miércoles, 1 de julio de 2020

Pompeya. La muralla y el Foro de la Ciudad







Conocer y visitar Pompeya era, hasta el mes de octubre de 2019, un objetivo vital, tanto como para programar un viaje a medida que me trasladara directamente a la Campania el tiempo suficiente y nunca bien ponderado, y que me permitiera contactar con tantos lugares, ambientes y épocas como me fuera posible.
Desde Nápoles, tomando el tren Circunvesubiano desde la Estación Garibaldi, el viaje dura una media hora. mas datos aquí
La llegada a Pompeya es abrumadora por la enorme cantidad de personas que se organizan en colas interminables a pesar del madrugón. Decenas de guías ofertan sus servicios en diferentes idiomas para conocer la ciudad pero optamos por hacerlo por nuestra cuenta, eso sí, previo estudio de una buena guía y tras haber visitado el Museo Arqueológico Nacional Romano de Nápoles.



Fot. National Geographic





La ciudad de Pompeya fue fundada hacia el siglo VIII a.C. por los Oscos, tribu local previa a la conquista de la Campania por Roma, en las faldas meridionales del Vesubio, junto al río Sarno, entonces navegable. 
Su situación geográfica y vocación comercial la convirtieron en un foco económico de interés para griegos, etruscos y, definitivamente, para los samnitas, responsables de su crecimiento urbano. Una vez anexada a Roma, la urbe entra a formar parte de su gran circuito comercial marítimo estableciéndose importantes relaciones tanto al oeste -Hispania y Galia-, hacia donde exporta vino y aceite, como hacia Oriente.
Pasa a ser "municipium" latino para, años después, convertirse en la colonia “Veneria Cornelia Pompeianorum”, en referencia a la diosa Venus y al tirano Cornelio Silla. Es en estos momentos cuando se otorgan un gran número de parcelas de tierra a los veteranos del ejército para instalarse en el lugar en recompensa por sus servicios militares.
La vida urbana transcurrió sin sobresaltos hasta que en el año 62 se produce un terremoto en el golfo de Nápoles,  produciendo daños en numerosos edificios de la zona, tanto en Pompeya, como en Herculano, Oplontis y Stabia, que aún continuaban reparándose en el año 79, cuando la gran erupción vesubiana sepultó bajo coladas volcánicas de varios metros de espesor ciudades y villas.
Sólo en Pompeya las excavaciones arqueológicas permitieron hallar 1.150 personas, si bien los cálculos de los arqueólogos elevarían a unas 2000 personas las que habrían muerto atrapadas, sepultadas o asfixiadas por la erupción del Vesubio.
Algunos de aquellos cuerpos, obtenidos mediante moldes de yeso del negativo dejado entre capas de ceniza, son exhibidos en los Graneros -Horreum-  del Foro principal, advirtiéndose, de inmediato, la agonía de quienes lucharon denodadamente contra su suerte.  Recientemente se llevan a cabo interesantes analíticas mediante tac y adn que ponen en crisis muchas de las deducciones realizadas hasta ahora sobre el sexo o la relación familiar de los indivíduos hallados y recuperados.
Tras el gran cataclismo del año 79 Pompeya quedó oculta bajo metros de ceniza, hasta que en el año 1748 comenzaran las primeras actuaciones arqueológicas, coincidiendo con el reinado de Carlos III de Borbón, al hilo de los hallazgos que estaban realizándose en la vecina ciudad de Herculano.
Durante la II Guerra Mundial, en el año 1943 algunos edificios pompeyanos fueron bombardeados por los aliados, lo que supuso un irreversible daño para algunas zonas muy singulares de la ciudad, justo al norte del foro. Ha sido precisamente en esta zona donde se ha aprovechado para levantar las áreas de servicio para los turistas dentro del enorme yacimiento arqueológico.
Tras la visita, realizada en el mes de septiembre de 2019, en la que determinados sectores permanecían en excavación y/o restauración, se han abierto algunas nuevas viviendas a la visita pública y continúan los trabajos de investigación.
Para ordenar el trabajo científico, dada la estructura ortogonal del urbanismo pompeyano, se estructuró la ciudad en barrios numerados denominados regio, que ordenaban las insulae o manzanas de viviendas.





