martes, 30 de enero de 2018

Museo de la Acrópolis de Atenas





El reflejo de la acrópolis en el cristal del Museo es espectacular. La inmensa mole de vídrio y hormigón se levanta sobre los edificios del barrio de lujo ateniense invitando ineludiblemente a la visita. Nos espera desvirtualizar tantas y tan interesantes piezas arqueológicas que la espera se hace larga. 
Casi tres mil años de historia albergados entre paredes contemporáneas convierten este lugar en una referencia imprescindible para los que amamos la historia. 
Estamos a punto de sumergirnos en un Summa Artis real y es tan emocionante, tan interesante, que no podemos creer que en minutos nos hallemos antes el Moscóforo, los centauros de las metopas del Partenón y las Cariátides.



Desde el mismo momento de la fundación del Nuevo Estado Griego, tras la retirada de los turcos, una de las principales preocupaciones se centró en la forma de investigar y exponer la Acrópolis de Atenas.
Desde un punto de vista museístico se creó un centro en la misma acrópolis para mas tarde ser ampliado y finalmente, tras mostrarse a todas luces, insuficiente, se generó la necesidad de una nueva ubicación fuera de la zona alta de la acrópolis.
A la gran actriz griega Melina Mercuri, Ministra de Cultura de su país en aquellos años, se debe la reivindicación inicial de un nuevo edificio y la reclamación de las piezas de la acrópolis que habían sido exportadas fuera del país, fundamentalmente aquellas que fueron extraídas por Lord Elguin y se hallan en el Museo Británico. Es obvio que estas no han regresado, pero si lo han hecho algunas pequeñas piezas del Partenón que se habían llevado al Museo Arqueológico Regional Antonio Salinas de Palermo, los Museos Vaticanos y el Museo de la Universidad de Heidelberg.
La elección del emplazamiento había de tener en cuenta la aparición, sin duda, de nuevos restos arqueològicos que debían ser investigados e integrados.
Así, tras la celebración de un concurso, en el que resultó ganadora la propuesta de los arquitectos Bernard Tschumi y Michael Photiadis,  se levantó a los pies de la acrópolis de Atenas, frente al teatro de Dionisos,  el nuevo y moderno museo de la Acropolis, destinado a albergar las piezas arqueológicas de carácter mobiliar y vinculadas a las diferentes ocupaciones históricas del este enclave singular.
La nueva construcción ha utilizado hormigón blanco reforzado, acero laminado, vidrio y mármol. Al interior el hormigón prefabricado presenta perforaciones que tienen una función acústica.  Tiene varias alturas de exposición en las que predominan la iluminación natural y los amplios espacios expositivos en los que se exhiben miles de objetos de valor incalculable datados desde época arcaica (S. VII a C) hasta el final de la ocupación romana. El edificio se remata con una segunda planta virada respecto de los inferiores, pues se alinea con el Partenón, con el que además comparte idénticas dimensiones, pues se destina, desde el principio, a albergar las piezas de este templo en una posición similar.
El proyecto es un diseño de Bernard Tschumi y Michael Photiadis.


La visita al Museo de la Acrópolis es el perfecto complemento de la de la Acrópolis para conocer mejor, pincha aquí. Antes de llegar al vestíbulo de acceso se contemplan los restos arqueológicos procedentes de las investigaciones en el barrio donde se ha instalado este nuevo centro museístico.


Estos restos arqueológicos corresponden a una parte desconocida de la corte Paladion de la antigua Grecia, que funcionó en Atenas desde el siglo IV antes de Cristo hasta el período romano y estaba dedicada a juzgar homicidios accidentales. El edificio estaba formado por una galería o Stoa donde se llevaban a cabo actividades comerciales. Los arqueólogos descubrieron numerosos trozos de urnas, en las cuales los jueces depositaban su voto a favor de la absolución o de la condena del acusado.
El presidente de las sesiones se sentaba sobre un podio alzado sobre cuatro patas de león.
La corte Paladion fue consagrada a la diosa Atenea que, según la mitología griega, un día hirió, por accidente, mortalmente, a su amiga Palas.




