirable orden..
(E) Dichoso el esposo que dispone la castidad de Leodegundia, grata a Dios y amada sin mácula.
(G) Alégrense las personas que forman su casa, y entonen cánticos con dulces voces y ritmos por su Señora.
(U) Para que alcance felicidad largo tiempo y se vea con hijos y nietos, alegría y buenas amistades, lo que rogamos reiteradamente a Dios.
(N) Y en loor de doña Leodegundia tañan los músicos las cuatro cuerdas de sus cítaras con bellas melodías.
(D) Que los habitantes de Pamplona canten a Leodegundia con un orfeón de insistentes voces en tanto que suenan las vibrantes liras y flautas.
(I) Renovad siempre su recuerdo, que ella os ama como si siempre os hubiese conocido.
(A) Exaltarla, amigos y parientes queridos, porque, como en hija predilecta, se manifiestan en ella el carácter y los saberes de su padre.
(P) Bellísima Leodegundia, escucha las melodías que con sus agradables instrumentos te dedican los que te sirvan, para que los atiendas.
(V) Piden , sierva de Dios, que seas dichosa y protejas a los huérfanos y a los pobres y resultes grata a todos tus súbditos.
(L) Que la luz de Dios caiga sobre ti y ahuyente las sombras pecadoras, y observes la Santa ley Divina.
(C) Resuene el conjunto coro para que ... Cause alegría a los que te quieren.
(R) Suena y se reproduce la canción y los versos musicales armoniosos y suaves en las salas de tu palacio real.
(A) Brilla tu hermoso rostro mientras los criados preparan las copas de ambrosía para la fiesta.
(O) Los próceres y los amigos se sientan junto a los reyes en la mesa cubierta de viandas deliciosas.
(R) En el preparado banquete el signo de Cristo bendice la viandas reales y también, piadosamente, las que como siempre van a ser destinadas a los pobres.
(D) Así las oraciones de los pobres que piden por los reyes son escuchadas por el Redentor.
(O) Vengan los coros ante los invitados y dediquen al Dios que nos da vida sus más amables melodías.
(N) No hay canciones groseras o escandalosas ni alegría de orgía. La fiesta se celebra entre laudos al Altísimo.
(I) Comiencen los cánticos vibrando las liras y los címbalos, y rindan sus primeros arpegios, que en el banquete se escuchan, en honor del Rey de los Reyes, que a todos nos rige.
(I) Y canten ahora con nuestros versos a la clara Leodegundia y al matrimonio que nos ha traído para todos.
(F) Que vivas feliz bajo la protección de Cristo, poseas tu reino sin adversarios y que nunca triunfen sobre ti los enemigos.
(I) Sigue la dulce ley de Dios ... que a los humildes y los mansos lleva el Reino eterno.
(L) Traspasa las puertas de la casa de Dios con humildad y piedad frecuentes y hazte pura con las lágrimas y oraciones dirigidas al Señor.
(I) Así, entre dulces cánticos, te reconfortarás con las palabras de vida del Redentor.
(A) Salve, doña Leodegundia, que Dios te proteja siempre y que después de larga vida alcances el Reino de Cristo con todos los elegidos.
Cítara. Museo de la Música. Colección de Luis Delgado. Urueña (Valladolid)
http://www.funjdiaz.net/museo/ficha.php?id=13
Pero es que, como habrán podido percibir en la transcripción, es un acróstico, pues las primeras letras de cada verso permiten leer un texto latino que reza
" Leodegundia pulchra ordonii filia".
" Leodegundia pulchra ordonii filia".
La reina había nacido en 845 en la familia real asturiana, donde las mujeres gozaban de un estatus especialmente protegido en derechos dinásticos. Allí recibiría además de una instrucción típicamente femenina -siguiendo las costumbres de la época en cuanto a las habilidades propias del ámbito doméstico, en la que cobran protagonismo especial el hilado, el bordado y el uso de la rueca- otras encaminadas a incrementar las cualidades de su intelecto en el ámbito de la música y las letras. La reina de la loa nupcial no es sólo bella sino culta e instruida.
Concertadas dote y boda, la novia, de 13 años, se trasladaría, protegida y amparada por su comitiva real, de Oviedo a Pamplona, un territorio que a fecha de la boda, que se produce en 858, no es aún sede de ningún reino.
Poco mas sabemos de este personaje, salvo que dió a luz una hija, doña Óneca, sumergiéndose en el silencio al que durante siglos se mantuvieron muchas reinas.
Algunos han querido proponer su retiro espiritual lejos de Pamplona, en el convento gallego de Bobadilla, donde se conoce de la existencia de la monja escritora Leogundia que copió el himno dedicado en su honor bajo el título “Versi domna Leodegundia regina” que concluía del siguiente modo:
Del blog http://www.condadodecastilla.es/personajes/leodegundia-monja-escriba/
O uos omnes qui legeritis hunc codicem mementote clientula et exigua Leodegundia qui hunc scripsi in monasterio Bobatelle regnante Adefonso principe in era DCCCCL quisquis pro alium orauerit semetipsum domino conmendat.
“A todos cuantos leáis este códice, acordaos de la humilde Leodegundia, que empezó a escribirlo en el monasterio de Bobadilla, siendo rey Alfonso, en el año 912 (era 950). Quien rece en nombre de Leodegundia, estará rezando a Dios en su propio nombre”.
El texto corresponde a un códice que actualmente se encuentra en el monasterio de El Escorial (Madrid), con la signatura a.I.13
¡Feliz semana!
Mas información:
http://www.revistacodice.es/publi_virtuales/iv_congreso_mujeres/comunicaciones/ALVAREZGARCIA.pdf
Pérez de Laborda, Alberto. Guía para la historia del País Vasco hasta el siglo IX. Editorial Txertoa. Donostia -San Sebastián (Tomado de J.E. Casariego)
Me ha gustado un montón. Bonito pasajede la historia contado por el pergamino conservado de una boda. Buena semana a ti tambien.
ResponderEliminarAntonio
Muchas gracias Antonio.
ResponderEliminarMuchas gracias Luis. Son perlas, hallazgos excepcionales que permiten ver las cosas desde el punto de vista de la historia de lo habitual y eso me encanta
ResponderEliminarUn detallazo la música de Hildegard von Bingen Mariché! Soy Antonio Morán
ResponderEliminarYa sabes! Ya se
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