Los nombres de las viviendas, cuando se desconocía quienes eran sus dueños, se acuñó por los excavadores en virtud de los hallazgos que iban realizándose en cada ámbito.
Si, como yo, preparas la visita por tu cuenta, debes seleccionar los lugares de visita con el fin de ordenar tus movimientos y calcular los tiempos. Pompeya es inmensa. 7 horas después de nuestro acceso por la rampa de la Porta Marina, precedida de los edificios de las termas suburbanas, salíamos de la Villa dei Misterii.
La entrada a las ruinas de Pompeya cuesta 15 € pero compensa sacar una entrada conjunta para visitar varios centros, como Herculano, con ticket combinado a 22 euros válido para tres días consecutivos. No olvideis coger en la entrada una guía de la visita que contiene la información básica y el plano completo , os servirá de mucha ayuda para ordenar y optimizar la visita.





Muralla de Pompeya y rampa de entrada por la Porta Marina. Al exterior las termas suburbanas.






La Porta Marina, situada en el lienzo oeste del recinto amurallado de la ciudad, es una de los ocho accesos del recinto amurallado de la ciudad junto con Porta Vesuvio y Porta di Capua en el norte, Porta di Ercolano, al noroeste, Porta di Nola y Porta di Sarno, Porta di Nocera  y Porta di Stabia hacia el sur. Es la mas imponente de las siete y su nombre deriva de que era la salida de comunicación hacia el mar. Se levanta en opus caementicium y debió ser levantada hacia el 80 a C, en época de Sila.
Posee dos arcadas, una destinada a mercancías y caballerías, más alta, y otra, algo avanzada, que es un paso peatonal.
La muralla, un antiguo recinto que parece que existía desde el siglo VI a C, tiene una longitud de 3200 m y está constituida por un doble lienzo con adarve, el pasillo de tránsito superior, completada por un terraplén hacia el interior de la ciudad. la muralla presenta doce torres, que son mas numerosas en su lado norte, la zona más vulnerable por la planitud del terreno.
Al constituirse en Colonia romana, la muralla perdió su función defensiva y las muralla fue parcialmente reutilizada.
Se sostiene que fue la muralla la que sirvió de cierta contención de las coladas piroclásticas del Vesubio en el año 79 hasta la definitiva que arrasó por completo la ciudad.
Antes de acceder por la Porta Marina podemos observar una zona de termas suburbanas construídas delante de la muralla, que en el siglo I había perdido ya la función de defensa.
Estas, a diferencia de otros complejos termales, como las termas del foro, no eran públicas sino privadas.
En la planta superior, en el apodyterium, el vestíbulo en el que se dejaban ropa y objetos personales, se encuentran pinturas eróticas que debían hacer publicidad de las actividades que, ilicitamente, se realizaban en las termas.
En el frigidarium, la cascada de agua que alimentaba la pila manaba de una falsa cueva decorada con un mosaico de amoercillos entregando sus armas al dios Marte, mientras las paredes se pintaron con frescos de combates y animales marinos.
El caldarium se calentaba con un gran brasero de bronce.
Cuenta, además, con una amplia panadería subterránea que representa algo único en el panorama doméstico pompeyano.

La fuerte rampa de acceso, una vez en el interior, te lleva hasta la puerta de la conocida como Casa del Marinero, levantada en el siglo II a C sobre el fuerte desnivel del terreno, lo que provocó que se construyera sobre  diferentes estructuras abovedadas utilizadas como almacenes. Esta combinación de casa elegante - con su enorme atrio redecorado en el siglo I con mosaicos en blanco y negro y sus propias termas- y comercial es excepcional en Pompeya.