En el interior del museo, una vez traspasado el vestíbulo, se accede a un enorme pasillo expositivo con un pavimento, en rampa, acristalado sobre el restos arqueológicos citados. Intenta evocar el acceso a la propia Acrópolis de Atenas. A ambos lados, en vitrinas, paredes y pedestales, decenas de objetos cerámicos y pétreos, conducen a través de la historia de la ocupación milenaria de la montaña sagrada.



Al final de la rampa se alza la escalinata que da acceso a la primera planta, toda ella acristalada, lo que permite un mejor uso de la luz natural, y la observación directa del Partenón. La regulación de la intensidad solar, que podría ser perjudicial para los objetos expuestos, se regula mediante una doble cortina semitransparente que funciona con un sistema automático.


Las primeras piezas visibles al final de la escalera corresponden a uno de los frontones del templo conocido como Hekatompedion, uno de los edificios más antiguos de la Acrópolis que fue construido en mismo emplazamiento del Partenón clásico. 
Parece, a la luz del hallazgo y reconocimiento de diversas piezas arquitectónicas y escultóricas, que se trataba de un templo de orden dórico rodeado de columnas.

El conocido como frontón de la leona es espectacular por el tamaño, la fuerza de las esculturas y los restos de policromía de cada una de sus piezas conservadas. El animal, colocado en el centro, con una melena inusualmente espesa,  se representa alzado sobre sus cuartos traseros desgarrando un ternero.
A su izquierda aparece Hércules luchando con el Tritón, una criatura con un cuerpo de hombre que termina en la cola escamosa de un monstruo marino, mientras que a la derecha comparece otro monstruo serpentiforme que, a partir de la cintura se convierte en  tres figuras masculinas. Cada  una de ellas, barbada, sostiene un objeto en su mano izquierda: el primero tiene agua, el segundo fuego, y el tercero un ave, que simboliza el aire.




Pasado el frontón se accede a la enorme sala de escultura arcaica donde se presentan las grandes esculturas arquitectónicas del frontón de la Gigantomaquia (batalla entre Dioses y Gigantes), que decoraron el Templo Viejo, es decir, el segundo templo de la Diosa Atenea en la Acrópolis.
Se ha argumentado que el templo tenía una fase de construcción anterior (570 aC), que implicaría las esculturas porosas que ahora están asignadas al Hekatompedon, mientras que las esculturas de mármol se asociarían con una renovación realizada por los hijos de Pisistrato. Sin embargo, es posible que el templo haya sido construido y dotado de una decoración esculpida en mármol en la última década del siglo VI a. 
Las composiciones de los frontones son estatuas más grandes que las de tamaño natural, talladas en mármol de Paros, que se atribuyen al taller de un importante escultor ateniense, Antenor o Endoios.


Atenea Polias



Galería Arcaica






Koré del peplo


En una plataforma situada frente al frontón de la leona del siglo VI a C, se sitúan las Cariátides del Erecteion, a las que dedicamos una entrada específica en el blog.http://ermitiella.blogspot.com.es/2017/12/cariatides.html



Como les contábamos en la entrada dedicada en Ermitiella a nuestra visita por la Acrópolis, el  Erecteión era un templo con funciones múltiples, que albergaba cultos antiguos y nuevos, y las manifestaciones sagradas de las marcas del tridente de Poseidón y el olivo, un regalo de Atenea a la ciudad de Atenas. Su pórtico sur estaba sostenido por seis estatuas de doncellas conocidas como Cariátides, de las que una fue sustraida por Lord Elgin en 1801 y se muestra en el Museo Británico, mientras las otras cinco se disfrutan en el Museo de la Acrópolis.
En una pantalla situada en uno de los muros de la sala se muestra el proceso de limpieza de estas Cariátides con láser.






La planta superior del museo está dedicada a albergar las evidencias del nuevo templo construido en el siglo V a C. en el marco del nuevo programa constructivo de Pericles.
Las esculturas arquitectónicas del Partenón, es decir, las metopas, el friso y los frontones, que estaban hechas de mármol pentélico y embellecidas con adornos metálicos y pintura forman parte de esta exposición.










