martes, 7 de junio de 2016

Historia de un huerto


Villa de Livia o de Gallinas Albas en el Monte Palatino. Siglo I a C.
Museo Nazionale Romano, Palazzo Massimo alle Terme, Roma.


Una hortelana actual, al fin y al cabo, no es mas que una romana o una medieval que añade poco mas que las adquisiciones traídas tras el descubrimiento de América. En las siguientes líneas podrá comprobarse que el huerto, mi huerto, sigue manteniendo el carácter de cercado romano, su proximidad al agua y una función útil a la par que ornamental y simbólica. 
El trabajo de la huerta es útil, sereno y sano. Permite al hortelano conectar directamente con las fuerzas naturales de la tierra, el agua, los vegetales y animales en un equilibrio no exento de dificultades. Es una preciosa forma de conexión natural, de obtención de recursos, de interrelación con el medio natural y de mantenimiento de las estructuras agrícolas históricas. 
Si un día se animan, verán que es así y lo disfrutarán como yo hago.


" Era el primero en coger la rosa en primavera y en otoño las frutas. Y cuando el invierno triste hacía todavía estallar de frío las rocas y frenaba con el hielo el curso de las aguas, él ya estaba recortando las hojas del blando jacinto, maldiciendo el retraso del verano y la tardanza de los céfiros. De modo que era también el más abundante en abejas productivas y número de enjambres y el primero en sacar la miel espumosa de los panales escurridos. Tenía tilos y pinos riquísimos, y toda la fruta de que se había ataviado el fértil árbol con la flor nueva esa misma tenía maduras en otoño. El también trasplantó a las hileras olmos crecidos, el peral bien duro, endrinos que echaban ya prunas y el plátano que ya proporcionaba sombras a los bebedores". 
(Virgilio. Georgica IV)


Se mantiene en la obra de Plinio que en el siglo V a C. los reyes latinos practicaban la horticultura y la jardinería con sus propias manos recogiéndose en la Ley de las XII Tablas que al jardín se le denominaba heredium y a la finca, el hortus.
El escritor romano Plinio pensaba que el huerto era el campo del pobre pues su función primordial era proveer la despensa familiar con hortalizas y hierbas medicinales, situándose, de forma general, en la parte posterior de la casa. Poco tiempo después hortus pasaba a denominar el jardín ornamental en la domus urbana, aunque en las casas levantadas en el campo  la horticultura ganaba espacios aumentando los cultivos e incluso produciendo excedentes de los que se obtenían beneficios económicos.

"Conviene también que pomares y huertos estén cercados por un seto, cercanos a la casería y en sitio adonde puedan ir a parar todas las aguas y desechos del corral y los baños, así como el viscoso alpechín de las olivas prensadas; que hortalizas y árboles se abonan también con nutrientes como éstos.”  
(Columela, L.I)

Para Catón el hortus se identificaba con el espacio limitado por una cerca, que lo preservara del ganado, con  tierra fértil y fácil acceso al agua. 


Membrillos. Casa de Livia en Prima Porta, Museo Nacional de Roma

Numerosos textos de la época presentan pormenorizadamente las  plantas que se cultivaban en los huertos, tanto los alimentos -espárragos, nabos, zanahorias, acelgas, coles, lechugas, berros, cardos y calabrazas-, como las plantas decorativas, las fragantes, las dedicadas a la farmacopea- ajenjo, glechonite, anís, camomila, mejorana y menta-, las tintóreas -malvas, clavos dulces y ruda-, aquellas  servían para que las abejas fabricaran la miel, las cosméticas -aceite de oliva y agua de rosas- y los frutales -higueras, membrillos y granados-.


Detalle de Pintura con higos frescos, villa de Popea, Oplontis, Italia

Algunas de las mas conocidas eran el laurel y el mirto, cuyas hojas y bayas se utilizaban para condimentar las comidas y, en el caso del mirto, filtrar el vino.

Las flores se utilizaban como elemento decorativo para la realización de coronas y guirnaldas, para añadir a los vinos y como aderezo de ritos domésticos. Las violetas se depositaban en la tumbas, la rosa y el mirto se consagraban a Venus y la hiedra y las uvas adornaban a Baco.