Debe su nombre al hallazgo de un mosaico que representa seis próas de naves dentro de sus arsenales que aparece a la entrada de la casa, por lo que se dedujo que se trataba de un dominus que sería armador.
Forma parte de la Regio VII, concretamente de un complejo residencial y exclusivo de la ciudad, por su proximidad al foro, en el que habitaban solo familias influyentes que habían realizado grandes viviendas articuladas sobre terrazas con escaleras, rampas, logias y criptopórticos, con vista panorámica sobre el golfo hacia las islas de Capri e Ischia.




Vista del foro con el Vesubio al fondo desde las estructuras administrativas del sur

Este enorme centro comercial, jurídico y religioso hunde sus raíces en el siglo IV a. C., cuando la ciudad es una mas de la tribu de los samnitas. Entonces configuraba una zona situada al aire libre alrededor de la cual se disponían numerosos comercios construidos con materiales locales como la lava y toba volcánica unidas con barro. Al pasar a formar parte de la órbita romana, en el siglo II a C. este foro fue reconstruido y ampliado, levantando nuevos edificios de carácter político y religioso alrededor del perímetro de la plaza, una vez habían sido demolidos los pequeños comercios, un muro perimetral y el antiguo templo de Apolo.
Con Augusto ya se había renovado el pavimento y el macellum o mercado y se  había levantado el pórtico y un templo dedicado al culto imperial.
Con una orientación norte-sur, y alineado con el Vesubio, el foro se desarrolla en un enorme espacio rectangular de 143 metros de longitud por 38 metros de anchura en torno al que se localizan los edificios públicos: la basílica, el macellum, la mensa ponderaria, los templos de Apolo, Júpiter y Vespasiano, el templo de los Lares Públicos y el edificio de Eumaquia. 
En el norte cerraba mediante arcos de triunfo adornados con estatuas.
​A Lucio Cornelio Silla y por deseo de Vibio Popidio, se debe la construcción del enrome pórtico perimetral foral en el que las columnas, de doble orden -dórico en la zona baja y jónica en la alta-, se levantan en piedra caliza blanca. las columnas se un en mediante un arquitrabe decorado con metopas y triglifos. Algunas de aquellas, las  cercanas al macellum  son acanaladas, rematan con capiteles corintios y su base descansa sobre un toro doble, mientras que las que están próximas al edificio de la sacerdotisa Eumaquia no tienen acanaladuras, poseen un solo toro en su base y tienen grabada una dedicatoria en el arquitrabe.

El foro estaba cerrado al tráfico de carros y tenía, en origen, de piedra toba, si bien fue reformado con losas de mármol travertino. Algunas placas han variado su ubicación y conservan huellas de haber alojado letras de una enorme inscripción en bronce.
Por su localización, distribución y características está mas próximo a un ágora griega que a un foro romano. No sigue el esquema vitrubiano ni en anchura ni en el sistema de calles ni en la ubicación de las estatuas honoríficas, que  ocuparon el pórtico o los lados de la plaza -tal y como ponen de manifiesto los pedestales, no el espacio central. Una de aquellas, de carácter ecuestre, estaba dedicada a Quintus Sallustius, y de las que se levantaban en el lado sur, una de ellas de Augusto, se conservan los enormes basamentos.
En el lado sur se localizan tres grandes basamentos, uno de los cuales debía alojar la estatua de Augusto.




Placas de travertino, pedestales y al fondo, la basílica



El foro, por su envergadura no fue sepultado por completo por la erupción del año 79 d C. Comenzamos la visita por la basílica, inmediatamente al sur de nuestro acceso en la plaza del foro, para continuar por el lado corto de la plaza, donde se hallan tres cellas destinadas a ificinas de la Administración de la ciudad, el edificio del Comicio, el conocido como de la sacerdotisa Eumachia, que además funcionaba como mercado de la lana y se hallaba decorado con esculturas y suelos de mármol.