Las 92 metopas con escenas de dos figuras representan batallas legendarias y simbolizan las victorias de los atenienses contra los persas. El lado este representaba la batalla de los dioses olímpicos contra los gigantes, que intentaron derrocar el orden que prevalece en el Monte Olimpo, mientras el lado oeste presenta la lucha de los jóvenes atenienses contra las amazonas, que amenazaron incluso a la Acrópolis. En el lado sur aperece la lucha de los jóvenes Lapitas contra los Centauros que intentaron secuestrar a sus mujeres y el norte se ilustra el Saqueo de Troya.




En contraste con los temas mitológicos de las metopas, el friso del Partenón, se dedica a representar la mayor y mas importante de las fiestas de la ciudad en honor a la diosa Atenea que es conocida como Panathenaia, celebrada cada cuatro años. Durante 12 días se realizaban procesiones, rituales, sacrificios, ycompeticiones atléticas y musicales. La fiesta finalizaba el día 28 del mes Hekatombaion, hacia la mitad del verano, fecha del cumpleaños de la diosa Athena. Ese día, una procesión se dirigía desde la zona baja de la ciudad hasta el templo de Atenea Polias para entregar a la sacerdotisa un nuevo peplo para la Diosa. La representación de la procesión se desarrolla a lo largo de 160 metros de decoración escultórica contínua en 115 bloques y 378 figuras humanas, deidades y animales, principalmente caballos. 
Grupos de caballos y carros ocupan la mayor parte del espacio en el friso. La procesión del sacrificio sigue a continuación, con animales y grupos de hombres y mujeres que llevan vasijas ceremoniales y ofrendas. La procesión concluye con la entrega de los peplos, el regalo del pueblo ateniense a la estatua de culto de la Diosa, un xoanon (antigua estatua de madera). A la derecha y a la izquierda de la escena peplos se sientan los doce dioses del Monte Olimpo.

En la actualidad se conservan unos 50 metros del friso en este Museo, así como otros 80 en el Museo Británico, una escena en el Louvre y otros fragmentos en los museos de Palermo, el Vaticano, Würzburg, Viena, Munich y Copenhague.




Los frontones del Partenón representan dos mitos relacionados con el lugar, el nacimiento de Atenea de la cabeza de Zeus en el frontón oriental y la lucha entre Atenea y Poseidón por la posesión del Atica, una lucha legendaria en la que resultó victoriosa la diosa Atenea.




El acceso al piso superior está precedido de un vestíbulo donde se reproducen las escenas completas de ambos frontones.





La visita finaliza en la zona dedicada a los objetos y esculturas de época helenística y romana.




Les aseguro que es emocionante disfrutar de la contemplación directa y diáfana de todas y cada una de las obras arcaicas, clásicas, helenísticas y romanas. Cada imagen es una evocación y la belleza es indescriptible. 
Aunque las restricciones a la hora de hacer fotografías de determinadas esculturas o zonas resulta incomprensible y no me ha permitido poder mostrarles las mas sorprendentes, me creerán si les digo que una se queda sin palabras ante los vasos de guerreros, las cerámicas de figuras rojas, el Moscóforo, los centauros y las acróteras. Sólo se prohíbe filmar y fotografiar en el frontón del Hekatompedion y en la Galería Arcaica. Así que hacer fotos de esas piezas es entre imposible y muy difícil.
No dejen de pasar por la segunda planta en la que está la tienda del museo, el restaurante y la cafetería con terraza frente a la Acrópolis. 
Todo en este museo es excelente.

¡Les deseo una feliz semana!




Mas información en http://www.theacropolismuseum.gr/en
https://issuu.com/theacropolismuseum/docs/acropoli_map-esp_low_web

martes, 23 de enero de 2018

Meteora. Los monasterios suspendidos del cielo



En ningún sitio Dios ha sido tan pródigo de rocas como en Grecia

Henry Miller


El retiro es la búsqueda de la tranquilidad y espiritualidad en Meteora. Al menos lo fué. Hoy vive a caballo entre la vida monacal contemplativa y el bullicio. En cualquier caso es increíble ver cómo el hombre se adapta, con el tiempo y de modo perfecto, a las condiciones orográficas, no sólo construyendo arquitecturas dignas de los cuentos, sino viajando en el aire, consiguiendo sembrar huertos sobre los peñascos y poniendo al tiempo del turista, buena cara. Cada día miles de personas visitan los monasterios suspendidos del cielo.