Para proteger las plantas y acelerar su crecimiento se utilizaban invernaderos hechos con láminas de yeso, el lapis specularis, que era translúcido.

Siglos después, en Plena Edad Media, la abadesa Herrada de Hohenbourg describe la función del Hortus Deliciarum, el Jardín de las Delicias, con las flores de un jardín seleccionadas por una abeja que  confecciona con ellas un panal de miel, alimento espiritual e intelectual de las religiosas de su cenobio. El Hortus está integrado por las deliciosas flores que Herrada selecciona como alimento para nutrir el hambre de conocimiento de las religiosas de su comunidad. 

La estructura típica del jardín medieval de los claustros de monasterios y conventos seguía el modelo del Hortus Conclusus, un jardín útil del que se obtenían alimentos, tejidos, medicinas y en ocasiones flores y cuya estructura simple es geométrica, generalmente cuadrada y subdividida en 4 cuadrantes con un punto de agua y/o un árbol en el centro con una puerta de entrada orientada al este. Podía cercarse con  setos vivos, enramados de sauces o avellanos, y piedras que servían de sostén para plantas trepadoras o frutales. Las distintas zonas estaban limitadas por cercos de poca altura.
La estructura básica podría repetirse y hacerse mas compleja hasta conformar laberintos.


Estos jardines estaban cargados de simbología y representaban el jardín del Edén como un espacio ordenado frente a la naturaleza salvaje. 



Algunas de las verduras y especias documentadas son:

VERDURAS Y ESPECIAS
Acederón, espárrago, rúcula, absenta, acelga, fresa, tuera, anís, ajo, hinojo, zanahoria, borraja, almorta, lechuga, comino, alquequenje, melón, eneldo, apio de monte, nabo, hisopo, apio caballar, ortiga, cardo mariano, lavanda, perejil, hierbabuena, cebolla, perifollo, , nigella, cebollino, puerro, chirivía, col, rábano picante y rábano.

TINTÓREAS
Cártamo, hierba pastel, rubia roja


TEXTILES
cáñamo, lino y rusco

CEREALES
Trigo

FRUTALES y FRUTOS SECOS
Almendro, castaño, melocotonero, níspero, avellano, higuera, membrillo, nogal, ciruelo, manzano, morera, peral

BEBIDAS
Lúpulo
Vid 



Plantas y salud. Taccuinum Sanitatis, de enorme interés para el conocimiento de la horticultura medieval.

El hortus conclusus, del latín  "huerto cerrado", se convirtió en  tema pictórico durante el siglo XV, representándose  la Virgen y el niño Jesús sentados en un jardín cercado, paradisíaco, en plena floración.



Está inspirado en un pasaje del Cantar de los Cantares, IV, 12: 

"Hortus conclusus soror mea sponsa hortus conclusus fons signatus" /
 "Huerto cerrado eres, hermana mía, esposa, jardín cerrado, fuente escondida" 
llegó a constituir el símbolo de la virginidad de María.



La Virgen y el niño con los santos y la familia donante. Colonia 1430


¡Feliz semana!

4 comentarios:

  1. Me parece muy curioso que al jardín se le denominara heredium, en el sentido de que el primero de ellos pudo ser el que derivó en el término "heredad" con el que se ha denominado, por lo menos en algunos lugares del norte, a las huertas pertenecientes a una casa.

    Gracias por tu escrito, como siempre.

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    1. Estimado Charles de Batz, me alegra volver a encontrarle después de cinco años. Era una fiel seguidora de su blog, que me alivió muchas mañanas grises de funcionariado. Ahora ha sido el huerto el que ha propiciado el reencuentro. La casualidad y la curiosidad funcionan también en la red o tal vez los caminos de internet sean inescrutables...
      De cualquier manera, me alegro mucho.

      Atentamente

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    2. Muchas gracias por esas líneas, Beatriz, y por hacerme saber que lo que modestamente escribía entonces, servía de tan agradable entretenimiento a alguien... Sólo por eso, merece la pena todo.
      La alegría es mutua, muchas gracias de nuevo.

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  2. A ti Charles de Batz. Un comentario pertinente, desde luego.

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