Detalle de una de las pinturas al fresco que pueden apreciarse en la pared Noroeste del pórtico de entrada con soportales, que circundaba parte del Macellum de Pompeya. 
Este uno de los paneles con cuadros de tema mitológico.


Templo de Vespasiano, levantado por Mammia, sacerdotisa de Cerere y del Genius de Augusto. Incluye un pequeño patio, un altar y un templete con cuatro columnas sobre alto podio.



Continuando por el mismo lado llegamos al templo de Vespasiano -dedicado a Tito Flavio Vespasiano, que curiosamente murió unos meses antes de la erupción;se estaba restaurando tras los daños causados por el terremoto del año 62, y a tenor de su estado se habían utilizado ricos materiales y una calidad ornamental importante-, el santuario de los Lares Públicos y el Macellum. 
Preside la cabecera del foro el templo de Júpiter, del siglo III, sobre podio y con escalinata frontal. En realidad estaba dedicado a la tríada capitolina: Iove, Juno y Minerva.



Almacén arqueológico en los Horrea o graneros del foro




Molde en yeso de un perro doméstico que no pudo huir al estado atado a la cadena y murió cubierto por la ceniza. Se exhibe en el horreum del foro.



La mesa ponderaria es un banco que representa las  medidas de capacidad oficiales empleadas en los intercambios comerciales. Su antigüedad la avalan las inscripciones realizadas en osco, aún visibles parcialmente,que se borraron para actualizar las medidas al sistema romano.

Cierra por el oeste este foro con las letrinas, el foro Olitorio o mercado de verdura, hoy un enorme almacén - Graneros del foro- repleto de ánforas, piezas de mármol y algunos restos de los pompeyanos que no sobrevivieron al desastre.
A su lado encontramos una réplica de la mesa ponderal -la original está en el Muso Arqueológico Nacional de Nápoles, y el recinto del templo de Apolo, sobre un templo samnita mas antiguo, del siglo VI a C., del que se conserva la escalera de acceso y algunas columnas de estilo jónico y dórico. 
La elección de Apolo como culto fundador de Pompeya lleva, inequíviocamente, a la presencia griega y etrusca en la Campania.
Entre los siglos III y II a C el edificio fué completamente reformado. Una columnata monumental unía el santuario y el foro con una terraza donde se llevaban a cabo juegos de gladiadores y representaciones teatrales que conformaraban los ludii Apolinaris o Juegos de apolo, de iniciación de la juventud quie tenían como dioses  tutelares a Apolo y su gemela, la diosa Diana. Sus esculturas en bronce se custodian en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.





Mención especial y diferenciada merecen las Termas del foro, construidas después del año 80 a C. cuya conservación es excelente pues no sólo conservan alzado y bóvedas sino una decoración de bajorrelieves de estuco con motivos geométricos y mitológicos, muchos de ellos realizados hacia el 62 a C.
Eran unas termas públicas muy populares en su época, pues tenían un precio barato de entrada. También se sabe que la hora más concurrida de baños era a primera hora de la tarde.
Tenían una sección masculina y otra femenina. El apodyterium, nombre en latín del vestuario, conserva los estantes individualizados para que pudieran a comodar los vestidos y objetos personales de los visitantes que accedían a los baños. El tepidarium conserva atlantes en yeso que decoran los separadores las hornacinas.


 






Imagen del Frigidarium circular de las Termas del Foro en Pompeya.
El frigidarium era la sala destinada a las abluciones de agua fría, y en este caso tenía asientos y escalera para refrescarse o bajar para remojarse.


Apoditerium de las termas del foro


Ya estamos dispuestos para afrontar el recorrido de las calles de Pompeya, sus casas y otros edificios públicos.
Continuará








He encontrado esta joyita, para quien quiera escuchar


¡Les deseo una feliz semana!




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