Eremitorios en Metéora, cerca de Kastraki
http://www.pemptousia.gr/2011/12/kalampaka-kastraki-meteora/


Una localización apartada e inaccesible debió ser el atractivo buscado y hallado por los eremitas medievales para su cultivo espiritual. De este modo habilitaron pequeños lugares para la oración, los llamados “prosefjádia”, al lado o dentro de sus cuevas
Fruto del tiempo y otras aportaciones religiosas fué su reconversión y transformación en cenobios, hoy tan importantes para la iglesia ortodoxa griega como para el turismo del país.
Que en 1988 la UNESCO declarara al complejo de Monasterios de Meteora Patrimonio Mundial de la Humanidad, no ha sido la razón única y definitiva para programar su visita, aunque si un aliciente mas en un viaje  muy deseado: su  origen medieval, su espectacular ubicación,  los tesoros religiosos, los frescos que adornan sus muros, los iconos que albergan y los viejos manuscritos custodiados en sus bibliotecas apoyaron el interés concitado por las bellas imágenes de los peñascos coronados sobre el valle del río Pineo.
Meteora era un destino claro por su excepcional paisiaje sobre la llanura de Tesalia y el conjunto de eremitorios y cenobios que se documentan desde, al menos, el siglo XI. La asombrosa arquitectura encaramada a las agujas y plataformas y las pinturas de sus iglesias ortodoxas son un reclamo imprescindible en el planteamiento de la visita a Grecia.
No es fácil describir con palabras ajustadas la emoción de nuestra llegada a Kalambaka -allí Kalampaka-, tras un viaje interminable, y comprobar que nos alojábamos a los pies mismos de las rocas. Veníamos de conocer y disfrutar el Santuario de Delfos (en Ermitiella),  y nuestra previsión de hacer 230 km en tres horas se vió manifiestamente desbordada. Cinco horas de viaje  en coche, atravesando montañas de noche, nos costó llegar a la llanura de Tesalia y empezar a vislumbrar la cercanía de Meteora. La opción de pernoctar, para recuperar fuerzas, en Kalambaka se muestra excelente por la proximidad de los monasterios del cielo, la calidad de los alojamientos y de la comida griega.
Al amanecer emprendimos nuestra visita en coche. Existe una carretera que comunica Kalambaka con el pueblo próximo de Kastraki y de aquí se accede por carreteras estrechas pero en muy buen estado, a cada uno de los monasterios y miradores del complejo.
Este impresionante complejo orográfico se produce tras un fuerte terremoto que produce un hundimiento del terreno y hace que el río Peneo,  que hasta entonces desembocaba en el mar de Tesalia, encontrara una nueva salida al Mar Egeo. 






Metéora Monastíria -Μετέωρα Μοναστήρια-  es en la traducción latina de "los monasterios caídos del cielo", dado su emplazamiento sobre las moles rocosas areniscas. Parece sostenerse que el origen de su ocupación es eremítica. Sin embargo, los primeros monasterios, tal y como se configuran hasta la actualidad, surgieron a partir del siglo XIV, un periodo convulso en el que hubo conflictos con turcos y albaneses.
Procedente del Monte Athos, el monje Athanasios Koinovitis, que había sido expulsado, fundó, acompañado de algunos seguidores,  el Gran Meteoro o Monasterio de la Transfiguración, el mas grande de todos ellos, sobre una roca situada a una altitud de 613 metros, en cuya iglesia se conservan sus reliquias. Pronto le siguieron otros, que fueron ocupando otros espacios próximos.
El renacimiento del ideal eremítico en el siglo XV tuvo como consecuencia que se edificaran veinticuatro monasterios pese a las increíbles dificultades que entrañó su construcción; de hecho, hasta que no fueron habilitados los caminos y carreteras, la única forma de ascender a los monasterios era mediante telesillas y cuerdas con poleas.
Durante la ocupación turca de Grecia, fueron los monasterios los que mantuvieron viva la cultura y tradiciones helénicas, convirtiéndose en centros académicos y artísticos de primer orden. Se sostiene que sin estos, la cultura helénica habría desaparecido y la Grecia moderna sería un reflejo del imperio otomano con poco conocimiento de sus raíces e historia. Los monasterios atrajeron así a  filósofos, poetas, pintores y pensadores de  toda Grecia. 
Los frescos del siglo XVI que adornan sus muros son un marcador fundamental en la historia de la pintura posbizantina.
Muchos de aquellos lugares fueron ocupados por la resistencia griega, en la II Guerra Mundial, y por ello destruidos.

