lunes, 15 de octubre de 2018

La basílica de Santa María de los Arcos de Tricio.



Desde mi época de estudiante universitaria he conocido y estudiado los hornos, testares y vasos de la gran Tricio, ciudad del territorio de los indígenas Berones que se convirtió en la gran productora de cerámicas suntuarias, la vajilla de mesa de lujo, la Terra Sigillata Hispánica. 


Tritium Magallum (de Megallum, la grande) ocupaba la zona de la actual Tricio, el valle y parte de Nájera. 
El centro de este núcleo se situaba en un cerro que domina el valle, en cuya cima, bajo la actual iglesia de San Miguel, debió alzarse un impresionante templo romano. En el valle, junto a la calzada que unía Caesaraugusta con Emerita y Legio, se levantaba, según opinan algunos autores, un mausoleo  en forma de torreón.  Ambas construcciones, pasados los siglos, acabarían fundiéndose, imbricándose, superponiéndose y transformándose para configurar una iglesia cristiana dedicada a Santa María.




Planta de Santa María de los Arcos. S.A. Valero
Resaltada en negro, la planta del mausoleo. Los círculos son las columnas romanas reutilizadas.


Recientemente esta interpretación se ha puesto en entredicho, estableciéndose que el supuesto mausoleo no es mas que la cabecera de una antigua iglesia paleocristiana repoblación levantada, eso sí, reutilizando material constructivo romano y cubierta con una cúpula levantada sobre pechinas con ligera piedra toba.







Vista de la pared norte de la cabecera desde el exterior de la construcción altomedieval



Muro norte del ábside desde el exterior y del desarrollo de las naves sobre columnas y las bóvedas barrocas del XVIII.





Muro sur del ábside




Mosaico polícromo en el interior de la cabecera, supuestamente paleocristiana.


A un segundo momento correspondería la construcción de las tres naves, probablemente sobre un edificio anterior muy desconocido, con los enormes tambores y capiteles procedentes del expolio de un antiguo templo romano para cuyas columnas se proponen hasta veinte metros de altura.
Este mismo edificio se habría levantado con muros de aparejo mas pequeño que la cabecera.
Han sido Luis Caballero, Mariangeles Utrero y Luis Caballero Zoreda quienes han propuesto esta reinterpretación que parece bastante razonable y fundamentada, datando su construcción en los siglos IX o X,  quedando ya relegada aquella primera acepción general como basílica paleocristiana o hispanovisigoda.
La iglesia altomedieval sería de tres naves de desigual altura , mas alta la central, con un ábside de planta cuadrangular.  
Tras las campañas de excavación arqueológica realizadas entre 1980-1983, se reconocieron numerosos enterramientos en el subsuelo de la basílica, datados a partir del siglo V y hasta época medieval (con estelas), sin que faltara la reutilización de sarcófagos romanos y la presencia de fragmentos de estelas funerarias romanas del siglo II con interesantes inscripciones, e incluso un fragmento de estela paleocristiana realizada en mármol de Carrara, importada desde Italia y decorada con el Crismón, símbolo del Cristianismo, la más antigua de estas características en La Rioja.
La documentación conservada no arroja luz sobe dichos orígenes. De hecho, la primera vez que las fuentes citan el edificio es sobre la mitad del siglo XI, en un documento que relaciona las posesiones del antiguo monasterio de Santa María de Nájera entre las que incluyen algunas tierras, viñas y huertos cercanos a Santa María de los Arcos (Cartulario de Albelda).
Así, Mirón, abad de S. Martín de Albelda, al hacer el inventario de los bienes del monasterio entre 1094 y 1108 expresa:
"Dedit etiam ei ecclesiam Sáncte Marie de Archus, cum universis ad eam pertinentibus, terris, vineis, et ortis".
En 1149, Alfonso VII de Castilla hace donación de una serna entre Arcos y Tricio a la iglesia de Calahorra y a su obispo D. Rodrigo. Puede ser que este documento guarde relación con la ermita de Arcos.
A finales del siglo XII, el 8 de noviembre de 1181 el obispo de Calahorra, D. Rodrigo de Cascante, consagró la iglesia y mas que probablemente fue cuando se reconstruyó por completo el cierre del muro sur del edificio.
El documento de consagración, según documentos posteriores, fue depositado por el obispo en una caja junto a algunas reliquias probablemente bajo el altar.
Entre finales del siglo XIII y comienzos del siglo XIV debió abrirse el lucillo que acoge la imagen de la virgen, una copia de la talla original, y se pintaron en una banda sobre otras de motivos geométrico, las escenas de la Pasión de Cristo, iniciadas con la Sagrada Cena.




Pinturas góticas  de la Última Cena en una banda figurada sobre otras de motivos geométricos



Escenificación del lanzazo de Longinos en presencia de la Virgen y San Juan y con un personaje con una cesta. Sobre ellos la luna, representada con un busto de mujer, y el sol, de varón y dos ángeles.


Otra gran transformación se produjo al comienzo del siglo XVIII cuando se añadieron accesos desde la cabecera a nuevas habitaciones que la rodean, se levantaron las bóvedas barrocas y se aplicaron las yeserías.
Sobre una parte del templo, encima de las naves laterales y de las tres estancias de la cabecera, se configuró un segundo piso que transformó absolutamente el aspecto exterior e interior de la antigua basílica.
El valor histórico del edificio conservado cimentó la declaración como Monumento Nacional en el año 1978.



Muro norte de cierre de la nave septentrional



Tambores de columnas reutilizados para configurar las tres naves de época altomedieval, en los que apoyan los capiteles corintios de los que arrancan arcos. Sobre todo ello, las yeserías ricamente ornamentadas, del siglo XVIII.


Sillares romanos reutilizados para la construcción altomedieval y aparejo mas pequeño para el alzado. Todo ello acabó cubierto por un fingido de sillares con despiece en negro.


Tambores de columnas enormes sobre los que se disponen los capiteles procedentes del expolio del templo romano de Tricio. Al fondo, las bóvedas barrocas.



Vista del interior conjunto del aula de la basílica desde el sector noreste en la que se ven los sarcófagos y tumbas de lajas


Palimpsesto de elementos de construcción y ornato de la basílica en la actualidad



Bajo el altar comparece un sillar romano decorado procedente del edificio público romano



Estelas medievales recolocadas sobre un banco de hormigón en una de las habitaciones levantadas en el XVIII tras la cabecera


Puerta de la sacristía del siglo XVIII. Acceso directo al ábside desde el norte




Fachada actual de Santa María de los Arcos


Nada hace vislumbrar la configuración interior desde la entrada cerrada




Aspecto encalado actual desde el exterior que enmascara, con esa cubierta, la existencia del templo altomedieval con nave central mas alta que las laterales



Fragmento de lápida de Tateca, fechada en el siglo IV. Símbolo de la cristianización temprana del territorio


¡Les deseo una feliz semana!




Si desean visitar Santa María de los Arcos contacten con las guías de la visita:
676699377 y 620923644
Horario de visitas

Mañanas: 10,30h  -- 13,30h
Tardes: 16,30h -- 19,30h
Los domingos por la tarde y los lunes permanece cerrado.






Enlaces:

http://www.vallenajerilla.com/berceo/valero/excavacionesarcostricio.htm
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/554330.pdf
https://www.arteguias.com/basilica/santamariaarcostricio.htm
http://www.turismo-prerromanico.com/monumento/santa-mara-de-los-arcos-20130211130235/

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