En la actualidad se mantienen en pie 13, pero sólo están ocupados y son visitables seis monasterios, de los que sólo dos son femeninos:

Monasterio de San Nicolás, (Αγιος Νικόλαος, Àgios Nikólaos).
Monasterio de San Esteban, (Αγιος Στέφανος, Àgios Stéfanos).
Monasterio de la Santísima Trinidad, (Αγία Τριάδα, Agía Triada).
Monasterio del Gran Meteoro (Μεγάλο Μετέωρο, Megálo Metéoro), (Μονή Μεταμορφώσεως, Moní Metamorfóseos) o de la Transfiguración.
Monasterio Roussanou, (Ρουσάνου).
Monasterio Varlaam, (Βαρλαάμ).

El circuito completo es de unos 17 km. y la entrada a los monasterios cuesta 3 euros  cada uno. Es preciso tener en cuenta que los monasterios cierran uno o dos días a la semana y sólo son visitables todos ellos en sábado y domingo. Advertimos que se exige cierto decoro en el vestido de los visitantes no estando permitida la indumentaria por encima de las rodillas ni los hombros al aire ni para hombres ni para mujeres. De igual modo no se permiten los pantalones en las mujeres por lo que existen, a la entrada de cada uno de aquellos, faldas para las mujeres, aunque aconsejamos llevar un pañuelo amplio o un pareo que soluciona las exigencias sin necesidad de recurrir a esos préstamos.


Horarios actualizados


Eremitorios y restos constructivos abandonados frente a San Nicolás


Monasterio de San Nicolás o Hagios Nikolaos

Este monasterio cristiano ortodoxo es el primero en encontrarse en el trayecto desde Kastraki a Meteora y el mas pequeño. Su empinado acceso a través de una escalinata, conduce a estancias aterrazadas que comienzan en un vestíbulo con las lamparillas y velas. El Katholikon, dedicado a San Nicolás, es una iglesia de forma cuadrada construida a principios del siglo XVI. Su interior fue decorado por el pintor cretense Theophanis Strelitzas o Bathas, en 1527, y sus vistas son increíbles.
Muy recomendable su pequeña y preciosa tienda con reproducción de iconos y productos de la tierra.




Ascensor eléctrico situado donde se hallaba el antiguo acceso de cestas con poleas



Antiguas escaleras de mano junto a puertas que dan al vacío en San Nicolás




Velas a la entrada del monasterio





Campanario del monasterio



Zona de acceso y sistema de carril y cuerdas



Pequeño altar



Fotos del interior con puerta de acceso al Katholikón y pinturas murales exteriores e interiores así como sillería del templo


Monasterio de Roussanou/ Moni Agias Varvaras Roussanou (Monasterio de Santa Bárbara)


Se cree que el nombre del monasterio pueda venir de su fundador Rousanos, pero no está claro ni quién lo fundó ni la fecha exacta de dicha fundación, que se suele situar hacia 1388. 
El monasterio, dedicado  a la transfiguración, rinde homenaje a Santa Bárbara y se encuentra habitado íntegramente por mujeres. Data de mediados del siglo XVI -1560-, fecha en la que sus muros fueron pintados por artistas de la escuela de Creta.
Con el abandono del monasterio por sus moradores, las reliquias fueron trofeos de saqueadores y muchas de ellas tuvieron que ser trasladadas hacia el monasterio de Gran Meteoro. Una anciana del pueblo de Kastraki siguió conservando el monasterio haciendo labores de guardiana y hoy ha renacido de nuevo al culto y está ocupado por una orden monástica femenina.
El acceso se realiza mediante un puente sobre el vacío haciendo de este uno de los de más fácil acceso. 








Vista del monasterio de Roussanou desde Varlaam






Monasterio de Varlaam


Es el segundo de los monasterios conservados en tamaño y se halla de camino hacia el Gran Meteoro. Su famoso Katholikón contiene maravillosos frescos de Frágkos Katelános, pintor de origen tebano.
Está situado a 373 metros de altura desde el fondo del valle y  fue construido en el año 1541. 
La iglesia rinde homenaje a los tres Obispos y el antiguo refectorio se utiliza como museo.
Para acceder a él es preciso seguir una sinuosa ruta esculpida en la piedra y subir una larga y empinada escalera. En los frescos del interior se pueden ver representaciones de la vida y la pasión de Cristo, la Virgen y una Crucifixión del siglo XVI del monje Frangos Kastellanos, que también pintó en el Monte Athos. Además se conservan reliquias, cruces finamente esculpidas, vestiduras, un trono episcopal y una gran biblioteca con valiosos manuscritos.




Vista de Varlaam desde el mirador que se halla bajo Roussanou




Pinturas murales bizantinas.



Vista de Varlaam desde el Gran Meteoro




Interior del corredor de acceso. Dentro del Monasterio.



Algunas de las dependencias están musealizadas con objetos cotidianos de las actividades agrícolas y ganaderas de la zona



Campana de la iglesia del monasterio junto a la iglesia






Monasterio de Gran Meteoro o de la Transfiguración/
Moní Metamorfóseos



Iconos en el museo de Gran Meteoro

Se trata, a todas luces, de mas grande e importante de todos los monasterios de Meteora pues se considera que aquí se originó el monacato de este territorio singular. Se ubica en la parte mas alta del complejo, en la cumbre de la montaña conocida como Platis Lithos situada a mas de 600 m sobre el nivel del mar y mas de 400 sobre el valle del río Peneo o Pineo.
Su origen se pone en relación con la llegada, en el siglo X, del eremita, procedente de Monte Athos, Hagios Atanasio, quien durante unos 10 años vivió como anacoreta "Stylo ton stagon" junto con catorce seguidores.
Hacia 1340 comenzó la ingente construcción del monasterio levantándose el complejo con la iglesia de Santa María Meteoritissas.
Tiempo después se levantó un nuevo templo dedicado a la transfiguración que actúa como iglesia conventual y se conoce con el nombre de iglesia de la Metamorfosis, a cuyo alrededor fueron levantando otras dependencias.
La iglesia cuyo nombre genérico es en griego katholikón está completamente decorada con pinturas murales  que representan la transfiguración de Jesús, la Sagrada Comunión y  la imagen de Athanasios, el abad fundador.
 El monasterio conserva una enorme colección de manuscritos, íconos y objetos sacros, entre ellos un trono episcopal de madera tallada que data de 1616, evangelios del siglo XVIII impresos en Venecia, bordados del siglo XIV y otras reliquias y antigüedades  de gran valor histórico.

La iglesia es luminosa y está repleta de frescos de una belleza excepcional como el Pantocrator y la Virgen que pertenecen a la escuela macedonia. El pequeño cubículo dónde vivía San Atanasio el fundador, el hospital del monasterio, la torre con la red para subir provisiones y el “maquepió” u horno para hacer pan están perfectamente conservados. Una curiosidad del monasterio es que tiene un osario con los cráneos de los monjes muertos en él, ordenados cual libros en las estanterías.
Las vistas desde las terrazas del monasterio son impresionantes.
La cueva donde vivió Ahtanásios, cuyo cuerpo está enterrado en la iglesia principal, se encuentra junto a la entrada del monasterio.
Para ascender a él se utilizaban una escala de madera y un sistema de poleas que remontaba al visitante y a las provisiones dentro de una red en un proceso que podía durar más de media hora. A principios del siglo XIX se construyó un túnel y 146 escalones que facilitaron la llegada al monasterio.


































Monasterio de San Esteban o Hagios Stephanos



A la entrada encontramos, por primera vez ordenados y colgados, los pañuelos para cubrir los pantalones de las visitantes. La mano femenina se nota en los detalles.



Pese a la persistente y tenaz vigilancia de las monjas robé una foto del interior de la iglesia de San Esteban. Reconozco, entre la emoción y el temor a ser descubierta, que todas estas iglesias son espectaculares por su mobiliario, pinturas murales, las iconostasis y la devoción de los creyentes.

El Monasterio de San Esteban, es el de más fácil acceso, ya que sólo se ha de atravesar un puente de 8 metros de largo. En su interior hay dos iglesias, una de ellas la capilla de San Esteban, con frescos que datan del año 1501. Está habitado por monjas.
El Katholikon, que rinde homenaje a San Charalambos, fue construido en 1798. Muy dañado durante la Segunda Guerra Mundial tuvo que ser restaurado en su totalidad. Como el resto de los monasterios, cuenta con espléndidos frescos y una exposición de reliquias entre las que encontramos estolas bordadas en oro, 154 manuscritos que van desde el siglo XI al siglo XIX, 852 libros antiguos entre los que destaca un de los trabajos de Aristóteles impreso en 1498 y diccionarios del siglo XV, un cáliz de 1631 y otros objetos de valor. En el monasterio se llevan a cabo trabajos de pintura, música y escritura a cargo de las monjas que lo habitan desde 1961.







Monasterio de Hagia Tríada o de la Santísima Trinidad


El monasterio de la Santísima Trinidad es uno de los más difíciles de alcanzar ya que se ha de cruzar el valle y subir hasta lo alto del peñasco. Fue construido entorno al año 1475 y decorado en 1741.
Se ascendía a este monastero por medio de escalas móviles o de red hasta que en 1925 se tallaron en la roca 140 escalones.
Además de los bellos frescos que decoran el “catholikon”, contenía muchas reliquias que fueron saqueadas por los nazis, entre ellas manuscritos y piedras preciosas procedentes de donaciones. Los íconos y manuscritos que pertenecían al monasterio y que fueron rescatados se encuentran ahora en el Monasterio de San Esteban.


Fot. del Monasterio de Ypapanti. National Geographic


Aunque nuestra visita no lo incluyó, damos noticia de la existencia del Monasterio de Ypapanti, que no es se incluye en los circuitos puesto que sus aperturas son muy aleatorias. Se trata de una cueva en la ladera de una roca sobre la que se colocan las distintas construcciones del monasterio. Se fundó en el s.XIV y ya está deshabitado, pero pertenece al Gran Meteoro.

Para subsistir en estos monasterios, los monjes y monjas han venido realizando tareas diversas como la talla de madera, la pintura de íconos, la agricultura, la reparación de calzados, sastrería y bordado, el cultivo de plantas medicinales, etc. Los beneficios obtenidos permitieron la subsistencia de la comunidad y el patrocinio de obras sociales.





Visitar Meteora te deja sin palabras. Paisaje impresionante, construcciones antiguas y actuales,  salas pintadas, mobiliario de culto, elementos litúrgicos, devoción de los peregrinos, singularidad de los monjes y monjas ortodoxos se amalgaman de forma extraordinaria.
Tras una intensa mañana, bajando la carretera hacia Kastraki, dejamos de lado una cueva en la roca con cientos de pañuelos de colores anudados, fruto de la acción de los jóvenes de las localidades que escalan ágilmente un día al año hasta este lugar.
Meteora es excepcional  y por ello, entre otras cosas, ha sido seleccionado para rodar parte de algunas películas como 'For Your Eyes Only', de la serie de James Bond, y algunas escenas del Nido de Águilas de Juego de Tronos, si bien nunca se autorizó la filmación en los edificios, por lo que hubieron de realizarse copias de aquellos.
La banda de rock Linkin Park llamó a uno de sus albumes 'Meteora' después de quedarse totalmente impresionados tras una visita.



Para acabar, en 2012 se estrenó la película Metéora, del director Spiros Stathoulopoulos,  una producción grecoalemana filmada en Meteora y presentada en el festival de Berlín en 2012, en la que se enfrenta la espiritualidad y el deseo humano,  a través de la relación entre un joven monje ortodoxo griego  y una monja ortodoxa rusa. La película está censurada en Grecia.





Si después de todo esto, se animan a ir a Meteora, busquen la mejor opción. Yo hice mi visita en el mes de octubre, me alojé en Alsos House y cené, de gloria, en el restaurante Panhellenion, una comida tradicional griega a un precio inmejorable.


¡Feliz semana!